Capitulo 8° 'Secret Sex'

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Capitulo 8° 'Secret Sex'

Tome mi celular y suspire al ver que era Charlotte. 

—¿Hola?- Conteste.

—Hasta que te dignas a contestar mujer!- Reí.

—Lo lamento, en serio. 

—No, no lo lamentes. Se por que no lo hacías, picarona.

—¡Charlotte!- Reí algo nerviosa.

—Ay ______ ¡Por Dios! ¡Tuviste sexo con brandon meza! ¿Quién lo dijera?.

—Lo se, lo se- suspire. —No lo recuerdes.

—¿Qué? ¡No me digas que te arrepientes!

—¡No!- negué inmediatamente. —Solo que, me cuesta asimilarlo.

—Ay por Dios, nena!-

—Charlotte Michelle Tisdale! Podrías ser menos abierta.

—Ya me conoces, y así me amas.

—Cierto- reímos.

—¿Recuerdas que día es hoy?.

—No.- Me puse a recordar, no era su cumpleaños, ni el de alguien importante.

—Sábado, hoy tenemos la cita para las perforaciones. ¿Lo recuerdas?.

—¡Oh!, si, si, si. Ya lo recuerdo, precisamente me puse una blusa que deja ver mi vientre.

—Bien nena, ¿Paso por ti, pasas por mí, o nos encontramos?.

—Yo paso, ayer por la tarde me entregaron el auto, y de paso hacemos algunas compras ¿no?.

—¡Si! Tarde de chicas!- Charlotte grito como niña y yo reí.

—Bien, en 5 minutos te veo.

—De acuerdo, cariño. Nos vemos, te quiero.

—Te quiero igual- Colgué y lance un suspiro, me pare frente al espejo y divise mi ombligo. 

—Serás perforado en unas horas, bebe- Me dije a mi misma. Reí y tome mi bolso, cerré mi habitación y después salí de casa en camino a casa de mi amiga.

**

—No lo creo Charlotte- Dije bajando de mi BMW Negro, cerré la puerta y active la alarma.

—¡Por que no!- Dijo mientras me miraba. Comenzamos a caminar.

—Por que si ese pobre Vagabundo, hubiese tenido una vida, no se hubiese llamado ‘vagabundo’- Hice comillas en la ultima palabra. Charlotte se cruzo de brazos.

—Si hubiese tenido una vida, igual sería vagabundo. Por que ese es su destino- Dijo y reí, por sus palabras. –Bien, dejando al pobre vagabundo atrás. ¿Qué haremos primero?.

—No se que es lo que quieres hacer tu?.

—Que tal si nos perforamos primero, después vemos tiendas y luego comemos.

—Me parece perfecto Charlie.

—¡No me llames así! Soy Charlotte, no Charlie.

—Bien, bien- Reí, pase mi brazo por su cuello y ella paso el suyo por mi cintura. Comenzamos a caminar, directo a la tienda que se encontraba a unas cuadras.

—Hola Matt- Saludo Charlotte a nuestro viejo amigo. El nos perforaría, nos conocimos en un bar y el nos hablo de su vida. Ya era viejo, pero parecía demasiado joven. Al igual que su cuerpo.

—Hola, Charlotte, hola _____- Saludo. –Creí que no vendrían.

—No, claro que si. Solo que la señorita Charlotte no encontraba su labial rojo- Matt y yo reímos, mientras mi amiga bufaba.

—Ese labial es demasiado importante para mí- Hizo un puchero y Matt negó con la cabeza.

—¿Quién será primero?- Pregunto.

—¡______!- Grito Charlotte mas rápido que un correcaminos. La mire sonriendo.

—Miedosa- Reí. Matt se sentó, y comenzó a darme instrucciones sobre no moverme, que iba a doler, pero sería poco y cosas así. Solo asentí con la cabeza. Charlotte me tomo de la mano. 

Matt tomo un bolígrafo negro y marco la parte que perforaría. Luego me pidió que me sentara en la silla de piel negra, tomo unas pinzas que tenían un circulito en medio, las puso en la parte marcada con negro, y después tomo una especie de inyección en jeringa, sin soltar las pinzas, adentro la inyección sobre el circulito traspasando mi piel. Gemí un poco y apreté la mano de Charlotte, quien veía el proceso con cara de miedo.

Luego me dio a elegir entre los aretes que tenía, elegí uno que se adentraba por la piel, y tenía dos bolitas en los costados, uno por arriba y otro por abajo. Tomo una bolita de algodón con alcohol y froto con cuidado alrededor de mi ombligo. 

—Listo- Dijo sonriendo. —Que valiente _____.

—Gracias- Sonreí y mire a Charlotte. —¿Lo quieres hacer?.

—¡Claro!- Sonreí y ahora cambiamos de lugar, le di mi mano y Matt tomo otras pinzas iguales, y una inyección distinta. Comenzó a hacer los mismos pasos que hizo conmigo.

Después de que terminara la perforación de Charlotte, pagamos a Matt quien nos agradeció y despidió con un ‘Cuando quieran’, después salimos de el local. Charlotte iba con su dramatismo a todo lo que daba mientras yo reía a carcajadas. 

Comenzamos a recorrer las mas grandes tiendas de Los Angeles, mientras buscábamos ropa, zapatos, y cosas que comprar. Entramos a unas 15 tiendas, donde salíamos con máximo 4 bolsas de mercancía. Agotadas regresamos al auto y dejamos las bolsas.

—Ahora si, a comer!- Hablo Charlotte y asentí. Conduje hacía un restaurante de comida china. No tardamos ni 15 minutos en llegar. Dejamos las bolsas en el auto, y bajamos riendo, por una tontería de mi mejor amiga.

Entramos al restaurante y nos sentamos una mesa. Pedimos la comida, y después Charlotte se quedo paralizada. Lo cual logro asustarme. —¿Qué tienes?- Pregunte alarmada.

—Na.. Nada.

—No algo tienes! ¿Por qué esa cara?- Charlotte señalo a la puerta y me gire para ver, pues estaba de espaldas. Sentí que mi estomago se retorcía. El estaba ahí. Se encontraba en el restaurante. ‘Dios ¿Ahora que hago?’.

—Charlotte ¡Vámonos!.- Fue lo primero que vino a mi mente.

—¿Qué? ¡No, tu estas loca! Nosotras nos quedamos.

—Por favor.

—¿Qué? ________ se tenían que ver las caras algún día.

—Si, pero no ahora. Bueno al menos aun no me ve.

—¿De que demonios hablas?, ¡brandon! viene para acá!.

—¡Mierda!.

Secret SexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora