~Las travesuras son mejores si son peligrosas~
Aquel día había decidido ir a visitar a su pareja en su preparatoria como sorpresa. Era medio día cuando lo estaba buscando y aunque deseaba verlo pronto, su búsqueda se prolongó algunas momentos más.
En cuanto lo vio a lo lejos entre los pasillos vacíos y solitarios pensó que era la mejor oportunidad para jugarle una pequeña "broma" dentro de su escuela.
Se escondió en un salón y escribió el mensaje dónde lo citaba a dos salones más lejos del que se encontraba.
De sus bolsillos sacó las tijeras que portaba desde aquel día que se vieron por primera vez propiedad del peliverde y una sábana que encontró en ese lugar.
La acomodó sobre su cabeza, le hizo un par de huecos para los ojos y en cuanto lo vio pasar esperó a que entrara en dicha aula. Discreto y sin hacer ruido se fue detrás de él cerrando la puerta lentamente y sin ruido.
Cuando ya estaba listo levantó los brazos con tijeras en mano y le advirtió —Si logras escapar de mí, no te comeré pero si fallas te haré el amor aquí en la escuela— realmente sus intenciones solo era pasar un tiempo divertido con él pero si podía hacer alguna travesura lo haría.
Kouki caminaba despreocupadamente por los pasillos del instituto. Llevaba unas cuantas hojas por encargo de un profesor, ya había hecho lo pedido así que solo le restaba guardar la parte correspondiente en el aula del consejo estudiantil y la biblioteca. Pan comido.
O eso era lo que pensaba.
Sintió entonces el vibrar de su teléfono y aquella melodía que solo una sola persona tenía en sus contactos, una muy especial. Al principio sonrió al recordarlo pero después se espantó ¿Quizá le había pasado algo? Después de todo era un msj de texto, usualmente su novio le llamaba.