Capítulo 4: Águilas rojas

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En su vida pasada Feng Mu Qi adquirió un grupo de hombres de la montaña que se hacían llamar águilas rojas. Más tarde se enteró que los convenció para unirse a él a cambio de buscar venganza por sus familiares muertos durante una emboscada.

Lo que las águilas rojas no sabían era que la emboscada fue preparada originalmente por Feng Mu Qi y luego colocó la olla sucia sobre la cabeza del Príncipe Feng Tai. De esta manera mataba dos pájaros de un tiro: adquiría un ejército personal y eliminaba un competidor, todo sin mover un solo dedo.

Shen Luo Yun se enteró de todo esto un día que Feng Mu Qi había visitado su habitación, olía a vino y estaba muy borracho.

Cuando regresó a su patio y otorgó los nuevos nombres se acordó de ese asunto e inmediatamente entregó la tarea a sus nuevos guardias.

Después de que terminó de hablar, Shen Luo Yun tomó un trozo de papel, un cepillo y escribió unas palabras. Al terminar la carta, selló el papel con un sello de cera y se lo entregó a Ming Jiang "Pueden ir ahora".

Guardando la carta, los tres hombres salieron de la residencia y subieron a los caballos que habían preparado para ellos. Mirando la entrada al patio por última vez, partieron.

Después de haber montado a caballo durante toda una tarde, los tres hombres llegaron al pie de la montaña donde fueron interceptados por un grupo de cinco hombres.

"¿Quienes son? ¿Que hacen aquí?" dijo el que parecía ser el jefe.

"No venimos a causar problemas, nuestra maestra nos envió para entregar una carta a su jefe. Dijo que estaría especialmente interesado en esta información" dijo Ming Jiang.

Los cinco hombres se miraron entre sí antes de que el hombre que los lideraba volviera a hablar "¿Quién es su maestra? ¿Que información?".

Ming Jiang contestó "El nombre de nuestra maestra no es uno que podamos decir en estas circunstancias en cuanto a la información no lo sabemos, solo tenemos órdenes de entregar la carta a su jefe y esperar la respuesta".

El hombre que los lideraba dijo "Los llevaré pero al menor indicio de peligro y los mataré".

Ming Jiang y su grupo no se asustó, en cambio dijo "Gracias por su amabilidad".

El hombre no dijo nada más y los guió hasta las profundidades del bosque. Cuanto más se adentraba más peligroso era.

Medio shichen después, el grupo de Ming Jiang pudo ver algunas casas pero no se dirigieron ahí, sino que se desviaron hacia un pequeño río. En el río se encontraba un grupo de hombres que estaban revisando su botín: eran bandidos.

El hombre que llevó al grupo de Ming Jiang dijo en voz alta "¡Jefe, lo buscan!".

En ese momento un hombre corpulento de unos cuarenta años sobresalió entre la multitud. Tenía puesto una armadura plateada y en su cintura destacaba una filosa espada.

"¿Quiénes son?" dijo con voz grave.

Ming Jiang caminó hasta parase frente al hombre y respondió "Nuestra maestra nos ha enviado para entregar una carta, dijo que en ella se explicaba todo y espera una respuesta" cuando terminó de hablar, sacó una carta y se la entregó.

El hombre agarró la carta, lo abrió y leyó.

"Señor Bo, es un placer poder contactar con usted, soy Shen Luo Yun. Estará curioso por el motivo de mi búsqueda ¿verdad? La razón es que tengo información sobre la emboscada que sufrieron hace un tiempo. ¿Está interesado? Si es así puede encontrarme en la capital imperial mañana al medio día en la casa de té de la calle principal".

Rebirth of the beloved daughter of the generalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora