2 La primera vez que te vi

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"Solía creer en el destino, ¿sabes? Voy a la panadería, veo a una chica guapa en la fila, leyendo mi novela favorita y silbando esa canción que ha estado en mi cabeza toda la semana, y pensaba: "Guau, tal vez es ella la indicada". Ahora pienso: "solo sé que esa perra se llevará la última barra de pan". He dejado de creer. Cada día siento que creó un poco menos y un poco menos, y un poco menos... Y eso, apesta."

-HIMYM

La gente siempre ha dicho que todo pasa por una razón, que nada es casualidad, que todo está escrito y que todos tenemos un destino. Yo era fiel creyente ante aquellas palabras, siempre lo fui. Lo supe cuando pasabas tus tardes de martes y jueves con la Sra. Meredith a ver películas o hablar sobre la segunda guerra mundial y de cómo fue que su marido murió en ella, aunque "siempre dijera cosas sin sentido". Aunque "siempre te ponía a realizar los quehaceres de su casa" y lo más importante: Limpiar el patio donde habitaba Kiara, su bulldog. A la que odiabas, y no soportabas verla ni en pintura.

-¿Cómo puedes odiar un animal? Es sólo un cachorrito.

-¿Cachorrito? Es un demonio, a veces creo que me sigue con la mirada, pero no con cualquier mirada ¿sabes? Sino con mirada de odio, y malicia.

-Son alucinaciones tuyas. Más bien admite que no te gustan los perros y punto. -Comente divertido.

-Puede que no sea muy fan de algunos animales. Pero te estoy diciendo la verdad, esa perrita me odia. La señora Meredith no deja de repetir que Kiara es un ángel exclusivamente enviado por Dios para hacerse cargo de ella, pero son viles mentiras. Siempre está haciendo maldades. –Dijiste con el bocado de patatas fritas aún en la boca.

-¿Maldades? Por dios Jade, es un Bulldog son los perritos más tiernos y tranquilos que puedan existir.

-Para mí que esa tal Kiara está enojada con la vida por no darle una cara normal y tener siempre ese aspecto de haber chocado contra un mural.

 -No tienes que ser tan cruel. Es sólo una perrita, y la gente normal y con buenos sentimientos, amamos a los perritos. Por favor no me hagas dudar de ti, y empezar a creer que eres de esas que odian a los animales y van con sus padres de casería cada fin de semana.

-Y la exagerada soy yo. Admito que los perros no son mi animal favorito, pero ella es diferente, está endemoniada. Y ya que tú no me has preguntado qué tipo maldades me ha hecho esa perra, simplemente seguiré comiendo mis patatas e ignorare que hemos hablado de este tema. Además la Sra. Meredith está ya muy veterana para disque cuidar a una perrita, ¿no te parece? A los 62 años te imaginas a una anciana con un gato, no con una maldita perrita Bulldog.

-Y tú estás muy amargada para ser tan joven, ¿no te parece? A los 16 años te imaginas a una niña dulce que ama a los perros, no que piensen que estén endemoniados.

A los pocos días te arrepentiste de haber hablado pestes de Kiara, un jueves, una simple tarde de películas Kiara, había muerto. Pero en ese momento, tú; estabas ahí, por alguna razón llegaste en el momento justo, sólo para evitar que Meredith, tras la pérdida de alguien tan amado para ella no se hubiera quitado la vida. Estaba escrito. Así como también lo estaba el destino de Fermín, el cartero, que en un día de trabajo común y corriente, pasara por la casa de Meredith a las 6 en punto y en lugar de tocar el timbre dos veces y gritar: "Correspondencia" e irse, como era común y corriente, se quedara treinta segundos más a esperar a que la dueña de la casa le abriera. Estaba escrito que Meredith no estuviera tomando su siesta de las 6 en punto como era de esperarse. Estaba escrito que ella abriera la puerta y en lugar de tomar la correspondencia y cerrar la puerta a sus espaldas invitara a Fermín a pasar. Estaba escrito que Meredith y Fermín que era tan sólo cuatro años menor que ella, se enamoraran.

Cuando te vi por primera vez, supe que estaba escrito, supe que mi destino era estar contigo.

Puede que tú no lo recuerdes, o probablemente ni siquiera me hayas notado, pero fue en el funeral del mejor amigo de mi padre. Amigos, familiares y conocidos asistieron más por conveniencia que por verdaderas ganas de estar allí. Todos y cada uno de ellos lloraban tan falsamente, que me sentía en una especie de reality show. Supongo que ese es el precio que pagas al cumplir tus metas en la vida y ganar montonales de dinero. Te quedas solo. Estabas sentada en un sillón sin decir nada, y al igual que mi padre, no llorabas; sólo se podía notar en tu esencia dolor. Pregunté a mi padre si sabía quién eras, a lo que él respondió que eras la única sobrina de Dan; su ya difunto mejor amigo.  No quería decir que no tenía más sobrinas, sino que tú realmente eras la única para él, la especial. Todos seguían llorando e inclusive vi a mi padre derramar unas cuántas lágrimas, hasta yo sentí cómo me resbalaban algunas por el simple hecho de estar ahí. Todos pasaron a la habitación donde se dio el pésame, tú no. Tú te quedaste frente el ataúd probablemente vacío.

-¡Todos son una mierda! -exclamaste- ¡Todos y cada uno de ustedes! ¿Creen que a mi tío le gustaría verlos aquí? ¿Creen que a él siquiera le hubiera gustado un funeral? ¡Él era demasiado sencillo para estas cosas! ¡Lo era para todo! No son más que unos malditos buitres.

Mi padre casi esbozo una sonrisa, sé que yo lo hice también. Estuve parado frente a ti por minutos que me parecieron eternos, y en eso te rompiste. Comenzaste a llorar. Yo no sabía qué hacer, realmente nunca sabía qué hacer. Cuando me decidí por fin acercarme alguien te tomó de los brazos, te dijo susurró algo al oído y saliste corriendo. Nadie se veía atractivo de esa manera, soy un estúpido al fijarme en ti pese aquella situación y quizás me odies por eso, quizás creas que soy un imbécil y probablemente tengas razón. Fueron tus agallas, fue tu coraje y tu temperamento... Mi destino era estar contigo Jade, realmente lo era.

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⏰ Última actualización: Dec 10, 2023 ⏰

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