Niall
Era un día normal en la ciudad de Londres; el tráfico, el clima nublado, el estrés... En definitiva era un día normal.
Las gotas de lluvia golpeaban contra la fría ventana que estaba detrás del rubio. Aquella ventana, era por la cual aveces le gustaba pararse frente a ella y observar la ciudad, le parecía su lugar de meditación; en aquel momento las cosas eran agitadas, tenía que entregar el proyecto a su jefe en menos de una hora y si todo salía como esperaba, Katy y él se podrían ir de viaje durante un tiempo.
El pobre hombre se debía unas merecidas vacaciones, había descuidado tanto su persona y a su esposa que aveces el sentimiento de culpabilidad lo abruma tanto que le dolía el pecho.
Pobre Katy, seguro que extrañaba las noches de película los viernes y las cenas románticas los sábados. Pero es que últimamente llegaba tan cansado a casa que lo único que quería era dormir, y en ocasiones su linda esposa lo esperaba con una taza de café humeante que en vez de inyectarle energía, sólo lo arrullaba más. Y los fines de semana, prefería encerrarse en su estudio y seguir con el proyecto para terminar cuanto antes.
Ahora, el estrés lo carcomía internamente deshaciendo prácticamente su estómago. Debía terminar a tiempo, porque dentro de poco tendría una junta con sus superiores y era su oportunidad más grande.
Niall Horan era diseñador gráfico, y digamos que donde estaba ahora, que era el área de publicidad de la empresa, le pagaban bastante bien pero este proyecto... Darle una nueva imagen a la marca y proyectar todo lo que la marca significaba en ésta, era algo grande y no sólo estaba él involucrado, tenía una cierta competencia con sus compañeros por llegar a ese ascenso que el ganador obtendría.
El teléfono de su oficina comenzó a sonar con fuerza haciéndolo exaltar. No, no contestaría, el tiempo corría y valía oro, no lo desperdiciaría en una llamada. Si era de importancia, entonces le llamarían más tarde.
Continuó trabajando y minutos más tarde el silencio que había gobernado en su oficina, se vio interrumpido por una llamada entrante de su teléfono móvil.
De mala gana, desvió su mirada hasta el aparato que descansaba a unos centímetros de su mano y leyó con cuidado el contacto: "Llamada entrante: Katy". Puso los ojos en blanco y tomó aire.
No era que no le gustara hablar con su esposa, de hecho le encantaba, pero le había pedido que por favor no lo llámase durante cierto periodo del día, pues se encontraba lleno de estrés y no quería hablarle mal.
Contestó el teléfono después del quito timbrazo, no sin antes volver a tomar aire profundamente repitiéndose que Katy no tenía la culpa de su estrés.
- Hola, Katy -saludó con suavidad, aunque más bien parecía que arrastraba las palabras con pesadez.
- ¡Niall! -exclamó Katy sin tanto entusiasmo.
Niall ni siquiera se sorprendió, había estado tan distante con su esposa los últimos meses que no le sorprendería que ella estuviese algo molesta o herida. Pero ya lo remediaría.
- Katy, cariño, en verdad debe ser importante -comenzó Niall intentando apresurar la conversación- Estoy muy ocupado y no tengo mucho tiempo.
Por unos segundos el silencio se hizo presente entre ambos justo después de que Niall terminara. El rubio creyó que su esposa ya estaba molesta y seguro le cortaría la llamada. Se mordió el labio pensante.
Hoy, al salir de la junta, haría una reservación en el restaurante favorito de Katy, y al salir del trabajo, compraría más de una docena de rosas y una caja de chocolates. Le pediría perdón de una manera épica y digna de su esposa, que se había mantenido a su lado en estos meses cargados de estrés cuando bien podría haber tomado sus maletas e irse.
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Lost you || Horan O.S ||
Romance«Y entonces, cuando menos me di cuenta, ya la había perdido. Se había ido para siempre.»