En primera plana [Completa]

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Perdí mi trabajo...sí...por pendejo. Llegaba tarde, me regresaban a veces, pero esta vez si lo perdí.

Trate de buscar otro trabajo, fui a muchos lugares en los que no quisieron contratarme, por lo regular era por mi historial (de llegar siempre tarde), algunos por mi perforación en la oreja, otros por mi cabello, muchos por que no termine la preparatoria y también estaban los que siempre te dicen: "te llamamos", pero nunca llaman.

Mi abuelo trataba de animarme. Me decía que todo iba a estar bien y que no me desesperara.

Un día mientras desayunábamos, vi a mi abuelo que blandía el periódico de la mañana frente a su rostro. Fue cuando se me ocurrió regresar a mi antiguo trabajo (el de dejar periódicos en las casas); no sabía si todavía existía pero lo intentaría. Fui a la empresa donde me contrataron aquella vez. Me dijeron que seguían dejando el periódico en algunos lugares pero que ahora también se hacía mensajería, más que nada. Como necesitaban personal, me contrataron. No ganaba mucho, pero si lo hacía bien esta vez y cumplía, tendría la oportunidad de mejorar mi historial, y, que me pudieran contratar en una mejor empresa, una que pagara más, lo suficiente para solventar los gastos de mi casa; aun que, por ahora, mi abuelo me ayudaría con esos gastos.

Mi abuelo desayuna conmigo; tiene el periódico en la mano, ya saben como es él.

—¿M'ijo?

—¿Si, abuelo?

—¿Qué? ¿ya no soy tu viejo?

—Siempre seras mi viejo—le digo, con una sonrisa, es la primera vez que me llama la atención sobre como lo llamo, se me hace raro, es tan común para nosotros, cambiar constantemente, hablar de tu, de usted, es lo mismo para nosotros, incluso, ayer él fue quien me hablo de usted y yo ni en cuenta, solo hasta ahora lo recuerdo. Si no me llama "M'ijo" me llama "hijo" o por mi nombre, pero nunca me ha dicho "nieto", aunque lo sea, en realidad ¿quién llama "nieto" a su nieto? Soy yo quien le habla en más formas "abuelo" "abuelito" "viejo" "viejito" "mi viejito" ¿por qué pienso en esto?

—Me voy a ausentar por un tiempo.

—¿Otra vez?

—Sí.

—¿Ahora, por qué?

—Voy a ver a unos familiares.

—¿Volverá a su pueblo?

—Es lo más probable.

—¿Cuándo se va?

—Mañana ¿me ayudas a empacar?

—Por supuesto, abuelo, también le ayude la última vez ¿recuerda?

Como siempre, lo acompaño a la puerta. Llevo la maleta de mi abuelo.

—Espero que me alcances en el pueblo.

—¿Qué? ¿quiere que vaya hasta allá?

—Hace años que no vas, ya es hora de que regreses, y que mejor forma que alcanzándome.