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Nuevo México, 2011.
La joven mujer caminaba erguida arropada por su costosa ropa de segunda mano, tratando de lucir tan cómoda y segura como le era posible. Sintiéndose uno más de los millonarios que la rodeaban.
Si sus compañeros del laboratorio donde trabajaba supieran que así estaba pasando la noche después de lo que habían vivido... pretendiendo ser una reina que no era, solo para sentirse mejor consigo misma, probablemente le darían una riña por ser tan superficial cuando tenía una mente tan brillante.
Estando bebiendo de la champagne más cara, entre los empresarios más exitosos que visitaban Nuevo México; comiendo de los bocadillos más ridículamente costosos, no le pasaban desapercibidas las miradas de hombres y mujeres sobre ella, probablemente imaginando que era una nueva rica disfrutando los placeres que el dinero le otorgaban. En aquel lugar nadie la comparaba con Jane o con Darcy. Simplemente veían a una hermosa mujer vestida impecablemente.
Estaba recargada en la barra, pasando su dedo índice por el filo de la copa, provocando un leve sonido, el cual se hundía entre las conversaciones y la música clásica del fondo que eran evidentemente más altas que aquel leve y agudo sonido; sus ojos seguían a su dedo recorriendo el mismo camino, el circulo sobre la copa.
¿De verdad la importaba estar sola sintiéndose en un rango tan alto? En lo absoluto. Le gustaba aquel sentimiento de superioridad, estando ahí, todos la veían como una igual, ya que ella era lo suficientemente buena para engañar a las personas para creer algo que no era.
A pesar de estar en el ambiente que tanto añoraba fuera parte de su vida diaria, Genesis no lograba eliminar el recuerdo de como el hombre cayó del cielo hace algunas horas antes.
« — 🧊— 🐍 — 🧊—»
El equipo entero estaba en la camioneta. Tanto Jane y ella habían estado esperando aquel fenómeno y habían calculado que esa misma noche ocurriría. Darcy estaba al volante, mientras que Erik, Jane y ella miraban en la parte de atrás movimiento en la pantalla relacionado con el fenómeno que se suponía debía ocurrir en un of de minutos.
"Solo espera", dijo Jane a Erik, esperando que los cálculos que entre ambas habían hecho fueran correctos.
"¿Puedo encender la radio?", preguntó Darcy.
"No, Darcy. No puedes", dijo Genesis un poco desesperada.
"Chicas, no pueden seguir haciendo esto".
"Las últimas 17 ocurrencias han sido totalmente predecibles", dijo Jane.
"Pero eres una astrofísica, no una cazatormentas. Y tú...", suspiró, "¿como terminaste envuelta en todo esto? ¿No se supone que ya estás en practicas en la NASA?"
