Capitulo II

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Clave de sol

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-Miki! Miki! Hoy salen nuestros resultados! —Se apresuraba por las calles un pequeño Carlos de apenas 13 años en dirección al colegio mientras le gritaba a su mejor amigo que se diese prisa.

-Lo sé! Ya voy!

Una vez llegaron al recinto se dirigieron a su clase, en la cual su profesora Marta los esperaba abrazada a unos papeles los cuales contenían el segundo género de cada uno de sus alumnos.

-Venga, todos sentados. Ahora os repartiré vuestros resultados —Comenzó a pasar por las mesas y la pila de papeles fue poco a poco disminuyendo.

Desde su pupitre, Miki esperaba expectante su hoja mientras  escuchaba a su mejor amigo presumir de su claro y seguro género.
-Siendo tan popular y guay, además de guapo y fuerte... ¡No hay duda de que soy Alfa! —Sus compañeros alrededor le sonreían embobados, después de todo sí era el más popular de clase. Todo apuntaba a ello.

-Yo también seguro soy alfa! —Añadió un chico cercano a él.

-No, no es posible. —Negó rotundamente y sin rodeos.

-¿Y por qué no? —Se quejó cruzándose de brazos algo indignado.

-¡Porque yo soy el mejor de la clase!-Afirmó-¡Sólo yo puedo ser alfa! —Decía repleto de seguridad y confianza en sí mismo.

Una vez la profesora Marta acabó de repartir salió un momento de la clase, dirigiéndose a por los libros de la materia. Mientras tanto la voz de Carlos se oyó por toda la aula.

-¡Lo sabía! ¡¿Veis!? ¡Soy alfa! —Elevó su folio enseñando la gran a roja que se visualizaba en ella. —¡Y seguro el único de la clase!—Miró alrededor expectante de que alguien lo negara y al no recibir tal acción se alegró aún más.

Se levantó de su asiento y se acercó a gran velocidad a su mejor amigo, el cual hasta ahora lo había estado observando sin parpadear. Cuando Carlos se encontraba a escasos pasos, Miki se percató de la situación, escondiendo con cierto disimulo sus resultados bajo la mesa y desviando la mirada al lado contrario mientras hacía una mueca (fingida) de desagrado.

-¡Miki, Miki! ¡Mira, soy alfa! —Puso el papel frente al chico todo emocionado— ¿Lo ves? ¡Te lo dije! No había ninguna posiblidad de que no lo fuese! —Sonrió ampliamente, iluminando los ojos del contrario. —¿Y tú que tal? ¿Beta, cierto? —El contrario tardó en contestar.

Miki dudó unos segundos y contestó.
-Sí... —De nuevo desvió la mirada.

-¡Bueno, eso significa que eres alguien normal! Imagina si te hubiese tocado ser Omega... —Mostró cierta faceta de desagrado —Mira el lado positivo, los Betas no deben preocuparse por cosas como los celos —Añadió, riendo ligeramente.

-Sí, eso es cierto...Supongo que me he salvado, ¿no? —Le devolvió la sonrisa.

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Ambos se despidieron el uno del otro de camino a sus respectivas casas. Cierto chico de cabello desordenado paseaba perdido en sus pensamientos mientras tarareaba su canción favorita, ya era una rutina para él. Ésta vez lo que se hallaba en su cabeza no era ni más ni menos que su mejor amigo, del cual justamente se acababa de despedir.

-Se veía tan feliz con sus resultados... —Reía inocentemente recordando lo ocurrido—Y cuando vió que era el único en la clase... Su sonrisa era tan bonita. He hecho bien en no decirle la verdad—Se autoconvenció.

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⏰ Última actualización: May 12, 2021 ⏰

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Vainilla y melodías (MikRight) [Operación Triunfo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora