Nos quedaremos..padre

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La cena estaba en total silencio, nadie emitía ni una palabra. Miraba de reojo a mi padre quien no comía solo nos miraba con atención.

-y ustedes dos..¿saben quién es su padre?-preguntó Laufey mirando a mis hermanos

-no-respondieron ambos a la vez

-al igual que yo, mis hermanos fueron abandonados en Dedraytis por Bast puestos a morir de hambre o devorados por las bestias del lugar-dije mirando mi plato

-puedo ser su figura paterna-ofreció Laufey-o no, como ustedes deseen-dijo al ver cómo los tres nos quedamos observándolo

-eso sería increíblemente generoso de su parte, Laufey-dije aún sin creerlo

-si, gracias-dijo Etrix con una pequeña sonrisa

-esta bien..supongo-dijo Dydione algo serio

Miré a Laufey con una sonrisa tierna y volví a mi comida. Una vez terminamos todo, mis hermanos y yo volvimos a nuestro dormitorio. Una vez cerré la puerta me senté al lado de Etrix en la cama.

-¿qué piensan?-pregunté algo tímida

-es un buen gigante tu padre...tal vez podamos quedarnos un tiempo-dijo Etrix

-¿Dydione?-pregunté mirándolo y él se acerco a mi

-Bularis, si te hace feliz estar con tu padre, entonces que así sea..una vez obtengamos la piedra...-decía él y la puerta se abrió dejando ver a Laufey

-una vez obtengan la piedra se irán, ¿no es cierto?-preguntó Laufey y los tres asentimos-no veo razones para dejarlos aquí en contra de su voluntad solo para complacer un capricho mío-dijo estirando su mano y enseñando la cuarta piedra y la tercera en mi colección

Me levanté de la cama y la tomé en mis manos, recité el conjuro y de mí salió un polvo rojo que luego desapareció iluminado la piedra. Mire a Laufey quien estaba algo sorprendido, le sonreí y le di la piedra a mi hermano.

-no me iré padre, prometí quedarme unos meses...así será-dije con sus manos entre las mías

-me quedaré igual..si está de acuerdo-dijo Etrix acercándose

-me quedaré igual-dijo Dydione y los tres lo miramos-no pienso irme sin ustedes-dijo y sonreí

-me alegra saber eso. Mañana, después del desayuno, Bularis y yo iremos a hacer unas cosas, ustedes dos pueden ir al pueblo y disfrutar del mismo si gustan-dijo Laufey dando media vuelta

-gracias padre-dije y él volvió a dar media vuelta para mirarme, sonrió y se fue-y gracias a ustedes por quedarse-

-no es problema Bularis, eres nuestra hermana, te apoyamos-dijo Etrix caminando a mi

-prepárense para dormir-dije caminando a la puerta

-¿a dónde vas?-preguntó Dydione mirándome

-iré a dar un paseo por el palacio-dije saliendo del cuarto

Caminaba por el palacio mirando todo, contemplando cada pintura y vista que el palacio brindaba. Nunca imaginé a Jontunheim tan hermoso y pacifico, siempre pensé que era más "cada cual por su lado" y guerra en todas partes. La realidad es que es muy agradable y acogedor, podía sentir frío, pero lo soportaba como una brisa de primavera en Midgard. Me detuve en un pequeño balcón para contemplar la vista al pueblo. Estaba metida en mis pensamientos de cómo sería el día de mañana, cuando escuché unos pasos tras mi.

-identifíquese-dijo una voz masculina y me voltee a verlo

Era un guardia del palacio alto y muy apuesto, no se como describirlo ya que todos son casi iguales. Lo miré con atención y detenidamente.

-¿quién eres?-volvió a preguntar esta vez amenazándome con una lanza en hielo

-ay cariño, eso no me hará daño-dije mirándolo-soy...-

-¡Bularis!-escuché un grito proveniente de mi padre, grito que nos hizo mirarlo y el guardia hizo reverencia-veo que haz conocido a Eldan-dijo mirándome

-así es padre-dije y sentí la mirada del guardia en mi

-¿padre?-preguntó el guardia

-Bularis y sus dos hermanos se quedaran unos meses-dijo Laufey-tenía entendido que estabas al tanto-

-así es señor, pero hasta mi entender su hija era jothun-dijo el guardia

-mitad Jothun-corregí

-posiblemente tu mejor mitad-dijo Laufey en broma-Bularis, Eldan será tu guardia asignado. Tus hermanos ya conocen los suyos-

-gracias padre-dije sonriendo

-bueno, ve a descansar hija mía...mañana estaremos muy ocupados-dijo Laufey revolcando mi cabello y dando media vuelta

-de acuerdo padre-dije y miré al guardia-puedes retirarte, no necesito tu protección-dicho eso di media vuelta y me aleje..o eso pensé

-mis órdenes son protegerla señorita, eso haré-dijo Eldan siguiéndome

-mira amigo, no se si estas al tanto, pero soy la diosa mas poderosa de todos los dioses...ni si quiera Surtur en su forma demoniaca a podido vencerme-dije mirándolo

-¿conoces a Surtur?-preguntó algo emocionado

-si, es mi mejor amigo...al menos solía serlo...no importa-dije y seguí mi camino

-lo lamento señora, quiera o no la voy a acompañar-dijo él y suspiré, este chico es muy irritante

Llegué a la habitación y, sin decir nada a Eldan, cerré la puerta. Miré a mis hermanos, estaban dormidos. Sonreí y fui a darme una ducha para luego ir a dormir.

Siguiente día....

Estaba con padre en el campo de batalla. Era la quinta vez que le ganaba, pero él no se daba por vencido.

-vamos anciano, retírate-dije mientras él se levantaba

-no me digas anciano-dijo mirándome

-tu me revolcaste el cabello-dije en queja y él rió bajo

Se podría decir que nos hemos llevado sorprendentemente bien en la mañana.

-ven, quiero mostrarte algo-dijo dando media vuelta y corrí hasta él-cuando yo muera tu serás la heredera de este hermoso reino, Bularis, y es importante que conozcas nuestro más preciado objeto-dicho esto entramos a un cuarto que tenía una caja en el medio encima de una pequeña mesa bien decorada

-¿un cubo?-pregunté decepcionada

-no es solo un cubo Bularis-repugno bajo mi padre y escuché a Eldan reír bajo-es lo que le da vida a Jotunheim..el Casket-dijo tomándolo en manos y mirándolo antes de dármelo

Tome el Casket mirándolo atenta y vi como mis manos se tornaban azules, mis alas se hicieron de hielo y mi armadura...solo digamos que cambió. Mire a mi padre quien tenía una sonrisa satisfecha, tal vez al verme del color jothun. Miré el Casket una vez más, se lo devolví a mi padre con una sonrisa y luego ambos salimos sin decir una palabra más que "nos veremos en la cena".

 Bularis, la diosa de los mil poderes del bien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora