🍁Four O'clock🍁

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Es una fresca tarde del mes de noviembre, los matices cafés que decoran las copas de los árboles, junto a la brisa que recorre entre las calles en silenciosas caricias a todo el que se cruce en su camino son la prueba de la estación. Es una bella tarde de otoño, de aquellas dónde puedes salir a pasear y crear momentos felices.

YoonGi recuerda muchos, como aquél día en que JiMin y él salieron a caminar al parque el año pasado, cuando una fuerte brisa voló la bufanda del menor y ambos corrieron a su rescate, su pequeño novio subió a sus hombros para tratar de bajarla de un árbol, terminado por tropezar y callendo ambos entre pilas de hojas secas, esa tarde se permitieron jugar juntos en el pasto, como dos niños en el parque. También recuerda la vez en que sacaron a pasear a su perro, Holly, o cuando simplemente iban a comer un helado a pesar del frío ambiente. YoonGi amaba esos días porque podían pasear viendo la hermosa vista otoñal sin los molestos rayos del sol, o simplemente acurrucarse juntos en las tardes más frías. Amaba que al caminar su novio se colara ente su abrigo excusando el tener frío, o cuando, recostados en el pasto, la brisa acariciaba sus rostros siendo recibidos por una lluvia de hojas doradas.

Estos días siempre le traían paz y alegría, pues el consideraba el otoño como una forma de la naturaleza de cerrar un ciclo, de terminar lo malo y darse la oportunidad de volver a nacer, la promesa de días mejores. Sin embargo hoy, al ver las maletas en la puerta de su hogar y escuchar el ruido de un taxi llamar con su molesto claxon, el día no le parecía tan mágico, sino uno simple, seco y gris, comenzando a caer en el monótono y común pensamiento del otoño, ese que por años tanto odió y contradijo pero ahora era el único que inundaba su mente, pues así se sentía él, seco y gris.

Escuchó a JiMin llamarlo, con aquella dulce voz que siempre consideró el mejor de los néctares, pero ahora se sentía como un veneno amargo. Lo escuchó hablar, lo escuchó decir adiós y la puerta cerrarse tras sus palabras, pero nada detuvo el nudo en su garganta y las gotitas de amargo llanto que en sus ojos se resguardaban, permitiéndose ser libres sólo cuando el sonido de un auto alejándose le devolvió a la realidad.

El reloj de pared afirmaba que faltaban quince minutos para las cuatro en punto, y sólo entonces, YoonGi deseó que el avión de las cuatro se llevara en su vuelo todo su dolor, así como se llevaba lo mejor de su alma.

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-MinS.

🍁Four O'clock🍁 •YoonMin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora