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El día se mantenía fresco, con viento y aquel frío que impedía moverse con rapidez, era ese tipo de clima que muchos amaban y otros detestaban, más no podíamos hacer mucho por ello más que abrigarse y mantenerse en calor.  Era muy increíble como el clima en aquella ciudad era tan bipolar; un día hacía un calor superando los treinta grados y al día siguiente o si no es tan extraño esa misma noche la temperatura baja a cinco grados. Tan extraño para comprenderlo.

La mayoría de las veces el de cabellos oscuros no le tomaba importancia al clima, pero cuando las temperaturas bajaban su corazón y alma pedían que subieran, no porque tuviera frío, no. Sabía que su mejor amiga solía faltar en dichas temperaturas cosa que el no hacía, entonces solo le quedaba rezar para que la madre de su compañera la mandase al colegio. Y quizá suene tonto, pero para Kim la única razón para ir de buenos ánimos era alegrar el día de su pequeña mariposa, de poder apreciar aquella sonrisa alargada mientras sus ojos se hacían diminutas líneas curveadas. NamJoon mantenía su alegría sobre una alma destinada a otra.

Comía de forma lenta, escuchando las noticias sintiéndose cohibido con siempre ser presente para escuchar lo mismo. "Se encontraron dos muertos alrededor del penal, la policía..."  Apagó el televisor aprovechando su fin del desayuno subiendo nuevamente a terminar su aseo.

Sus orbes posados en la ventana, mirando directamente al cielo que ahora estaba de colores, un morado desvaneciéndose en un naranja para terminar en celeste, era hermoso. Guardó su celular después de tomar una fotografía al bellísimo cielo, el autobús frenó por completo indicando a los pasajeros que ya habían llegado, Nam guardó sus auriculares en la bolsa de su sudadera, caminando de forma lenta ya que aún faltaba para entrar a las aulas, sus ojos se movían de un lado a otro buscando rastros de aquel ángel caído, sus oídos atentos por cualquier sonido dulce que esta brindaba.  Nada por unos segundos. Suspiró de forma pesada para en seguida dejar su mochila en su salón.

Observaba como la gente era feliz con su pareja haciéndole preguntar ¿tendré su compañía fuera de amistad? no, mejor ¿merezco su amor? tal vez ese era el maldito problema. ¿Y si NamJoon no era merecedor de dicho sentimiento? ¿Debería rendirse ante sus alas?

La vio.

Admiró cómo está acomodaba su cabello y lo ataba con aquella liga, se veía algo estresada y eso le ocasionó conflicto al más moreno, se acercó a pasos rápidos hacia donde ella se encontraba, picó su brazo mientras soltaba una bonita risilla que la contraria respondió. Esta se veía sumamente adorable con aquel puchero formado por sus labios, su piel pálida llamaba aún más la atención ya que sus mejillas y nariz se encontraban tornados de un rojo notable. NamJoon se derritió ante aquella suave escena.

— Pareces un tomate. — comentó el chico recargándose en la pared mientras la ajena terminaba de atar su cabello, su coleta se veía desarreglada más ella ya cansada dejó de intentar. Tampoco es como si llevar coleta le hiciera salvar el trimestre.

— Tu pareces un cacahuate envuelto en servilletas, cállate. — los dos rieron para después comenzar a caminar en lo que las clases iniciaban. La sonrisa de Kim era muy obvia, quizá podría acoplarse a que pasaban un buen rato. Más aparte, Joon sonreía porque su amiga se mantenía feliz. Porque ésta relucía como una flor reciente de nacer, tan viva y tan linda. Quizá era tonto sentirse mejor sabiendo que su amiga estaba bien, pero es que, NamJoon amaba aquella pequeña de mejillas regordetas como si fuera la melodía más suave que sus ojos han apreciado.

Por otro lado, SooYoung era muy despistada y no lograba ver aquel sentimiento llamando su corazón, ignorándolo a toda costa. Todo el mundo decía que Nam y Soo eran novios. Falso. El se lo tomaba como un reto, pues deseaba serlo algún día; ella se lo tomaba como una tontería. Ella no se veía saliendo con el azabache.

No porque no fuera guapo, NamJoon era perfección.

No porque no fuera divertido, NamJoon era una caja de sorpresas.

No porque no fuera respetuoso, NamJoon la respetaba más de lo que se respetaba a sí mismo.

No porque no fuera romántico, NamJoon era el mismísimo Eros hablando de amor.

Era porque SooYoung gustaba de alguien más.

Sus ojos no brillaban de la misma manera, era diferente.

NamJoon más SooYoung de resultado obtendrías una verdadera amistad.

Y por más que cambiáramos los factores, signos u otra cosa más. El resultado sería el mismo.

Y Joon debería aceptarlo.

— Ayer me sentí tan inútil, como aquella puerta que al abrirla te daba a una pared. Así de inútil. — soltó de la nada, el moreno la observó con confusión. Estudió sus facciones nuevamente, ¿dónde había quedado su sonrisa? ¿cómo tan rápido logró desvanecerse como el humo de un cigarro? Intentó encontrar muestras declarando aquello como mentira, más no fue así. — ¿Desde cuándo me volví tan frágil? Quiero decir, siempre me reía de mis amigas al hablar de esos temas, pero ahora yo entiendo todo y es horrible pero tan hermoso a la vez. —

Kim paró el paso, ella también. Se giró para poder quedar frente a frente sintiendo su corazón comenzar a bombardear todo su alrededor intentando mantenerse cuerdo pues las diversas ideas de lo que su amiga se refería le aterraban.

— ¿De qué hablas? te burlas de muchas cosas. — comentó.

Los ojos avellana de la más baja se posaron hacia la banca que yacía enfrente de un árbol, donde había una persona sentada mientras leía. Nam entendió esa mirada por lo que la siguió hasta toparse con aquel humano.

— ¿Qué te hizo?— preguntó esta vez a la defensiva, si aquella persona le había hecho algún tipo de daño a su estrella jamás se lo perdonaría. Para Kim, Ha era su raíz, si esta se rompía su flor también.

— Enamorarme. —

El aire faltó, su corazón se tiró y sus piernas dejaron de ser estables. Cada pizca de alegría había desvanecido, su sonrisa también se esfumó, sus ojos se apagaron y todo a su alrededor también.
Su pequeña estrella no brillaba por el, brillaba por alguien más.

— Lloré al darme cuenta que era el ser más hermoso que he visto, que si él estaba presente en mi día, yo era feliz. Caí en cuenta que estoy enamorada de ese bonito niño. — murmuró, sus labios rosáceos se abultaron, dándole un aspecto adorable que falló en la planta de energía del azabache. — Tonto, hermoso y lindo Park JiMin. —

El timbre sonó dándole inicio al horario escolar. SooYoung se quejó para después envolver a su amigo en sus brazos delgados, este por otro lado, seguía tan sorprendido, desilusionado y triste. Respondió al abrazo pero al ver como su preciada raíz ahora fortalecía a otra flor con su sonrisa.

NamJoon torció sus labios. No lloraría, lo haría cuando nadie estuviese presente.

Ahora tendría que ponerse a mejorar.  A pesar de estar deprimido por dicha notica el no permitiría que aquel sentimiento le hiciera bajar de notas.

Pero dios, sin duda sintió el cielo caer sobre él.

" Si fueras un sueño te llamaría: un adorable y triste sueño. "

(( scenaryoons ))

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2019 ⏰

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