Luego de pasar un día entero sin noticias de Ann, Zack comienza a desesperar. Le preocupa que ella renuncie definitivamente, pero no puede esperar a recibir el telegrama para saberlo. Así que decide conducir a su casa, a pesar de su dolor y la contraindicación médica, solo piensa en el temor de perderla definitivamente.
Luego de estacionar se apresura a tocar el timbre y encender un cigarrillo.
Cuando Ann lo ve por la ventana duda por unos minutos, pero él insiste en hacer sonar el timbre y ella opta por salir.
_ Buenas tardes Sr Knife. - se queda junto a la puerta entreabierta.
_ Ann, no respondiste mis llamadas ni mis mensajes. - sopla el humo de forma violenta.
_ Créame que le hice un favor, no tenía nada bueno para decir. - se cruza de brazos.
_ Puede que no lo admitas, pero sé reconocer los celos en una mujer y eso fué lo que vi ayer en tus ojos. - le apunta con el dedo de la mano que lleva el cigarro.
_ No sabía que fumaba. - ella sacude su mano para apartar el humo que le va a la cara, entonces él apaga el cigarrillo en la zuela de su zapato y lo arroja a la calle.
_ De hecho hace mucho tiempo que no fumaba, pero estoy que estallo de los nervios por no saber de vos. - sopla vaciando el humo de sus pulmones por completo.
_ Usted se equivocó. Lo que vio en mí fue incomodidad y... - él la interrumpe.
_ Por celos. - sonríe de lado.
_ No, fué asco. - ella baja la mirada sabiendo que esto lo va a ofender y él realmente se siente herido.
_ Cuando te besé pude sentir como tu cuerpo se estremeció. Eso no lo hace el asco. - se le acerca acorralándola, pero ella empuja la puerta detrás de sí y retrocede evitándolo. Al hacer esto la puerta se abre y él ve a Evans parado a pocos metros detrás de ella, mirándolo serio, cruzado de brazos.
_ ¿Qué hacés acá? - intenta avanzar hacia él pero Ann se le interpone.
_ Yo lo invité y es mi casa. - su mirada furiosa lo descoloca.
_ ¿Por eso no viniste a trabajar? - gruñe a milímetros de ella.
_ Por eso no, por usted es que no fuí. - sus ojos lo atraviesan como puñales.
_ Pero si no hice nada que no quisieras. - intenta sugetarla de la cintura y ella toma su mano para hacerlo girar en el aire.
Evans observa la secuencia divertido y ella le sonríe.
_ ¡Ya lo creo que podés defenderte sola! - exclama emocionado y le aplaude.
Zack, humillado se levanta deseando despedir a ambos, pero sabe que si lo hace les pondrá las cosas más fáciles.
_ Está bien, puedo aceptar que te tomes un par de días. - tragándose el orgullo. - Pero él debe trabajar, para eso le pago. - lo mira con odio y él le corresponde de igual forma.
_ Mi trabajo es cuidarla según sus indicaciones. - Evans levanta una ceja satisfecho.
_ Pero mientras ella se quede en su casa vas a tener que atender a las necesidades de la empresa. - Zack siente el gusto de poder manejarlo a su antojo.
Ann voltea a ver a Evans en señal de aprobación. Este comprende y se dirige a la puerta.
_ Entonces voy a estar esperando que te presentes en tu puesto en estos días. - su jefe insiste a Ann.
_ Gracias Sr. Knife. - responde ella. Cierra la puerta luego de despedirse de ambos y se desliza hasta quedar sentada de espaldas a ella.
Ambos se dirigen a sus vehículos en silencio.
Cuando Evans está por arrancar recibe un mensaje, el cual le provoca una sonrisa y luego pone en marcha su vehículo.
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No te voy a rogar
Teen FictionElla no es la pobre estúpida, que corre tras el típico arrogante, de cuerpo escultural y una billetera abultada. Es impredecible y no querrás jugar con ella jamás.