The Promised Neverland [One-shots]

Recuerdo

Narra Emma

Todavía me acuerdo cómo nos conocimos, llegaste a nosotros con dos años e Isabella nos pedía mucho cuidado contigo. Me emocioné bastante al saber que tenía otra hermanita para jugar, aunque aún no pudieras.

Cuando tenía 6 años y tú tres, es cuando comenzamos poco a poco a jugar. Ray siempre te molestaba pegándote sustos o contándote historias de terror; Norman siempre te enseñaba a leer y a escribir, aprendiste muy rápido pese a la corta edad que tenías e incluso Mamá se sorprendió. Conmigo era diferente, siempre me seguías a todos lados e inclusos jugabas conmigo y Phil.

A tus 6 años ya nos acompañabas a jugar a las traes pese a que Ray siempre se negaba y se burlaba de ti por ser enana. Al final tú y yo éramos siempre las últimas a las que Norman atrapaba, pero siempre te atrapaba cuando fingía llorar por no encontrarnos.

Eras demasiado amable, ____. Y en eso te pareces demasiado a mí, según Ray.

Me acuerdo que un día estábamos en la biblioteca leyendo unos libros ya que descubrimos que éramos ganado para unos demonios, tú querías alcanzar un libro pero Ray lo subió un estante más alto sólo para hacerte rabiar.

-¡Oye Ray! ¡Bájalo! -te quejaste mientras dabas saltos para llegar. Al ver que no podías hiciste un puchero y corriste hacia Norman para abrazarle. -¡Norman! Ray no me baja el libro.

-No seas quejica, _____. Tienes ocho años, sé una adulta.

-No quiero.

-Vamos Ray, bájale el libro. -dije algo molesta.

Ray te bajó el libro y comenzaste a leerlo con una sonrisa, mientras estabas distraída con el libro nosotros podíamos investigar los libros que habían a nombre de William Minerva. Nuestra pesadilla llegó con la hermana Krone, ella empezó a investigarnos en secreto.

Con sólo 8 años ya parecías saber algo sobre lo que pasaba pero no nos quisiste decir, siempre que Isabella o Krone nos retenía para hablarnos, tú llegabas en el momento indicado para que fuéramos a jugar.

Pero un día llegó lo que más temía, te habían "adoptado". Cuando Isabella lo anunció todos te felicitaron pero tú te mantuviste seria y serena, eso me sorprendió mientras que nosotros tres nos asustamos, habíamos perdido a Conny y no queríamos perderte a ti también.

La noche siguiente todos estábamos despidiéndote, tú nos llevaste a un rincón para hablar con más calma. Te quitaste el colgante que siempre llevabas contigo, con el dibujo de un búho y con las iniciales de W.M.

-No os preocupéis, sé que conseguiréis salir. -dijiste con toda la tranquilidad del mundo. -Estaré bien, os lo prometo.

Ahí supimos que tú siempre habías sabido de la existencia de los demonios, y que eras consciente de lo que pasaba cuando te adoptaban. Isabella te cogió de la mano para salir contigo de la casa, apreté con fuerza el medallón que me diste, y vi cómo nos diste tu última sonrisa y una mirada llena de determinación.