↷ Little suspect☽/- YoonMin

[02]

Miré las filas de asiento con desinterés, situándome en la más apartada de la pizarra con tal de pasar un poco desapercibido.

Por la ventana podía ver el patio del campus, distintos grupos formas y sobretodo una aglomeración de alumnos siguiendo con interés tal vez falso a una persona en concreto.

Y ahí lo vi, al querido y amado Park Hoseok, el mejor director que pudo tener el instituto.

— ¿mejor? Si solo es un capullo con sonrisa cautivadora para tener buena imagen — murmuré indignado encogiéndome en mi lugar y mirando con fastidio al anterior nombrado.

Pero tampoco podía negarlo ¿quien no lo querría? Inteligente, maduro y sonrisa cautiva idiotas, igual a el significado para nada complejo de perfección.

Su andar demandante y pulcro, la forma de expresarse logrando el crear un sin fin de imágenes con tan solo un argumento. Simplemente el tan distinto a mi, con aquella apariencia de niño bueno; todo lo contradictorio e igual a mi.

Y pensar que crecimos en casi el mismo ambiente, solo que lo que influyó fue nuestra forma de ver las cosas.

"Y los miles de errores que cometiste, Jimin"

Gire el rostro con una mueca plasmada en este, intentando buscar algo al frente que logre sacarme de la marea brusca de pensamientos.

— ¿Está ocupado? — Escuche que preguntaban a mi lado refiriéndose al asiento vacío junto al mío, sintiendo a la vez un toque suave en mi hombro.

— Mhm, no. — respondí con desinterés, dejando de prestarle atención sacando mi libreta para escribir el sin fin de notas creadas por mi mente.

— Eres de pocas palabras ¿no? — Preguntó el chico castaño, ubicándose en su lugar sin dejar de prestarme atención — Soy Jeon Jungkook, y supongo que tú eres Park, Park Jimin.

— Creo que por desgracia así me llamo. — Sonreí con gracia, escribiendo rápidamente lo que dictaba mi mente. — Rostro nuevo para mi, pero para ti mi rostro estará más que memorizado en tu mente. Soy como de esos carteles de 'se busca' aunque sería más fugitivo, que perdido.

Le escuche reírse de mi comentario, haciéndome esbozar una sonrisa ladina.

— ¿como escapas de la poli? Sería imposible al tener miles de ojos puestos en ti — Por el rabillo del ojo noté como Jungkook apoyaba sus brazos en la mesa, inclinándose un poco hacia mi.

— Fácil, la táctica de intentar pasar desapercibido pero obviamente tengo más trucos, solo que un mago jamás revela como logra su magia. — Musité guardando la libreta nuevamente en mi mochila. — Tampoco es fácil si pareciera que tuvieses un cartel que dice en letras grandes "Se busca" porque serias más cotizado por los avariciosos en busca de la recompensa, solo que por mi no hay ninguna, la única sería el desfigurar más mi reputación. — Dije soplando con aburrimiento las hebras pelinegras que caían por mi frente.

— Supongo que es así, no sabría confirmártelo porque no eh cometido un delito lo suficientemente grande, pero por lo visto podría ser así. — Murmuró mirando al frente al escuchar el como el señor Min iniciaba su clase de historia.

Resignado fingí prestar atención distrayéndome de vez en cuando con el bolígrafo en mano.

Al pasar los minutos los estudiantes a mi alrededor empezaron a salir de la clase, junto a Jungkook quien se despidió rápidamente de mi saliendo del aula.

Tome mis cosas con rapidez pensando mentalmente el que era invisible y que podría pasar sin interrupción alguna por la puerta, y claramente no fue así.

— Jimin ¿podríamos hablar? — Habló el señor Min mirándome suplicante y resignado regrese sobre mis pasos, colocándome a una distancia considerada entre el y yo.

— ¿Sucede algo? — cuestione evitando el tema, balanceándome disimulando mi tic nervioso.

— Se muy bien que no sufres de demencia, Jimin. ¿Que sucede? ¿Tendrás por primera vez alguna explicación lo suficientemente creíble como para que dejemos de cuestionarte? — Se acercó a mi tomándome de la mano con el rostro fruncido en preocupación.

— Estoy bien, Señor Min. — Susurre desviando la mirada, controlando las alteraciones repentinas de mi corazón. — Y usted también lo está entonces ¿que sucedería?

'¿Podrías por favor mantener tu distancia y dejar de revolucionar mi débil interior?' Pensé alterado, alejándome un poco del contrario volviendo a posar mis ojos en sus extraordinarios ojos tintados en gris.

— Dímelo tu ¿como sabré yo que tan 'cuerdo' estás, si ni siquiera dejas ser quien te libere de la jaula? — Cuestionó dolido sobando su frente con cansancio — ¿por qué, Jimin? —

— Cuando lo sepa, se lo diré. Pero si este pequeño sospechoso no soporta los un y mil dilemas ¿como lo pretendería hacer usted? — Detallé su rostro blanco, con distintas estrellas y planetas haciendo parte de su universo. — Pero aún así diga ser un mago, no tengo la magia suficiente como para lograr esa petición. Soy un impostor que reniega ser un muggle. —

— ¿Lanzaras una bengala cuando eso suceda? — dijo, detallando cada parte de mi rostro sin importarle el hecho estar derribando su camuflaje.

— Lo haré, tenlo por seguro, hyung. —

Fue tan efímero y sin advertencia previa; acortó la distancia y unió nuestros cuerpo, abrazándome tan fuerte como podía como si temiese que me desmoronara delante suya.

Y yo con los latidos resonando por todo mi ser, el rubor coloreando mis blancas mejillas, no logre corresponder su abrazo al notar el como me volvía un ser débil al ser desterrado de su zona de confort.

— Huh... — tragué en seco haciendo despacio el ademán de separarme de el, fingiendo el hecho de que mi mundo estaba completamente estable y no revolucionado debido a su cercanía.

Se separó del mi segundos después, mirándome con una sonrisa y un peculiar brillo en los ojos.

— Cuídate, bonico. — Besó mi frente, tomando sus cosas dirigiéndose a la salida — Recuerda tirar la bengala cuando sea el momento indicado — le observé desaparecer del lugar.

— Claro, supongo que será así — Dije rápidamente intentando en vano que me escuchara, saliendo del aula y viéndole detenidamente su espalda, como si fuese una imperfección tan malditamente perfecta. — Aún así sepa que podría llegar a fracasar en el intento — Murmuré volviendo a entrar en el aula sintiendo mis manos temblorosas y la respiración irregular.

Respiré rendido poniendo mi peso sobre uno de los tantos escritorios, pensando con nerviosismo si notó mi debilidad.

Porque mi debilidad era el paraíso del cual yo no tenía autorización alguna de apreciar, porque mi debilidad era el, Min Yoongi.

Vantie.