Entre libros

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Ella era una chica ocupada, siempre con libros en la mano, esa era su pasión, leer.
Un día entro a su escuela con las manos ocupadas por la cantidad de libros que tenía que llevarle a la bibliotecaria de dicho establecimiento.
En un descuido ella se tropezó con sus propios pies. Fue como una lluvia de libros, miro hacia el piso y escuchaba el sonido de las cosas cayendo, enseguida se agachó para recoger sus preciadas hojas cubiertas de duras tapas.
Al recoger el primer libro chocó su cabeza con el de otra persona, sus cabellos medios rojizos ella contemplo como si fuera fuego ardiente que la envolvía.
<<Ya lo hago yo>> dijo la chica, tenia su orgullo, a pesar de tener amigos ella quería hacer todo sola.
<<No, permite me ayudarte>> rápidamente ya había recogido tres cuartos de los libros desparramados por el suelo. La morena término de recoger lo que faltaba y se puso de pie, sutilmente lo miro a la cara.
<<Gracias>> murmuró y trato de tomar los libros del pelirrojo con pecas. Él audazmente dio un paso hacia atrás y no le permitió a la fémina alcanzarlo. Empezó a marchar hacia la biblioteca con los libros en mano.
Desconcertada por la imagen del chico le siguió el paso tomando distancia, nunca había visto a tal chico en el mismo establecimientos educativo en el cual ella también estudiaba.

El tiempo corría a paso apresurado, un año había pasado desde esa escena, ambas personas formaron una amistad inquebrantable. El le había confesado que le gustaba leer "El principito".
Poco a poco la chica se enamoraba de el, le gustaba pasar el tiempo junto a su amigo, su risas, su voz, sus mimos, sus abrazos; todo en el la volvía loca. Pero ella solo lo amaba en silencio, sin atreverse a confesarselo ¿Por qué? Por dos razones: El miedo al rechazo y a perder su amistad por su confesión.
Paso una semana y ella al fin decidió confesarse. Con mucho esfuerzo pudo comprarle un libro nuevo de la novela favorita de él; en las primera página, en un costado le escribió su amor hacia él.
Esa misma tarde se junto con el a tomar un café, era un día lluvioso; a ambos le encantaban los días así.
Entró al café y vio a su amigo sentado en una de las mesas, lo saludo con una mano acompañada de su sonrisa. Agarro el libro envuelto en papel de regalo y lo guardo en su bolso.
Ella no le entregó el regalo hasta que se terminaron su café, aun dudosa saco el obsequio y se lo entregó.
Feliz el chico rompió la envoltura y descubrió el regalo, agradeció con una sonrisa y vio la primera página.
Con la mirada gacha para no mirarlo jugaba con sus dedos, esperando que la  reacción del chico no fuera negativa.
Se sorprendió al sentir otros labios contra los suyos, un beso dulce y cariñoso. Sus labios dulzones, como la miel, como el azúcar. Se separo de mi a causa de que necesitábamos oxígeno en nuestros pulmones, junto nuestras frentes.
<<Te amo>> repetimos al unísono y volvimos a fundirnos en otro beso sabor miel.
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Dedicado a: 000ABRIL000

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