Relatos de Terror

Un sueño?

¨El arte es una mentira que permite darnos cuenta de la verdad¨ -Picasso

Me encontraba varado frente a la cocina, mi familia tomaba su desayuno matutino. La cafetera expulsaba el vapor que discernía en su interior. Mis manos estaban frías, como si hubieran muerto hace siglos. Tome un tazón, una cucharada de azúcar y me digne a preparar mi desayuno con desdén. Cogí un cuchillo y corte a trozos el pan integral que apenas había sido abierto hace unas horas; Cinco mitades eran suficiente para satisfacer mi placer de hambre, pero un leve tropiezo hizo que aquel afilado objeto cayera con fuerza sobre la fría cerámica. Me incline para poder alcanzarlo. Al entrar en contacto con este, un espeso liquido rojizo se comenzó a asomar por mis pies, esparciéndose como el agua misma. Mi camisa estaba empapada con sudor y sangre, mis manos temblaban y mis tuétanos se estremecían de terror. Volteé lentamente para observar aquella escena inenarrable. Mi madre, padre y hermanos estaban descuartizados sobre la mesa, sus huesos estaban a la vista y trozos de piel estaban cocidos sobre un atril de madera formando un perfecto y dichoso lienzo.

Mire mis manos; una sostenia un frasco con gesso blanco y en la otra un pincel de cerdas finas.

Mi cuerpo comenzó a moverse solo, en contra de mi voluntad, solo podía observar lo que mis extremidades causaban. El lienzo se preparo de forma exitosa, y luego de seco, tomo la cabeza de mi madre boca abajo y con la sangre acumulada dentro, unto el pincel y comienzo a trazar linea tras linea. Aquello que se iba plasmando, era mi familia sentada sobre la mesa disfrutando del té mañanero; Y ya terminado observo detenidamente cada detalle y comienzo a reír de satisfacción mientras lagrimas caen por mis mejillas, por consiguiente tomo el cuchillo y me lanzo contra el cuadro como si quisiera repetir aquel asesinato. De un salto despierto sobre la cama; respiraba agitado pero todo estaba en orden. Eran las 7:00 AM, hora de ir a clases. Me levante y vestí el uniforme de la escuela. Baje uno a uno los escalones. Camine por el largo pasillo de la casa lentamente hasta llegar a la cocina; Me apoye en el marco dejándome a la vista de aquella escena, la pintura estaba rasgada y mi familia, muerta. Entre lentamente y al mirar el espejo sobre el inmueble logre ver, aquel ser el cual era en realidad; Aquella sonrisa plasmada en mi rostro que ni yo mismo, había logrado darme cuenta que se encontraba ahí.