Hey, It's been a long time...

472 33 23
                                    

Dicen que todos los cuentos inician con "Había una vez..." y terminan con "y vivieron felices para siempre", bueno, la historia de Yuri Plisetski y de Otabek Altin no lo hizo.

Dos meses después de su rompimiento, tuvieron que contarle a los medios sus razones, claramente ni Yuri diría que el kazajo le había sido infiel con cualquier persona que se le cruzase por al menos la mitad de su relación y cuando él lo engañó el mayor no fue capaz de aguantarlo, ni Otabek diría que el de ojos verdes se besó con algún tipo estando bastante borracho debido a que él no quiso tener sexo con él y que esto lo enojó pues sólo él debía ser merecedor de Yuri, aunque él fuese para todas y todos los que quisiesen.

Pero de eso ya han sido 5 años, ya nadie habla de eso, ahora el tema en turno es la proximidad de la boda entre cierto patinador kazajo y cierta belleza pelirroja proveniente de Rusia; Otabek Altin y Mila Babicheva. 

Del rubio no se ha sabido nada desde que su relación con el mayor había sido oficialmente terminada ante la prensa, pero ese año era distinto, pues por alguna razón, el ojiverde había vuelto al hielo y como era de esperar, había llegado al Grand Prix Final, totalmente dispuesto a ganar el oro. El kazajo no estaba enterado de esto pues no había coincidido en ninguna competición con el otro, por eso se sorprendió cuando vio a su ex pareja, aunque su sorpresa fue mayor al verle de la mano de una preciosa niña rubia con ojos azules.

-Yuri Plisetski- habló llamando su atención.

-Otabek Altin- respondió cortés- ha sido un largo tiempo desde la última vez que nos vimos- comentó- lo felicito mucho por su compromiso-

-Muchas gracias, no quisiese entrometerme pero pienso que algo muy notorio ha pasado en este tiempo- dijo mirando a la niña.

-No necesitas decirlo así- se rió un poco- te presento a mi hija, Rebecca Plisetsky- volteó a ver a la niña- saluda Ecca- la pequeña sonrió y movió su manita, hasta que vio a Viktor pasar y corrió a abrazarlo-parece ser que me tengo que ir, si me disculpas- y pasó por su lado.

-Usa el mismo shampoo- susurró el mayor.

.

Los pequeños encuentros entre ambos patinadores siguieron ocurriendo, incluso empezaron a forjar su amistad de nuevo y todo iba bien, la pequeña Rebecca adoraba pasar tiempo con el kazajo y eso hacía a Yuri feliz, aunque Otabek aún se preguntaba en qué momento había nacido la niña y con quién la había tenido Yuri, porque aún llevando un par de meses siendo algo así como "amigos", jamás había visto a la madre, o en caso, al otro padre. Realmente no le preocupaba demasiado, hasta una noche en la que él y Yuri se encontraban platicando en la casa del menor, una mucho más hermosa que el lugar donde vivía en los tiempos en que salían, esa noche estaban ahí porque era el cumpleaños número 5 de Rebecca y Otabek había decidido ayudar a Yuri debido al cariño que le tenía a la niña, niña que ahora se encontraba dormida mientras los adultos terminaban de organizar todos los pequeños desastres que causó aquel festejo.

-Bueno, terminamos- dijo el mayor.

-Así es- dijo el de ojos verdes.

-Supongo que será mejor que me vaya- 

-Es muy noche, ¿no crees?- preguntó el rubio preocupado- ¿por qué no te quedas? No quisiera que te pasara algo malo-

-No te preocupes soldado, estaré bien, no quisiera incomodarte- habló el kazajo y Yuri se quedó unos segundos callado.

-Ha sido un largo tiempo desde la última vez que me dijiste soldado- dijo por fin, sonrojado- además, no causas molestias,sabes que Ecca se enfadaría si se entera que te dejé ir a estas horas-

Hey, touch me!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora