ೃ༄ inquietantes recuerdos.
La sonrisa de un infante, cualquier madre juraría en protegerla, entonces, ¿por qué ella no pudo?
Ver a su tercer hijo romper en desenfrenado llanto le partió el alma, se sentía la mayor escoria del planeta, una total inutil.─ «Jaidev, tú papá no va a regresar.»
Esa oración, destruyó a aquel niño menor de seis años, quebrando de un solo golpe la ficticia e ingenua idea de la familia perfecta, quitándole la brillate sonrisa que debía de haber mantenido hasta su adultez.
─ ¿Por qué? ¿Acaso ya no nos quiere?
La mujer, sólo atinó a envolver en sus brazos al fragil cuerpo de su menor, un vago intento de protegerlo de sus propios pensamientos, no quería que se saltara sus etapa, que intentará madurar antes por la situación, pero, ya era muy tarde, porque entre lágrimas aquel pequeño había jurado proteger a su familia.
No iba a caer ante su primera decepción.
❝ Las decepciones no están destinadas a destruirte; están destinadas a fortalecerte.❞
Años después, el hombre regresó arrepentido, buscando el perdón de su familia, la cual se caracterizaba por tener un corazón inmenso, siempre dispuesto a perdonar o ayudar a su entorno a pesar de sus dificultades propias.
Como se esperaba, los meses pasaron y comenzaron a unir los fragmentos dispersados de la ilusión rota, su familia nuevamente se restauraba, como si hubiese un viaje en el tiempo, pero algo no encajaba, las grietas no iban a desaparecer, el pelimorado se percato de eso, sintiendo una inexplicable desconfianza hacía su progenitor, que por suerte se desvaneció al año, después de un enfrentamiento verbal, cual obviamente costó una par de golpes, por ese irrespetuoso intercambio de opiniones. No obstante terminó en una animanada cena familiar, muy característica de los Bhatt, por su gran don culinario.
❝ El perdón no cambia el
pasado pero le
da sentido al futuro. ❞Caminaba por las concurridas calles del mercado local, buscando ingredientes aptos para su cocina, los más frescos, por lo que andaba a altas horas de la mañana, el sol recién se asomaba con lentitud por lo que se podía sentir la fría brusa de una mañana en otoño, a pesar del duro horario, había una buena cantidad de personas merodeando por ahí. Finalizando sus compras, prefirió tomar un atajo por los angostos pasadizos, en algún momento sintió un tirón en su pie, el cual le impidió su andar, bajó su vista encontrándose una mano, aterrado dio un salto hacía atrás.
─ «A-Ayuda. . .»
Logró decir ese joven con pinta de viajero, aproximadamente de unos veintiséis años, antes de desmayarse frente al moreno.
Quien pensaría que ese inesperado encuentro se podría transformar en su más grande decepción, una que lo marcaría hasta la actualidad.
❝ ❈ ; estaba lloviendo y era el ambiente perfecto para escribir, mmsí
asco mi redacción kk.