Come Back To Me ~JK~ °Mary_Darkheart°

Capítulo #3

JK: Wow cuanto tiempo Sunyeon, se nota que han pasado los años. Como imagine estas mas bonita. -Esto ultimo lo dijo con una mano en su nuca y un leve sonrojo que pude notar, pero esperen, dijo que como lo imaginaba, así que todavía se interesa en mi?!. Bueno no me ilusiono ni me monto películas en la cabeza, que acaba de llegar después de 6 años y estos 6 años se los voy a cobrar. No le voy a demostrar todo el infierno que me hizo pasar cuando se fue, ni toda la debilidad que siento hacia el. -Bueno, a partir de ahora seremos vecinos como antes, así que espero que podamos ser amigos como antes y tal vez algo mas -las ultimas 5 palabras las susurro pero pude leerlas en sus labios. Así que espera que seamos mas que amigos, que ingenuo, veo que ha cambiado físicamente pero no mentalmente, sigue siendo el mismo niño ingenuo de siempre.- Chicas me voy, espero nos veamos pronto.

Se despidió pero no se fue sin antes besarme rápidamente en la mejilla. Aish!! Estúpidos sentimientos y reacciones, tenia que sonrojarme delante de Jennie, la única persona que sabía sobre mis ganas de entregarle mi corazón y todo mi amor a Jung Kook. Yo sabía perfectamente que ella ahora teniendo a Jung Kook de vuelta al vecindario intentaría que yo hiciese lo que no hice en el pasado, confesarle mi amor. Ella quería que yo no volviese a sufrir por amor, ella quería que yo me arriesgara a exponer mis sentimientos a esa persona que los debía de aceptar, a Jung Kook. Jennie y yo tenemos un pequeño problema y es que solemos entregarlo todo en cuanto a relaciones se trata, por lo que ella siempre se declaró, pero la única oportunidad que yo tuve la deje pasar, así que es entendible que me quiera ayudar y por eso la amo tanto.

Jennie: Alguien se sonrojo por un simple beso en la mejilla.

SY: Ya no hables sobre eso.

Jennie: Todavía te sigue gustando Kookie?

SY: No lo se, ahora estoy mas confundida que antes.

Jennie: Ya sabes, me tienes para lo que quieras. -En ese momento nos abrazamos, se sentía tan bien saber que una de las pocas personas que me querían me apoyaba incondicionalmente.

En el camino a casa con Jennie en el taxi, me puse a recordar sobre el origen de el apodo de Jung Kook, Kookie, era increíble como mi hermana lo recordaba, bueno fui yo quien desde un principio quiso olvidarlo todo con respecto a el y la persona que lo portaba. Ese apodo surgió debido a que a Jung Kook le encantaban las galletas y mi hermana solía cocinarme muchas cuando era niña y desde la primera vez que le di a Jung Kook de estas galletas, desarrollo una especie de olfato especial por ellas y cada vez que mi hermana las cocinaba, como la calle era muy estrecha y su casa estaba muy pegada a la mía, solía entrar de intruso a mi casa y se las intentaba robar pero yo siempre lo descubría y al final nos las comíamos juntos de ahí su apodo Kookie. De hecho recordar todo esto me hizo sentir algo feliz? Realmente no se, mi mente y mi corazón no concuerdan en nada en estos momentos y no puedo pensar claramente.

Al llegar a la casa nos separamos y cada una fue a su habitación, estaba tan agotada mentalmente que me quede dormida enseguida. Al otro día me levante alrededor de las 10:00 de la mañana y todo por un delicioso olor a panqueques que provenía del piso de abajo. Mientras bajaba las escaleras solo pude imaginar a mi hermana cocinando. Llegué a la cocina y allí estaba ella haciendo el desayuno.

Jennie: Buenos días dormilona.

SY: Buenos días.

Jennie: Vamos a desayunar. -se sentó en la mesa con todos los platos servidos y me invito a tomar el asiento que se encontraba en frente de ella. Al parecer había olvidado completamente el sabor de la cocina de mi hermana. Preparo unos deliciosos panqueques, una ensalada de fruta y batido de chocolate, mi desayuno favorito. -Como esta?

SY: Delicioso.

Jennie: Gracias. Por cierto no tienes que ir a la universidad?

SY: Hoy es sábado.

Jennie: Lo siento, todavía estoy acostumbrándome al horario. Por cierto, hoy no pensaras en encerrarte en tu cuarto como siempre, verdad?

SY: Por que no?

Jennie: Que tal si visitas a Jung Kook y ves como esta?

SY: De hecho mis planes de encerrarme en mi habitación a pensar como evitarlo y en otras maneras de como ser fría con el creo que son mejores. No opinas lo mismo?

Jennie: Anda, no seas tan distante y aprovecha que lo tienes a 10 metros de la casa, creo que pueden continuar lo que dejaron pendiente hace 6 años. -me dijo recogiendo los platos de la mesa y poniendo cara de pervertida.

SY: No creo que sea buena idea.

Jennie: Te voy a hacer unas galletas para que se las lleves y se reconcilien.

SY: Pero-

Jennie: Pero nada, subes al baño y te cambias de ropa, que pareces una niña del tercer mundo con ese pelo.

Subí hacia el baño. Me di una refrescante ducha y cepille mis dientes. Como no me maquillaré mucho me daré un poco de base, mascara de pestañas y un brillo color rosa pálido. Me vestí con un pantalón de mezclilla un poco rasgado, un pulover largo de rallas blancas y rosas y unas Converse altas de color rosa.

Después de vestirme cepille y acomode un poco mi cabello, que seguía húmedo. Me rocíe una de mis colonias favoritas para estar en casa. Baje las escaleras y no pude evitar que miles de recuerdos y sentimientos de mi infancia me inundaran. El olor de esas galletas era delicioso, ya podía saborearlas en mi boca. Mi hermana pudo haber sido una chef de 5 estrellas, pero que se le va hacer le gusta mas cantar y mover las caderas. Llegué a la cocina y Jennie estaba poniendo las galletas en una bandeja.

Jennie: Toma, no te comas ninguna.

SY: Ya veremos. En serio tengo que ir?

Jennie: Si, no protestes mas y vete.

SY: Ash, eres mas mandona que mamá.

Iba caminando hacia la puerta con ganas de correr hacia mi habitación y no salir hasta terminarme esas galletas, la tentación era muy grande. Cuando abrí la puerta no pensé encontrarme a  semejante cosa, o mas bien persona frente a mi. Sip, era Jeon Jung Kook. Lo apuesto todo a que olió las galletas. Pero en ese momento esa pregunta no era mi prioridad. Lo era mas bien el hecho de que es tuviéramos tan cerca que incluso podía sentir su respiración en mis labios, y de seguro el podía sentir la mía. Ambos estábamos sorprendidos y como si no fuera suficiente estábamos sonrojados.