Cuestión de confianza.

6 2 0
                                    

Ann recoge sus cosas rápidamente al terminar su horario laboral y corre hasta el ascensor que está a punto de cerrar.

_ ¡Hoy sí que tenés prisa! - exclama Clara sorprendida al momento de verla entrar.
_ Sí, es que tengo a mi mamá internada aún y quiero verla. - responde revisando los mensajes en su celular.
_ Algo escuché de eso. ¿Qué le pasó? - indaga curiosa.
_ Se golpeó con un idiota. Digo, se cayó y se golpeó la cabeza. - aún se siente enojada por lo que hizo John.
_ ¿Osea que el piso es idiota? No entiendo. - hace un gesto gracioso y Ann se ríe.
_ No, me refiero a alguien. Pero me conviene ser discreta al respecto. - sabe que debe cuidar lo que dice dentro de la empresa.
_ Entiendo, pero yo se guardar secretos. - intenta mostrar una sonrisa confiable.
_ Lo se, pero aun así, prefiero evitar hablar demás. - las puertas se abren y se apresura a salir.
_ ¡Chau! - exclama al verla alejarse.
_ ¡Nos vemos! - grita antes de salir.

Ann corre a la parada y aun que siente que alguien la sigue en un auto lo ignora, pero al momento suena la bocina. Ella voltea, ve a Zack y se acerca a la ventanilla del auto.
_ Tengo prisa, no puedo hablar ahora.
- se aleja unos pasos y él sale del vehículo.
_ ¡Te llevo! - insiste él.
_ Ya dije que no puedo. - al momento ve su transporte irse y se desespera.
_ Si estás apurada es mejor que subas. - entra al auto y le abre la puerta del acompañante desde dentro.
Ann se sube a regañadientes.
_ Tengo que ir a... - él la interrumpe.
_ Ya lo sé, ponete el cinturón. - espera a que ella se abroche y acelera.
_ Gracias. - responde ella luego de unos minutos.
_ Soy yo quien debe agradecerle a Evans por demorarse en la revisión del auto. - muestra una pequeña sonrisa de satisfacción.
_ Sí, no podía esperarlo. Tengo que ver a mi madre. - aclara ella realizando una llamada con el celular.

_ ¡Hola! Sí, estoy en camino. - sus ojos reflejan que la respuesta al otro lado no es lo que esperaba.
_ ¿Cómo que lo pasó a buscar? No debiste dejarlo ir sin mi permiso. - pone su mano en su frente agobiada.
_ Lo se, pero después de lo que hizo no puedo confiar. Debo ir a buscarlo. - Ann no sabe cómo explicarle la situación, así que prefiere llegar al hospital para resolverlo.

_ ¿A dónde te llevo? - cuestiona Zack esperando que ella le oriente.
_ Vamos al hospital, luego veré qué hago. - sus dedos vuelan en la pantalla del celular escribiendo un mensaje muy largo.
_ No, dejame llevarte a donde necesites. - insiste él sin comprender.
_ ¡Te digo que me dejes en el hospital! No necesito que lidies con mis asuntos. - se siente molesta y no ve la hora de bajarse del auto.
Zack se detiene en un semáforo en rojo y la mira tratando de escudriñar sus pensamientos.
_ ¿No te das cuenta de mi interés por vos? Por ende me interesa lo que te pase y si puedo ayudarte lo voy a hacer. - contiene la rabia ante el rechazo.
_ Yo te agradezco pero no quiero que te confundas conmigo. - se cruza de brazos y mira fijamente al frente.
Zack siente una gran atracción, su actitud arrogante, su perfume o su físico, aun no termina de definir lo que más le gusta y casi sin pensarlo se acerca a ella, pero en ese momento se escuchan los bocinasos de los autos detrás y se sobresalta.
La lleva al hospital como ella pidió y cuando la ve atravesar la puerta elige un lugar cercano para estacionar.
Unos minutos después la ve salir y detener un taxi. No lo duda por un instante y decide seguirla.
Más tarde la ve descender del auto y acercarse a la puerta de una casa. No tarda en salir un hombre y Zack presiente que algo no anda bien. Escucha a Ann llamar a su hijo desde la puerta, temiendo entrar, pero el hombre le tapa la boca y la arrincona contra la pared. Zack sale de inmediato y lo sujeta de los hombros, arrojándolo al suelo de inmediato y comienza a golpearlo.
Ann le grita que se detenga, pero él no para hasta que ella se interpone físicamente.
_ ¡Ya basta! ¡Vas a matarlo! - aún que odie a John, es el padre de su hijo y no puede dejar que lo vea así.
_ Este hombre estaba agrediéndote. No puedo permitirlo. - Zack se limpia el sudor y se mancha con la sangre que tiene en sus manos.
_ Mirá, estás lleno de sangre. Y él apenas puede reaccionar. - le dice a Zack mientras ayuda a su ex y lo sube al taxi que dejó esperando frente a su casa.
_Por favor, andá al hospital, no quiero que Riqui te vea así. - se acerca y le paga al taxista.
_ Sr Knife, usted también debería irse. - reclama con la mirada baja.
_ ¿Acabás de tutearme y otra vez me llamás Sr Knife? - se acerca a ella que está temblando como una hoja.
_ Sr por favor, usted es mi jefe. Solo fué un error ante la conmoción. - acomoda su ropa e intenta no mirarlo a los ojos, pero él levanta su mentón y seca una lágrima que se escapa de su ojo.
_ Tuteame, espero que tengas esa confianza y que el próximo hombre que busques sea yo y no ese. - ella se aleja.
_ No vine a buscarlo a él, sino a mi hijo. - aclara secándose los ojos.
_ Entonces... ¿Él es el padre? - comienza a comprender.
_ Sí, por eso le dije que se fuera. Usted también debería irse, está lleno de sangre y Riqui no puede ver eso. - se dirige a la puerta.
Zack observa sus manos y su camisa, comprobando la certeza de sus palabras.
Ann lo mira suplicante desde la puerta y él decide irse.

Luego de insistir en llamar a la puerta, su suegra sale con Riqui de la mano.
_ Ann, querida. ¿Cómo estás? - la abraza.
_ Bien, estaba preocupada por Riqui. -lo mira abrazar su pierna y lo levanta en brazos.
_ ¡Mami te teo! - llena su rostro de besos como siempre.
_ Y yo a vos mi amor. ¿Vamos a ver a la abuela? - le sonríe.
_ ¿Cómo está tu mamá? - la madre de su ex muestra genuina preocupación.
_ Ella está mejor. Lamento haber venido así, es que John no se ha comportado bien y temí por Riqui. - besa la frente de su hijo.
_ Hija, te entiendo. Sé lo que es vivir con alguien así. Pero sabés que siempre vas a contar conmigo y voy a proteger a mi nieto. - les sonríe dulcemente.
_ Lo sé y lo agradezco. - Ann se despide y recibe un mensaje de Evans. Quien la espera frente a la casa.
_ Gracias por venir. - sonríe mientras se sube al auto.
Él ve sus ojos rojos y comprende que algo ha sucedido, pero no quiere alertar al pequeño Riqui, que se siente feliz de ver otra vez a su amigo.
_ Mami él e mi amio Tom. - mueve sus manitos saludándolo y Evans toma una de ellas.
_ Un gusto volver a verte Riqui. - sonríe feliz.
_ Deberías aprender de él Ann, tu hijo ya me llama por mi nombre. - le guiña un ojo.
_ Está bien, Tommy. ¡A ver si nos presentás a Jerry! - ríen los tres.

No te voy a rogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora