POV Natalia
Llevábamos como un mes con el viaje ya organizado, pero aquí me encontraba yo a las 12 de la noche y con toda la ropa que tenía pensada llevarme esparcida por la cama.
- Ufff menos mal que es un viaje de una semana y no de un mes, porque
sino ahora mismo estaría tirándome de los pelos.
Aunque me encante viajar para así poder conocer otras culturas, tengo que admitir que preparar la maleta es lo que más pereza me da de todo.
- ¿Natalia pero que todavía no tienes ni el neceser listo? - Me dijo Mikel mientras entraba a la habitación. - Ay Mikel no me estreses más de lo que ya estoy, tu como lo tienes ya todo listo te puedes ir a dormir, que después la que tiene que aguantar tu mal humor mañanero soy yo. - Bueno cariño veo complicado que pueda dormir aquí en las condiciones que tienes la cama - Pues ya sabes, el sofá es muy cómodo. - Dije alzando un poco la voz, pero es que coño, si ya estaba estrenada lo último que necesitaba es que me sacará un poco más de los nervios - Esperaré de mientras en el salón. - Y así se fue tras haberme dado un
beso en la mejilla.
Después de este pequeño retraso que mi querido novio había ocasionado en mi tarea, me puse un poco de música para relajarme y quien mejor que mi querida Billie.
Al siguiente día
Ya nos encontrábamos de camino al aeropuerto, y aunque apenas había dormido unas 4 horas por haber estado hasta bien tarde acabando mi querida maleta, la verdad es que me encontraba con más energía de la que me esperaba, supongo que es porque nos vamos a Londres.
Londres es de esas ciudades a las que nunca me cansaré de ir, siempre habrá algún rincón nuevo que pueda conocer. Recuerdo la primera vez que la visité hace ya unos 5 años, solo fue una visita exprés de un día porque en ese entonces estaba en Bristol haciendo un curso de estos de verano para mejorar el inglés, pero me bastaron tan solo unas horas para saber que iba a volver varias veces a esa ciudad. Por eso me encontraba en este asiento tan incómodo que nos llevaría hasta mi deseado destino.
Las horas de vuelo me las pasé planificando que podría hacer durante estos 7 días, ya que Mikel había venido para grabar unas cosas que necesitaba para uno de sus videos de Cosmic Tree y al estar él solo no sabía cuanto tiempo le iba a llevar el trabajo, así que yo me iba a recorrer Londres por mi cuenta hasta que él acabase.
- Por fin, 1 hora más de vuelo y me quedo con el culo plano - Dijo Mikel de forma alegre mientras salíamos por las puertas del aeropuerto. - ¿Más plano de lo que ya lo tienes? - Le dije picándolo mientras me liaba un cigarro - Ja ja ja muy graciosa cariño, como se nota que estas feliz por estar
aquí, anda vamos fúmate eso que el del Uber está llegando.
Había pasado ya más de una hora y media cuando por fin estábamos entrando en el apartamento, eso si, Londres me podría encantar pero su tráfico era una mierda.
- Bueno Natalia, yo voy a ir saliendo ya, que si acabo esto pronto podré
disfrutar más de la ciudad contigo. - Y se fue sin haberme dado ni un solo beso. - ! Yo también te quiero Mikel ! - Grité irónicamente sabiendo que ni se
había enterado.
Yo de verdad que no sé porque todavía sigo con él, bueno si que lo se, llevábamos toda la vida siendo amigos y dos de ellos siendo pareja, no podía mandarlo todo a la mierda por estar pasando esa etapa en la que el amor se enfría un poco, según todo el mundo, esto era eso, solo una etapa y después el amor volverá a florecer, aunque para mi eso era una chorrada de argumento. La verdad es que quiero mucho a ese imbécil, qué se le va a hacer.
Con estos pensamientos rondándole por la cabeza, una Natalia sin apenas energía por las horas de sueño acumuladas acabó rendida en los brazos de Morfeo. No fue hasta las 3 de la tarde cuando una adormilada Natalia se levantó de la cama.
Mierda, mierda, mierda. Se me ha ido la pequeña siesta de las manos, aunque tampoco pasa nada, tengo muchos días por delante y necesitaba dormir un poco.
¿A dónde vamos primero? Obviamente que a Camden, es de los mejores sitios de la ciudad para hacer un par de fotos. - Pensaba esta mientras se colocaba su riñonera y su cámara para así después poner camino hasta su primer destino.
¿Y la gente se va el primer día a visitar el London Eye y el Big Ben? Eso es porque no saben que este sitio es tan maravilloso. - Iba pensando mientras salía de aquella estación de metro.
Las tripas empezaron a crear su sinfonía cuando Natalia decidió que tras haber estado paseando un rato y haciendo un par de fotos, era hora de comer algo. Cuando llegó a los establecimientos de comida lo primero con
lo que se topó fue con un cartel que ponía "Jamón Ibérico snack", pero se decidió por un bowl de comida asiática que a su parecer tenía muy buena pinta. Una vez acabó su delicioso almuerzo, se adentró por uno de los callejones donde se iba encontrando con todo tipo de establecimientos, como uno que te vendía ropa vintage hasta el que te ofrecía objetos artesanos de cuero, sin embargo, uno de ellos le llamó bastante la atención y no pudo resistirse a encender la cámara.
Lo que estaba capturando era la labor de dos chicas pintando zapatos de telas que se asemejaban a las converse, detrás de estas había toda una pared llena de estos zapatos que ya se encontraban trazados de diferentes dibujos. Natalia pensó que las fotos que estaba haciendo eran de unos planos demasiado generales, así que dejó de lado la timidez y se lanzó:
- ¿Perdona puedo haceros un par de fotos mientras que estáis pintando? -
Dijo un poco nerviosa, ya que no sabía como las dos jóvenes iban a reaccionar con aquella pregunta. - Claro, sin problema. - Dijo la chica de cabello rubio subiendo la mirada de su trabajo para mantener contacto visual con Natalia.
Pasaron un par de minutos cuando la rubia alzó de nuevo la vista para dirigirse a la morena.
- ¿Te importaría enseñármelas? - Estas son las que he hecho hasta ahora. - Dijo la morena mientras se acercaba un poco más a la rubia para que así pudiera ver la pantalla desde más cerca. - Buah me encantan, ¿si te paso mi email me las puedes mandar? - Por supuesto
Y así la rubia, dejó de lado el pincel para anotar en un pequeño papel lo que Natalia intuyó que era su correo electrónico.
- Cuando esté de vuelta en España te las mando. - Dijo Natalia después de haber cogido el trozo de papel que le había entregado, y emprendiendo de nuevo su ruta por aquellos callejones.
Alba, con que así te llamas. Mierda que yo no le he dicho ni como me llamo, seré imbécil, seguro que ahora se piensa que soy una borde, bueno cuando le envie las fotos le pediré perdón por ser tan idiota y no haberme presentado.
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Por unas fotos | Albalia
FanfictionPrólogo Natalia Lacunza, una joven de 19 años, natural de Pamplona que en la actualidad reside en Madrid, enamorada de todo lo que esté relacionado con el arte, no podría vivir sin su guitarra ni sin su cámara de fotos. Alba Reche, de 21 años, dedic...