Cap.14 -Otra vez tú.

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(Narra Tn)

Bajamos del taxi, apresure el paso para evitar ser tan mojada por la lluvia, pero fue imposible la lluvia no se calmaba para nada, las bolsas que traía en mis muñecas completamente empapadas.

Las calles estan iluminadas por algunos foros de luz, mientras que otros amenazaban en apagarse pronto. Entre la luz y la oscuridad pude divisar a un chico, sentado en la acera apoyado en la reja de una casa, con su cabeza escondida entre sus piernas.

Pude haber seguido mi camino, pero me detuve para verlo, no lo dejaría aquí, podría morir ¿no? O al menos eso creo...

-Oye...chico....-Me acerque a el incandome, el de inmediato levantó su cabeza, un chico en muy mal estado, con su rostro levemente hinchado, sus labios carnosos entre abiertos, y sus ojos decaídos y con ojeras que me miraron un poco sorprendidos, al igual que yo a el.- ¿Daniel? ¿Eres tú?

-H-hola...- El chico se paró de el piso, apoyándose de la reja con dificultad, pero nuevamente volvió a caer. -

-¡Dios mío! ¿Estás bien?.- Martina y yo le ayudamos a pararse nuevamente, pasé un brazo atrás de mi cuello al igual que mi amiga.- Anda llevemoslo a casa.

Apenas podíamos caminar, Daniel no tenia fuerzas, definitivamente lo llevaríamos a algún hospital. Este chico se desvanecía cada vez más, literalmente parecía un spaggeti remojado.

Martina sacó las llaves de su bolso y en una rápida maniobra entre asujetar a Daniel, y las bolsas logró abrir la puerta, entramos y casi al mismo tiempo tiramos las bolsas de las tiendas.

Recostamos a Daniel en el sofá, mi amiga llamaría a una ambulancia, y yo subí al baño por unas toallas. Agarre todas las que vi sobre la repisa y baje corriendo las escaleras. Ahora que puedo ver a Daniel con más claridad, se encuentra demasiado pálido, sus labios cerrados y con un tono morado, sus ojos cerrados y su cabello mojado mientras que algunas gotitas de agua caían en su frente, que de inmediato seque, el temblaba y su frente ardía en fiebre.

-¿Martina, ya has llamado?.- Pregunté preocupada cada vez más por como tiritaba el chico pálido.

-Si, tranquila ya vienen en camino...deberías de cambiarte ropa, si no te enfermaras tu también, ve, yo estaré vigilando al chico.- Asentí y me fui corriendo hacia la habitación, me acerque a mi armario, abrí el cajón donde guardaba mi ropa interior. Tome un conjunto, y también saque unos jeans azules con una polera y un sweater de color rosa claro. Me cambie rápido, y por ultimo me puse unas botas cafés.

Baje otra vez, y ahí estaba mi amiga mirando su móvil con el ceño fruncido. Camine hacia ella, que de inmediato levanto la mirada relajando un poco su expresión.

-¿Pasa algo?. - Pregunté

-No, nada tranquila, iré a cambiarme de ropa.- dijo marchándose, la casa estaba silenciosa, y solo se podía escuchar la lluvia cayendo y como sonaba en el techo. Mire otra vez a el chico pálido que estaba en el sofá aún con sus ojos cerrados, esta vez más quieto, mire su pecho que subía y bajaba, recorrí con la mirada cada parte de su rostro, tenia unas cejas gruesas que hacían su rostro más bonito, una linda nariz respingada, y tenia unos cuantos vellos en la parte de su barbilla. Se veía tan mal, su palidez aun se mantenía, y sus labios estaban aun más morados, toque nuevamente su frente, haciendo que el se estremeciera, estaba ardiendo en fiebre.

Madre mía.

La sirena de una ambulancia se hacia cercana, hasta el punto de escucharla afuera de casa. Tocaron la puerta, me pare de inmediato, Martina salio de la habitación literalmente volando y casi se cae, lo cual me causo un poco de gracia, pero no era momento de reír. Abrí la puerta, encontrandome con los paramedicos que no tardaron de hacerme a un lado para ver al pálido.

💖Volverte a ver💖 IMAGINA CON JOEL PIMENTEL🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora