Nothin' Last Forever? [One-Shot continuación @nadie]

Única parte

Nothin' lasts forever
And we both know hearts can change

Aquel rubio entró en el campus universitario.

Había decidido cambiar de carrera, por lo que debería ingresar nuevamente, empezar todo de nuevo.

Al menos lo habían dejado convalidar algunas materias, por lo que tenía cierta esperanza de que su carrera fuese más corta.

Comenzó a caminar por allí, veía algunos alumnos estudiando o haciendo otras cosas sentados en el pasto, algunos maestros pasaban con sus maletines.

Era como su anterior universidad, como su anterior campus, pero mejor.

Ya no estaba en el de medicina y odontología, se encontraba en el de ciencias, donde se incluía bioquímica, física, biología, astronomía y...

Astrofísica.

También habían otras carreras, claro, pero al pensar en aquella profesión alegres recuerdos venían a su mente.

Pronto vio a alguien que le resultó familiar.

— ¿Roger? —le preguntó acercándose.

— ¡Syd! —exclamó este y se fue a abrazar a su antiguo amigo— ¡No te veía desde la escuela!

— ¡Es cierto! —respondió Syd— te preguntaría cómo fue tu vida, pero hablamos bastante por chat y más o menos entiendo lo qué haces aquí... ¡No me habías dicho que irías a mi universidad!

— Yo no sabía que era tu universidad —respondió Roger— ¿Y cómo es más o menos?

— Yo puedo enseñarte —le sonrío Syd— adivina, ¡Lo logré! Soy de los mejores alumnos de astronomía.

— ¿De verdad? —preguntó Roger— ¡Sabía que lo lograrías!

— ¿Lo dudaste? —le sonrió Syd— siempre lo dije, Syd Barrett, astrónomo, guitarrista, cantante y pintor.

— Las haces todas, ¿no es así? —rió Roger.

— Algo así —respondió Syd— ven, te mostraré el campus.

Comenzaron a caminar por el lugar mientras Syd le indicaba a qué correspondía cada cosa, normalmente eran salas de alguna que otra materia.

— Y... las habitaciones —terminó Syd— ¿ya te dieron la tuya?

Roger negó.

— Bien, vamos a recepción, ahí deberían asignártela —le dijo.

— ¿De cuántas personas son? —preguntó.

— Depende —respondió Syd— la mía es de cuatro o tres personas, pero hay algunas de dos o hasta de cinco.

— ¿Y quiénes son tus compañeros de cuarto?

— ¡Ya verás! —le sonrió— pero espero que seas uno de ellos, ven vamos.

Fueron a recepción para que Roger se inscribiera, habían numerosos alumnos, por lo que tuvieron que hacer una larga fila.