4- 年輕而美麗

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Los días locos, las luces de la ciudad.
La forma en que jugarías conmigo como un niño.
°

Últimamente se estaba interesando mucho en los poemas de amor, quería sentir aquel sentimiento.
Lo había sentido con Junhui, pero un amor familiar, pensaba que era igual, sin embargo, como lo describían en los poemas y libros era algo totalmente indescriptible e inigualable.

"Querido Señor, cuando llegue al cielo
Por favor dejame traerla.

Cuando venga, dime que la dejarás entrar.
Padre dime si puedes
Toda esa gracia, todo ese cuerpo, sin duda lo merece.

Ella es mi sol, me hace brillar como diamantes."

Minghao quería sentir aquel sentimiento inigualable.

Sintió un frío inmenso que le recorrió todo el cuerpo, uno de los más incómodos que había sentido, sentía dolor, había estado dormido por un buen rato, su cuello dolía a horrores, y fue antes de abrir los ojos que se dió cuenta de que se encontraba dentro de algún tipo de corriente de agua.

Abrió los ojos, le pesaban increíblemente, una bañera, estaba algo mal cuidada, pero nada del otro mundo, llena de agua helada, pero no fue eso lo que le llamó la atención, sus muñecas atadas tan fuertes que sus heridas se hacían peores y empezaban a derramar su propia sangre.
Tenía la misma ropa de siempre puesta, notó que su ropa no se había cambiado durante todo el tiempo que tenía allí, era algo sin importancia comparado con la situación, el hambre devoradora, el frío y la soledad eran temas de los que podría preocuparse un poco más.

Minghao odiaba despertar más que nunca, arrugando la frente mientras se llevaba las manos a la cabeza trató de enderezarse lo más posible para quedar en una posición más cómoda.

El agua anteriormente, no tan cristalina, se había tornado a un leve tono de rojo, ya que además de sus muñecas también sus tobillos sangraban.

—¿Piensas quedarte ahí todo el día o vas a aprovechar la oportunidad que te estoy dando?—dió un pequeño salto en su lugar al notar al chico que se encontraba literalmente a su lado, exceptuando que se encuentraba fuera de la bañera.

Seguía un poco aturdido por la situación, no había podido abrir totalmente los ojos por culpa de la directa luz a la que aún no se acostumbra.

—Será mejor que te des prisa, mi tiempo vale oro.

Mi mierda vale oro, hijo de puta.

Por un segundo se sorprendió por sus propios pensamientos.
¿Desde cuándo sentía el odio recorrer tan fuerte por sus venas?

Minghao no entendía, debía bañarse ¿verdad? ¿o esperaba que lo hiciera justo delante de él?

Minghao miró fijamente a Hoshi, respondiendo con la mirada.
El contrario gruñó un poco.

—Te daré 10 minutos, no más—Hoshi tomó un reloj y le dió cuerda, supuso que para contar los 10 minutos y lo dejó en el borde de la bañera.

Minghao empezó a restregarse fuertemente, lastimandose la piel inconscientemente.

Estaba frustrado, muy frustrado.
¿Cómo no se había vuelto loco ante esta situación?
Ya estaba oficialme harto de todo.
De llorar apenas abría los ojos, de no poder ver a Junhui, de no poder ver a ningún conocido, de simplemente vivir como estaba viviendo.
Deseaba profundamente un poco de libertad.

En menos de lo que pudo darse cuenta, ya estaba secándose con la toalla.
Vio las prendas sobre una pequeña mesa, gigantes cómo imaginó, además pensó haber bajado de peso.

Sweet Dreams 《H8shi/Soonhao》♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora