TE ENCONTRÉ EN UN INSTANTE

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Victoria tenía prisa por llegar a este mundo, a pesar de haber sido un embarazo tranquilo, con tan sólo 7 meses de gestación ya estaba en brazos de sus padres, era una niña tranquila pero curiosa, lo cual uno se daba cuenta al ver esos hermosos ojos verdes que había heredado de su madre que siempre observándolo todo, no daba problema alguno ya que apenas lloraba y dormía toda la noche, siempre estaba risueña y juguetona durante el día, y cuando su padre llegaba a casa después del trabajo este siempre inventaba algún juego para pasar tiempo de calidad con la pequeña.

Ya caminaba sola al año y le encantaba ir al parque ya que allí podía correr y explorar a su antojo, se mostraba interesada en las flores las olía todas a su paso, observaba cada animalito o insecto que veía y todos los colores llamativos despertaban en ella ese sentimiento de querer acercarse para inspeccionar, era una niña adorable todos la miraban encantado mientras bailaba y saltaba por el parque, tenía el cabello rizado y sus ojos de color verde que por ratos se tornaban dorados le daban un aire picaresco.

Esa tarde como todos los fines de semana sus papás la habían llevado de paseo al parque, ya que era su lugar favorito, ahí podría jugar con otros niños, subir a las hamacas, el resbalín y sobre todo podía explorar cuánto quisiera eso la hacía sentirse como toda una exploradora.

Ya había imitado a un perezoso, el cual colgaba de un árbol, utilizando el brazo de su papá para poder adoptar la misma postura, había perseguido mariposas llenas de colores hasta que una se posó en su nariz y quedo alucinando mientras captaba cada detalle que esta tenía, la acaricio con el dedo y le sorprendió la suavidad de sus alas, había corrido de aquí para allá incansablemente, es que tenía unas energías que parecían no agotarse nunca, siempre buscando saciar su curiosidad.

Estaba siguiendo una fila de hormigas que llevaba comida a su hormiguero cuando de pronto sintió que algo golpeaba de frente con ella y la tiraba al piso, cayó sentada en el cemento con las manos hacia atrás rasguñándoselas, miró a los lados pero no vio a sus padres cerca para que la socorrieran y tuvo que aguantar las lágrimas que amenazaban con salir en cascada por sus lindos ojos, sólo vio un niño no mucho mayor que ella quien le ofrecía su mano gentilmente para ayudarla a levantarse y la miraba con una sonrisa enorme en el rostro.

Inspeccionó al niño observándolo de pies a cabeza, quien no borró la sonrisa mientras la ayudaba a levantarse, y en sus ojos también veía la misma sonrisa picaresca muy parecida a la que todo mundo decía que ella tenía, eran unos ojos azules brillantes y expresivos que la cautivaron a pesar de su corta edad y sintió como una conexión en ellos, algo que por el momento no comprendía ya que tan sólo era una niña pequeña.

El niño se acercó tomó la carita de victoria en sus pequeñas manos y dándole un beso de disculpas este salió corriendo y riendo nuevamente para perderse entre los caminos que llevaban al área de juegos y se mezclaba con otros niños que al parecer lo estaban esperando para proseguir con sus juegos.

Los papás de Victoria que habían visto todo desde un costado; donde se habían sentado a descansar sin perder de vista a su pequeña se; acercaron para tomarla en brazos algo preocupados mientras limpiaban sus heriditas y revisaban si no tenía algún corte u otro raspón, al parecer aparte del de las manos no se había hecho nada, de todas formas decidieron que era hora de llevarla a casa para que se duchara y descansara, pero ella se había quedado pensando en aquel niño de los ojos alegres; mientras su mente volaba a lugares creados con su imaginación cayó rendida en un profundo sueño,  su padre la cargaba en brazos y la arrullaba de camino a casa. 

TE ENCONTRÉWhere stories live. Discover now