Capitulo tres.
- Sí mamá, no te hagas problema-dijo Carlos- todo esta bajo control- hizo un gesto con las manos y se paró.- ¿algo más qué hablar? Me orino, me parece que es la emoción- arrugo su nariz.
- Nada más que hablar.- finalizó el tío Gaston. Y suspiró.
____ me miraba sonrojada, no estaba molesto, estaba decepcionado. Mucho.
Y celoso, demasiado.
La mire, tenía ganas de abrazarla, y decirle que todo está bien. Qué no estoy enojado, al fin y al cabo yo soy el que quizo que ella perdiera su virginidad con otro. ¡Pero qué tonto fui! ¡No me di cuenta de la gran oportunidad que me estuve perdiendo! Ella ya no es una niña, James.
- Con permiso.- apreté mis labios y me levanté, le eche una rápida mirada a ____ y le di la espalda.
Escuché sus delicados pasitos siguiendome por detrás y sonreí por mis adentros.
- James...-me di vuelta, estaba a punto de entrar a mi habitación- ¿podemos hablar, por favor?
Agaché mi cabeza y volví a mirarla.
- Adelante. Habla ____.
- No me trates como si fuera mierda, James.-esas palabras me calaron el corazón, lo más triste es que es la pura verdad.- tú no querías, y era hora de que me haga mujer.- hizo un énfasis en la última palabra.
- Entiendo, ______, no estoy enojado.-le sonreí con la esperanza de transmitirle tranquilidad.
Ella pestañeo varias veces.
- ¿Tú no estás...?
- No. Y si terminamos, con permiso.
- James, espera.- sentí su delicada manito tomarme del brazo.- Gracias.
Y me abrazó.
Aspiré su olor, tan adictivo como su cuerpo.
- No hay nada de que agradecer nena...
Su gesto me llenó de ternura.
Nos separamos y la mire, directamente a esos ojos color hazel.
Sentí nuestras respiraciones chocar. Sentí como el universo se me venia encima.
Le corrí un mechón de la cara.
Y nos besamos.
Corrección, me besó.
La separé inmediatamente, alguien podría vernos y ella... Ella tenía novio.
- No.
Me di la media vuelta y me metí en la penumbra de mi cuarto.
Ya no sabia qué hacer, me estaba volviendo loco, loco por ella.
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"Sexo con mi primo" |©|James Maslow|©|.
Random"Sexo con mi primo" « Cada vez que la veía a los ojos, sentía mi corazón explotar. Sus caprichos eran mis misiones y su cuerpo mi laberinto. Ella era mi elixir, mi droga. Cada vez que la besaba, que la tocaba, paseaba por las nubes, perdía la noció...