Te echo de menos. Echo de menos tus abrazos y tus besos. Echo de menos esas palabras bonitas que me decías. Echo de menos esas sonrisas que me dedicabas cada mañana al despertar. Echo de menos tus te quiero. Echo de menos la sensación de no tenerte miedo. Echo de menos no tener que usar maquillaje para tapar tus golpes. Echo de menos no tener que limpiar mi propia sangre del suelo. Echo de menos poder hablar por teléfono sin que tú sepas quien llama. Echo de menos poder decidir que ropa ponerme. Echo de menos cuando tu aliento olía a menta y no a J&B. Echo de menos no sentir miedo al escuchar la llave en la cerradura. Te quiero. Te odio. Odio echarte de menos, sobre todo, cuando tú estás en el sofá viendo la televisión como si nada hubiera pasado y yo en el baño, viendo como las lágrimas se llevan consigo la sangre de mi rostro y preguntándome cuando empecé a echarte de menos.