Tres. Hechos no palabras

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-usted es celestine? De la que tan bien me han hablado?-dijo con una sonrisa.
-si soy yo, puedo pasar?
-oh, si claro.
Se echo a un lado y me dejo pasar.
Tenía miedo. Demasiado.
Yo me quede de pie, como una tonta.
-puede sentarse-dijo sin más.
Este hombre me ponía muy nerviosa.
Hice lo que me dijo, tome asiento.
•una hora después•
-tiene muchos conocimientos sobre este sector y eso me impresiona mucho.
-si, estudie lo que me apasionaba y todo se me queda en la cabeza.
Me admiro algo confuso.
-tiene... memoria...
No le deje terminar
-si, tengo memoria fotográfica, pero tampoco tanto como se puede imaginar. Suelo analizar mucho las cosas, y se me quedan muy rápido en la cabeza.
-wow, eso... es apasionante.
Comenzó a escribir en su libro, el cual no quitaba la vista de encima.
-creo que no hace falta que le diga que está contratada, estoy realmente... encantado.
Lo dijo en un tono algo extraño, como si se alegrara de verdad.
-muchas gracias, señor ajax.
-oh no, llámame Jayden por favor.

Después de explicarme como iba todo salí de su despacho con una sonrisa, y muy satisfecha.
Iba inmersa en mis pensamientos cuando de repente choqué con un torso, mi carpeta cayó al suelo y un montón de sus papeles volaron.
-yo... lo siento mucho, no miraba por donde iba-dije muy avergonzada.
Me agache a recoger mi carpeta y sus papeles, en uno pude ver como unas letras rojas reinaban, pero no alcancé a ver lo que ponía, ya que se lo entregue.
Cuando me fije en quien era, me quede quieta, era el chico de antes, con su pelo en un pequeño moño y sus ojos analizándome.
-ten más cuidado la próxima vez-escupió.
Pero... que borde.
Se levantó y se fue a grandes zancadas de allí.
Recogí mi carpeta y me levante,
sacudiendome mi falda ya que me la había manchado un poco, algunos trabajadores se me habían quedado mirando, me fui hacia el ascensor avergonzada.
Lo que tenía de guapo, lo tenía de borde y misterioso.
Entre y le di a la planta cuarenta y uno. Donde iba a encontrarme con Gues.
Entre en el grande espacio y me apoye en una pared, cogí mi móvil del bolso y pude ver un montón de mensajes de Jackson y dos llamadas. De Liam y André.
"Donde estas?"
"No íbamos a vernos hoy"
"Celestine?"
"Hola?"
"Joder"
"Donde cojones estas?"
Y muchos más mensajes así. Cogí mi móvil y comencé a teclear.
"Mañana por la noche os lo cuento, nos vemos donde siempre?"
"espero que tengas una buena excusa"
Que desagradable era a veces, parecíamos más enemigos que otra cosa, y teníamos algo.
Suspiré.
Justamente el ascensor se paró en la planta que deseaba.
Salí pero no sabía dónde dirigirme, Jayden me dijo que fuese a a hablar con el director de mi planta, si cada planta tenía uno, pero no tenía ni idea de donde estaba su despacho.
Después de un rato buscando lo encontré.

Después de haber hablado con él me indicó lo que tenía que hacer y para cuando era, tenía que acabarlo para dentro de dos días, un contrato con un cliente bastante potencial.
Cuando llegue a mi despacho saludé muy amigablemente a Gues.
-como a ido todo?- me sonrió de oreja a oreja.
Le comenté todo, menos lo de que tenía una pequeña variable que él no tenía ni idea que existía, mi memoria fotográfica, no tenía que habérselo comentado a Jayden, ya que es algo de lo que no me gusta hablar. Únicamente lo sabían Liam, André, Jackson y otras personas a las que no quiero recordar, el pasado es pasado.

El día paso muy rápido, salí un poco antes porque tenía algo que hacer.
Cuando llegue a mi pequeño piso me deshice de toda la ropa que tenía puesta y me puse algo más cómodo. Fui hacia mi armario, aparte todas las prendas y ahí detrás estaba mi pequeño escondite.
Marque los seis dígitos. 251214.
Se abrió lentamente, cogí la cantidad que necesitaba y lo volví a cerrar. Una vez con ella me la metí en mi mochila y salí de el piso lo más rápido posible.
Me subí a mi moto y conduje hasta el peor sitio posible.
Uno de los sitios más ricos de todo Estados Unidos, las 24h protegidos, pero nunca han conseguido darse cuenta de mi presencia. Aparque la moto una cuadra más lejos y baje.
Me pude escabullir como pude hasta la mansión cuarenta y dos. Fui a la parte trasera, comencé a trepar por un árbol hasta caer en el pequeño balcón de una pequeña.
Le pique y ella se asustó. Pero cuando vio mi cara abrió corriendo la puerta.
-tata! Tata!-la cogí en brazos y la abracé.
-no grites tontita!-le dije en un susurro, ya que nadie podía saber que yo estaba allí.
Fui hacia su puerta y puse el pestillo.
Era mi sobrina Valeria, ya tenía quince años, se hacía muy mayor.
-te e traído algo, pero no puedes rechazarlo-le extendí el dinero.
-Celestine no! No lo aceptaré!
-no te pagan nada! Con el dinero que tienen, al menos puedes darte algún capricho!
-no lo aceptaré!
-y si te digo que una parte es para irnos muy lejos? Un viaje, donde quieras.
Su cara se iluminó.
-Venecia.
Y tanto que sería allí, de pequeña le prometí que la llevaría.
-pero tienes que aceptar el resto.
Asintió con una sonrisa y se lo guardo en un lugar seguro.
-no están aquí, y él tampoco, pero por si acaso cierro-dijo con cara apenada.
-como están?-dije, arrepintiéndome.
-a veces hablan de ti sabes? Creen que moriste en el accidente. Pero siguen teniendo algo de esperanza.
-de eso hace mucho tiempo, no la deberían tener. Ellos fueron los que me incitaron a desaparecer.
-solo se quieren a ellos mismos-dijo con tristeza.
-A mi ya me demostraron todo, y no hace falta hacerlo dos veces.- me dolía mentir, yo les amaba, eran mis padres y mi hermano mellizo.
-Sabes? A veces me acuerdo de ellos...
Su cara me mató, no podía ver a mi pequeña asi, le cogí y le abracé lo más fuerte posible.
-yo también lo hago cariño.
-quiero que las personas que lo hicieron lo paguen Celestine, siempre te lo digo.
Ese día, el día de la boda de mi hermana mayor, la madre de Valeria, fue el peor día de mi vida, cuando a mi hermana la mataron de un tiro en la cabeza, y a su prometido también. El caos lo revolvió todo, gente... sangre. Esas imágenes se repetían una y otra vez en mi memoria, por eso la odiaba, no quería recordarlas, y ella siempre me lo hacía.
-Celestine, quiero irme de aquí... no aguanto más, quiero vivir contigo.
-me tratan mal, para ellos no soy nada, y Lucas... Lucas es repulsivo, viene siempre borracho o drogado a casa, con chicas y... no lo soporto mas, estoy en un infierno.
-yo... yo...
se escucho a alguien picando a la puerta.
-con quien estás Valeria? Abre la puñetera puerta!-esa voz... la que siempre me despertaba por las mañanas. Lucas.
Seguía picando.
-Vendré pronto, te quiero Valeria.

Salí y baje por el árbol lo más rápido posible.
Valeria me contó que cuando desaparecí Lucas empezó con todo eso, con la droga, con las chicas y todas esas cosas. Antes iba a psicólogos, por el trastorno que le quedó, y más por mi desaparición.
Ya hacía cuatro años de eso, el dolor había desaparecido, no sentía ninguna compasión por ellos como lo hacía antes, había cambiado tanto, desde esos tiempos.
Cuando llegue a mi edificio subí por las escaleras hasta mi piso.
Por sorpresa me encontré la puerta de Gues abierta, para mi sorpresa André, Liam y Jackson estaban allí.
-y no la has visto aún?-preguntó Jackson algo preocupado.
-pero quienes sois?-dijo Gues.
-soy su novio, me puedes responder a la puñetera pregunta.
Gues, Pareció decepcionado al oírlo.
-que pasa?-dije acabando de subir las escaleras.
Cuando me vieron se quedaron callados los cuatro.
-Celestine por fin, preguntaban por ti...-dijo con algo de tristeza en su voz.
-lo siento mucho Gues, muchas gracias-sonrió
Abrí mi puerta y les invité a pasar.
Cuando se sentaron con una botella de cerveza en la mano les dije:
-que sea la última vez, y os repito la última vez, que os presentáis aquí sin avisar y interrogando a mi amigo.-dije muy cabreada.
-solo nos preocupábamos por ti! No nos hablabas, no contestabas, que quieres que hagamos joder!-gritó Jackson muy enfadado.
Liam y André solo miraban la situación atónitos.
-ni se te ocurra gritarme así. Si vas a hablarme así te vas.
Liam y André se levantaron.
-nosotros... nos vemos mañana, estaréis mejor a solas-dijo André, se despidieron y cerraron la puerta tras de sí.
-joder Celestine! Solo quiero tu bienestar.-dijo tirandose al Sofá.
-no te preocupes tanto por mi joder!-no quería que lo hiciese, llevo siendo una persona independiente desde hace mucho tiempo. No quería que nadie se preocupara por mi.
-te quiero joder! Llevamos un año y medio juntos! Y parece que no nos conociéramos.-y tenía razón, no quería que supiesen nada de mi. Me daba miedo, me daba miedo que me hiciese daño.
-no... no puedo Jackson-dije con lágrimas cayéndome por los ojos.
-porque? Porque no puedes!? Quiero entenderte, pero no lo hago!.
-porque me da miedo joder!
Se acercó rápidamente a mi, no sabía lo que sentía por el, si simplemente no quería estar sola, si realmente le quería o era puro deseo carnal.
-no tienes que tenerlo...
le bese, simplemente necesitaba eso, los besos empezaron a subir, me cogió en brazos y se dirigió hacia mi habitación.
Le quite la camiseta rápidamente y él hizo lo propio.
Comenzó a besarme por las piernas, me estremecí ante su contacto, siguió subiendo por mi barriga hasta llegar a mi boca y besarla. En ellas susurro unas palabras.
-te quiero joder.
No le hice caso, ya que eran eso, simples palabras, las cuales se llevaba el viento y quedaban en que? En nada.


Un capítulo muy largo! Que os parece?
El viernes tenéis otro, adiós! 👋🏻🧡

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2019 ⏰

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