Capítulo 1. Voy y vuelvo.

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Me costaba respirar, si bien había viajado muchas veces antes. Jamás lo había hecho a espaldas de mis padres. Bueno ellos saben lo del vuelo... pero no mi verdadero destino.
Me preparaba para el despegue cuando mi móvil comienza a vibrar.

-Mierda ¿no lo había apagado?
En la pantalla lucía un atractivo joven de pelo rubio y ojos celeste.

-Ahg.

Pensé en si cortar o dejarlo vibrar hasta que se perdiera. Y así fue el nombre de Valentine y su rostro se esfumaron de mi pantalla móvil dejándola en negro. Momento en el cuál me dispuse a apagarlo.

-Respira Lia tu puedes, es tu sueño.
No seas cobarde Lia por el amor de Dios.

Estaba apunto de hiperventilar cuando apareció la azafata para dar las indicaciones de vuelo.
El vuelo de San Francisco a New York solo tardaba 5 horas así que no recibiría llamadas de mi familia hasta al menos en el doble de tiempo, ya que creían que estaría viajando hacía ni nada mas ni nada menos que la ciudad del Amor, París.
Me recoste sobre el asiento y comencé a observar lo diminuto que se veía todo desde aquí arriba, algo de tristeza se me escapo por un ojo dejando marca en mi mejilla, tal vista me recordada mi vida diminuta, siendo estricta y rigurosamente controlada por mis padres.

-Ellos no son personas malas solo quieren lo mejor para mi.
Recordé la conversación que tuve con Mina meses atrás desde mi portátil.

-Como sea Lia tus padres no pueden quitarte lo único que es tuyo en la vida. Tú futuro.

Después de una larga conversación con mi mejor amiga, esa noche decidí a planear esta locura. Mina me ayudó a encontrar un estudio de fotografía donde hicieran cursos anuales y su novio Daniel, me ayudo con algunos de sus contacto a encontrar trabajo a solo cuadras de un pequeño departamento que alquile por internet.
Todo era perfecto, solo por un pequeño detalle... convencer a mis padres.
Al comienzo rieron ante la disparatada idea de que su única y brillante hija malgastara su futuro en eso, después de suplicarles literalmente su permiso solo logré gritos de parte de mi padre y lágrimas de mi madre, al final me rendí, pero solo frente a ellos por que la decisión ya estaba tomada. Escuché por horas el discurso de mi padre, hasta que logré convencerlo de que la locura de la fotografía había sido eso, solo una locura.
Los tres quedamos en que con los contactos de mi madre no sería necesario el postular a Stanford así que no lo hice, eso me dio una nueva ventaja para la idea que se me ocurriría horas más tarde.
Al comienzo la idea de tomarme un año para viajar por el mundo no fue muy bien recibida, pero luego de horas de explicar que quería hacer lo mismo que ellos hicieron cuando jovenes, me dio un punto a favor y terminaron aceptando cuando accedí a que cuando estuviera de regreso me iría a estudiar derecho. Creó que eso era lo que menos me gustaba del trato, pero bueno ¿no hay recompensa sin sacrificio, no?
Para finales de semana ya tenía mis maletas listas y una mentira mas grande que el mismo avión. Me costó mucho el convencerlos de que me dejaran ir sin Valentine ya que si el iba conmigo solo arruinaría todo contándoselos, pero al final comprendieron que era así la única forma que tenían de poder tenerme finalmente estudiando lo que ellos deseaban.

Desperté cuando aterrizabamos en uno de los aeropuertos de New York. El descanso me hizo muy bien para los nervios, ya mas relajada los encargados nos indicaron que era hora de bajar.

Con maletas en mano hice señas a un taxista que gentilmente accedió a llevarme.

-¿A dónde la llevo señorita?

- Mm.. un minuto por favor.

Revolví entre todo el basural que llevaba en mi cartera para encontrar el miserable folleto que imprimí con la dirección del departamento.

Dos hombres y una puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora