A Scream from the Sea / Grito desde el Mar

Un Grito desde el Mar

Sentí su dolor, su desesperación, su miedo, la urgencia. Todas sus emociones se habían apoderado de mí, me habían tomado como su prisionero, y de repente ya no era yo mismo, sino un reflejo fugaz de ella. Me vi en el mar, nadando con una cola animal en vez de piernas, huyendo de una bestia, un pulpo gigante que intentaba dejar atrás, pero que me perseguía hambriento.

En un arrebato desesperado, al ver que finalmente yo logré ganar distancia, la bestia comenzó a lanzar rocas hacia mí, hasta que una me dio en la espalda, destrozándome los huesos.

Tan pronto como ella separó sus labios de los míos, exhalando su último aliento, sentí cómo se iba para no volver. Su cuerpo esquelético quedó sin vida en mis manos, y mis pulmones ardían. Sentía el pecho en llamas, como si respirara llamaradas directamente del sol. Mis costillas se sacudían y mi garganta estaba por explotar. Desesperado, dejé salir el grito.

El sonido atravesó el aire como una daga, un chillido agudo que ningún humano podía emitir, agitando las olas y estremeciendo el firmamento. El mar se agitó enfurecido, como sediento de sangre, y vi con horror cómo las aguas se levantaban. Cuando el grito inhumano abandonó mi garganta y recobré el control de mí mismo, vi que la bestia que la había perseguido salía a la superficie para ser interceptada por más como ella.

Como pude, la saqué de aquél lugar. El mar se agitaba más con cada segundo que pasaba. Necesitaba un lugar seguro, y no pensaba dejarla allí luego de lo que le había pasado. Luego les preguntaría a los de su raza por qué su grito había salido de mí.