🍭Prólogo🍭

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Hola a todos, quiero informar que lamentablemente esta historia ha sido robada por Truyen.
Para quienes no saben de esta página, se los explicaré.

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Los rebotes sobre su cuerpo, hicieron que lentamente abriera sus ojos. Sentía un peso nuevo con cada rebote, justamente en su pelvis.

Abrió sus ojos de par en par cuando oyó un sonido que lo alertó.

-...¡Ahhhh~! ¡Así! ¡Me gusta~! —Exclamó el ente que no paraba de saltar sobre su cuerpo.

Sobre su pene.

-...¡¿Qué ray- ?! ¡Ahhhh~! —Jadeó, sus mejillas se tiñeron de rojo, mientras sentía como el cálido interior ajeno lo apretaba—...Oh mierda...—Volvió a jadear.

-...Tan bueno...Tan grande...—Gemía el peli-celeste. Sus ojos estaban casi en blanco, miraban al techo; su lengua estaba afuera, dejando caer varias gotas de saliva en su propio cuerpo; sus pálidas mejillas entaban sonrojadas; sus manos arañaban sus marcados abdominales, mientras los usaba de apoyo para sus frenéticos movimientos.

Sus ojos fueron directamente hacia el lugar que los unía. Podía ver como su pene desaparecía en el ano ajeno. Parecía ser doloroso, mas al peli-celeste le gustaba.

Un momento...

Al recuperar un poco de su raciocinio, tomó al chico sobre sí, de la cintura y lo mantuvo quieto, con su pene muy al fondo. El peli-celeste gimió en protesta y volteó a verle, pidiendo poder volver a moverse. Kagami aprovechó para regularizar su respiración y poder pensar con la cabeza que tenía el cerebro.

-...¿Quién eres? ¿Cómo entraste en mi habitación? ¿Porqué estamos...? —Se sonrojó y desvió la mirada.

-...Un virgen...—Kuroko se relamió los labios y apretó su esfínter, haciéndolo gemir—...Quiero moverme...—Murmuró con tono seductor—...Quiero sentir cada pulgada de tu grueso pene, estirando mi culo, jodiéndolo. Quiero que me llenes con tu leche caliente. Quiero que me folles con dureza.

Kagami tragó saliva mientras se perdía en las orbes celestes que le miraban con lujuria.

Tentador. Demasiado tentador.

Kuroko volvió a apretarlo y sonrió satisfecho cuando el agarre en su cintura se aflojó. Lentamente, sacó el duro miembro de sí y se colocó en cuatro frente al pelirrojo que se había sentado para ver que haría. Pegó su pecho al colchón, separó sus piernas y tomó sus nalgas, abriéndolas, para mostrarle su rosa entrada, la cual boqueaba hambrienta, pidiendo ser llenada.

Kagami no necesitó más.

Se colocó de rodillas y se acercó hacia él, masturbándose un poco. Se colocó en posición. Lentamente comenzó a introducirse en su interior, jadeando en el proceso.

Kuroko gimió y sonrió ladino al sentirlo adentrarse. Ahora comenzaría lo bueno.

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Su cuerpo temblaba con violencia, sintiendo las dos profundas miradas, enfocadas en él. Ambas parecían igual de hambrientas.

Hambre que él no sabía que podía saciar.

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