«Aveces con tan sólo verte a los ojos ya puedo saber que es lo que necesitas o deseas. Aveces con tan sólo escuchar tu voz silenciosa...se que te estás muriendo de amor por dentro»
•Jikook
•Softfanfic
•Cute
•Bulling
•Jimin = pasivo
•Jungkook = activ...
Nunca creí pensar que mudarme de casa sería tan estresante, el hecho de dejar todo con lo que estaba familiarizado para tener una mejor vida económica no me gustó al principio. Me había enojado bastante cuando mi madre me lo mencionó por el bien de nosotros dos, pero luego de avisarme que me inscribiría a una escuela dónde daban clases de señas mi opinión cambió un poco.
Me estaba imaginando un lugar lleno de niños como yo, que le gustaran tener sus libretas de conversaciones cerca y que siempre se la pasaran escribiendo en ella junto a otras personas. Lamentablemente la escuela añadió esta clase sólo porque yo iba a ser el único chico sordo y deseaban que mis compañeros se comunicaran conmigo sin tener que escribir.
Para ser el primer día de clases quise empezar con una buena impresión hacia mis nuevos compañeros ¿Quien diría que me animaría tanto como para usar por primera vez mi aparato auditivo?
Era asi como un objeto personalizado para mis oídos, tanto asi como para permitirme escuchar todo tipo de sonidos sólo cuando lo tenía puesto y mantuviera las pilas cargadas.
"Bien aquí vamos...uno, dos ¡Y tres!" Mis ojos brillaron de ilusión al sentir como las delicadas manos de mi madre colocaban los aparatos en mis orejas. Cerré los ojos al sentir un escalofrío en esas áreas tan delicadas esperando a que mi miedo de por primera vez escuchar, se desvaneciera rápidamente.
"¿Y? ¿Que tal?" Abrí mis ojos sorprendido al escuchar la hermosa voz de mi madre por primera vez en mis diesisiete años de vida. Mi madre al tenerme sólo a mi y ser abandonada por mi padre, se mantenía ocupada trabajando para mantenernos a ambos. Por eso al ver su sonrisa de felicidad, al ver que valió la pena ahorrar tanto dinero para que yo pudiera escuchar, comenzó a llorrar cuando asentí varias veces afirmando que la podía entender alto y claro.
Debía admitir que sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo fue bonito, pero aunque ella estuviera feliz en mi mente yo guardaba una preocupación inmensa que no deseaba contar.
Porque tal vez podría escuchar como un chico normal, pero en mi condición tan temprana no podía pronunciar ninguna palabra sin balbucear y babear un poco, por lo cual ahora no era el niño sordo a el cual molestarían...sino el niño mudo que en pocas horas tendría que ir su nueva escuela.
«¿A que le temen los sordos?»
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He actualizado dos veces, lo se es un milagrito :3 Bueno como sera ahora de costumbre, les dejaré a un edit de un Jimincito con el aparato auditivo en su orejita uwu.
