Abres tus ojos con el sonido de la alarma, estiras tu mano fuera de las cobijas, hacia la mesita de noche de donde proviene ese sonido, logras alcanzar el celular y detienes la alarma de golpe.
Te levantas, te estiras un poco, tomas tus cosas para ir a la ducha.
Estando en ella, te miras al espejo desnuda, viendo detalladamente cada uno de lo que tú y algunos otros, llaman "defectos" al fondo se escucha caer el agua.
Diriges tu mirada hacia tu pecho, siempre bromeas con tu amigas de que casi no tienes y finges que no te importa, pero la verdad es que deseas ser algunas tallas más, así, probablemente le podrías gustar a alguien, no, a alguien no, le podrías gustar a él.
Piensas en él, piensas en el día de ayer en el que te sonrió y de la nada comienzas a crearte una película en tu cabeza de esas basadas en los libros de Nicholas Sparks, deseas con todas tus fuerzas tener algo así en tu vida, un amor del que nadie pueda ser capaz de romper, alguien que se enamoré de todo lo que eres, alguien que le guste cómo te enojas, alguien que le guste cuando estes hablando de algo que para ti es realmente importante, alguien que se enamore de tu imperfecta sonrisa, alguien que ame tu cabello despeinado por las mañanas, alguien que este orgulloso del trabajo que realizas cada día.
Y de la nada, se te viene a la cabeza esa frase que tanto haz escuchado ultimamente; "pide al universo con todas tus fuerzas y éste te lo cumplira", y así lo haces lanzas ese deseo al universo y confías en que este te escuche.
Sales de la ducha y buscas qué ponerte, piensas en elegir algo para que él note tu presencia, pero una voz en ti te dice que elijas algo con lo que tu te sientas cómoda, y eso haces.
Te quitas la toalla de la cabeza y secas tu cabello, tomas el cepillo y comienzas a peinarte a tu manera, cuando terminas el resultado es increible, nunca se te había visto el cabello tan bien.
Comienzas a maquillarte los ojos, tenía tanto que no lo hacías, pero hoy te sientes con ganas de hacerlo.
Colocas lápiz labial y sales de tu pequeño refugio llamado hogar, pensando en si alguien en tu trabajo notara que estas usando un labial distinto, pero por alguna razón ya no te importa si sí lo hacen o no.
Piensas en el deseo que le lanzaste al universo esta mañana y confías en que se cumplirá, y te olvidas de cualquier otro pensamiento.
Lo que tu no sabes es que el universo ya esta empezando a mover sus piezas para que tu obtengas tu deseo, ese deseo de que alguien te ame profunda y eternamente, y ese alguien eres tú.
¡ÁMATE!
