Ken y chica vodka

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Me estaba dando por vencida, había estado varios minutos golpeando la puerta una y otra vez.

-Es que nadie se va a dignar a abrir la puerta.- Grité para que alguien a dentro pudiera oírme.

Detuve los golpes y los gristos tras escuchar movimientos al otro lado. Guarde silencio cuando escuche que alguien sacaba llave del cerrojo, al abrirse pude apreciar un hombre bastante alto de piel morena, ojos celeste y rostro marcado, que se encontraba con tan solo un boxer.

-¿En qué puedo ayudarte muñeca?

Aparentemente el sexi macho no tenía la menor idea de que era su vecina. Y si señoras y señores mi vecino era bastante atractivo, con su cuerpo desnudo pude admirar sus músculos excesivamente bien formados.
Ay santo dios! Pero que abdomen. Trate de hacer un lado mis pensamiento.
Que calor hace aquí.

- Ja! Tres cosas. Primero no me llames muñeca, segundo deja de mirarme como un pervertido o juro abofetearte justo aquí y tercero ¿¡puedes dejar de coger justo arriba de puta cabeza!?
¿Es que acaso no tienes algo de respeto por los que queremos dormir?

-Wow, tranquila muñeca- Dijo alzando ambos brazos.
Tres cosas para ti también, primero no sabía que vivías del otro lado y de verdad que estoy feliz de aquello, segundo yo no soy el único que está devorando con la mirada lo que tiene al frente, pero nena lo entiendo.. se que soy muy sexy e irresistible para cualquiera - dijo guiñandome un ojo.
Y tercero si quieres puedes unirtenos.

-¿Es un chiste?
¿Y este que se creía? Primero casi atravesó mi muralla a punto de cogerse mi cabeza y ahora me pide unirme a su orgía o lo que sea que este pasando ahí adentro. -No señoras y señores esto se acabó. Y sin mas que decir lo empuje desprevenidamente y entré. Se que fue un arrebatamiento de último minuto pero bueno, con este sujeto no llegaría ninguna parte y yo lo que deseaba era dormir.
Su departamento era bastante más amplio que el mío.. pero bueno no entre para admirar el piso de un promiscuo, no señores entre a buscar exclusivamente la fuente del ruido.

-¿Que buscas muñeca?

Escuché a Ken promiscuo tras de mi pero lo ignore, observé el piso que aunque fuera mas amplio tenía la misma distribución de las habitaciones. Caminé por el comedor.
-Ken si que tenía buen gusto. Su comedor tenía un elegante sillón de terciopelo negro acompañado de una mesa rústica de madera rojiza y tras este un enorme librero, repleto de cientos de libros de diferente colores y tamaños. Vi el pasillo que daba por el lado izquierdo de la cocina y me adentre, primero vi la puerta izquierda muy parecida a la mía así que supuse que era el baño así que la ignore, me di vuelta para asi dar con la puerta de enfrente, pero en esta no había una, si no dos puertas. Abrí la primera y solo pude ver una cama de dos plazas ordenadamente arreglada, la cerré al instante al no ver a nadie ahí.

-Muñeca, no pensé lo entusiasmada que te dejo mi propuesta.

Dijo Ken que se encontraba ahora justo al lado de mi.
Lo hice aun lado y abrí la otra puerta y ahí fue cuando me lleve la sorpresa, una joven de unos veintitantos se encontraba como llegó a este mundo, con diferencia que tenía una botella de vodka en la mano.

-¿Josh y quién es esta?

La joven vodka me miró con recelo y después dirigió su mirada a Ken que se encontraba detrás de mi, bueno chica vodka lo llamo Josh así que asumi que ese era su nombre.

-Eydria, ella es muñeca mi nueva vecina.

-Mi nombre no es muñeca.- lo fulmine con la mirada.

-como sea, no quiero a esta puta aca.- Dijo chica vodka.

Esperen, detengan el tiempo.
¿Me llamo puta?
Damas y caballeros hasta aquí se puede decir que llegó todo lo que se llama autocontrol.

- ¿¡Te entrevisté a llamarme puta!?
Yo te mostraré que puede hacer esta puta. - y sin mas, avance hasta la cama que se encontraba deshecha y me tiré encima de la desnuda, trate lo más posible en no tocar nada pero fue en vano más aún teniendo mi cuerpo encima. Tiré puñetazos a los cuales ella rápidamente esquivo y se colocó en pies empujandome y tirandome al suelo, aproveche de tomar una de sus delagadas piernas que la hizo caerse al suelo donde nuevamente me tiré como leona atacar.
La golpee a su rosada cara y tiré de rubio cabello.

- ¡para que aprendas a no decirle puta a alguien que solo quería dormir!

La pelea terminó cuando sentí que me elevaban. Ken me levantaba con tanta facilidad como si fuera una bolsa de aire.

-¡Ya basta!- Nos grito a ambas mientras yo pataleaba por soltarme.

-A la otra ya verás puta.- me hablo chica vodka mientras se colocaba un abrigo rosa que estaba sobre una silla, cubrió todo su cuerpo, miro a Ken y sin mas salio de la habitación y a los segundos sentimos un portazo de la entrada. Barbie de había ido.

-Sueltame.

-Si prometes no golpear mi hermoso rostro.- miré determinadamente a Ken Moreno y asenti.

-Joder, muñeca cuando te invite a unirtenos no fue a punta de golpes.

-Como sea.- me aparte para irme de una vez a mi cuarto.

-¿No me desearas las buenas noches preciosa?- grito Ken mientras habría la puerta.
Me giré y le dedique la sonrisa mas falsa del mundo.

Entre nuevamente a mi habitación dónde encontré a Safira durmiendo sobre mi cama. La gatita se había puesto bastante cómoda al parecer.

-Esta no es tu cama.- dije mirando a la pequeña bola de pelos café, pero sin poner mucha resistencia me resigne a tener algo de compañía durante la noche, apague la luz y al fín pude escuchar nada, sin gemidos ni gritos detrás de mi oreja.

Dos hombres y una puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora