Capítulo 4; "La Cena"

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Ángel

- Perdone, ¿Que ha dicho?- Preguntó Luz.

Claramente habíamos escuchado con exactitud las palabras de la mesera, es como si lo hubiera hecho a propósito, o como si la vida me estuviera jugando una mala pasada.

Estoy sentada a centímetros de Paulo Londra, intentando comenzar una conversación, ¿Y se atreve a llegar y decir aquello?.

Yo la mato.

- Nosotras pagamos por esta mesa, por ende está reservada, por nosotras- habla "tranquila" Cami.

Era más que obvio que no queríamos movernos de aquí, la mirada incómoda de la chica lo indicaba, era su trabajo, lo entiendo, pero a la vez me chupaba un huevo y la mitad del otro.

¡Estoy con Paulo Londra!

¿Qué verga espera que haga?

- Nos disculpamos nuevamente por el error cometido- la chica se notaba realmente apenada ante la situación.

Mierda, mañana me arrepentiría de esto.

- Está bien, no se preocupe, debimos haber pedido reservación con más anticipación- me mordí la lengua para no insultarla, y me contuve para no saltar arriba de ella.

No era su culpa, a quién debería arrancarle la cara sería al encargado de las reservas.

Sentía las miradas fulminantes de mis amigas, las entendía, ellas no se veían con intenciones de irse, era más que obvio que todo esto no se trataba de la comida del lugar, ni de la reservación, era por los pibes re buenos a nuestras espaldas.

- Esperen, en nuestra mesa sobran lugares- dijo Ecko, sonriendo hacía Cami.

Ella le devolvió la sonrisa, algo incómoda, o quizás nerviosa, caía de maduro que Ecko quería levantarsela, sonreí en mis adentros sabiendo que el pobre Ekito no la tendría nada fácil, a no ser que fuera mujer claro.

- Mal, él tiene razón, siéntense con nosotros- observe al rubio a los ojos, analizando cada fracción de su rostro al hablar, buscando indicios de que lo que salía de su boca no era por simple compromiso.

De un segundo para otro pase de odiar a la mesera a amarla, tendría que conseguir su dirección, le enviaré una canasta de regalo.

- Entonces problema solucionado- Sonríe con los labios fruncidos Barbie, para a continuación pasar su mochila a una silla vacía a un lado de Lit.

- ¡Bárbara!- gritamos al unísono con Luz, la entendía, pero tampoco teníamos que hacer tan notorio que moríamos por estar con ellos.

- ¿Qué?-preguntó desentendida- ellos nos invitaron- se defendió.

- Ella tiene razón- rió divertido Paulo.

Sonreí al escucharlo reír, era tan lindo.

Recibí un codazo por parte de Cami ante mi acción.

Ok, esto no va a ser tan bueno si recibo un golpe cada vez que mi lado fan reacciona ante aquella hermosura.

(...)

- Entonces... ¿Tenés algunos planes?- preguntó el rubio- ya sabés, con las competencias y todo eso-.

Luego de trasladarnos hacía la mesa vecina, nuestra anterior mesa fue ocupada inmediatamente por dos parejas, y nuestro pedido llegó enseguida.

Teniendo en cuenta que no nos conocíamos creí que la interacción será muy incómoda, esperaba encontrarme con silencios incómodos y chistes sin respuesta, pero me sorprendí al notar que desde que comenzamos a hablar nunca hizo falta forzar la charla.

La comida transcurrió divertida, con boludeces de parte de todos.

Ahora que habíamos terminando de cenar, cada uno se encontraba en su mambo, Lit hablaba junto a su novia y Luz de quien sabe qué, Ecko intentaba chamuyar a Cami, sin resultado alguno, y los demás hablaban entre ellos.

Para mi buena suerte, mi mambo era Paulo.

- La verdad no tengo ni idea, comencé con lo de las peleas de gallos hace poco, me di cuenta que no era la mejor, pero tampoco lo hacía tan mal, por lo que seguí, aún no se a que quiero dedicarme en realidad, seguiré con esto hasta entonces-hable sincera, mordí mi labio nerviosa, desde que comenzamos a hablar lo había bombardeado a preguntas sobre él, su carrera, música y demás, y no hasta ahora no había notado que él también parecía interesado en mí- Me debés querer matar, parece que estuvieras en una entrevista con una admiradora loca- reí nerviosa.

El dejó escapar una risita- Nah, no es así, me divierte hablar de estos temas- hizo una pausa- es divertido hablar con vos, me agradas- continuó tranquilo.

Me quedé en silencio, mientras el sonreía despreocupado, yo moría por dentro, quería gritar, y chaparlo, y gritar un poco más.

El silencio -disfrazado por los murmuros ajenos- ahora formado no era para nada incómodo, todo lo contrario, era reconfortante algo de descanso luego de horas y horas hablando sin parar.

Nos estábamos observando, sin cortar en contacto visual en ningún segundo, algo que sorprendentemente no era incómodo.

Su mirada se desvió por unos segundos hacia mí celular, y luego volvió a mí.

¿Él iba a pedir mi número de teléfono?

OH MIERDA, ¡LO HARÁ!.

Pellizque mi brazo por debajo de la mesa, definitivamente esto no era un sueño.

Abrió su boca para hablar, pero alguien más se le adelantó.

- La concha de la lora- Puteó Barbie- Tenemos que tomarnos el palo.

.......

Por fin jeje

Capaz, solo capaz suba otro en un par de horas.

Gracias a quienes me dieron la idea de que ellas se quedarán en su mesa, mi plan original era que se fueran y que por azares del destino se encontraran en un parque, pero igual me gustó como quedó el resultado, ojalá a ustedes también les haya parecido bien.

Me siento youtuber así que...
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Ok ahora si me voy

No sólo una competencia ||Paulo Londra||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora