[§°•ᖴᗩᖇ ᗩᗯᗩY•°§] -Editando-

Եҽɾϲҽɾɑ ԹɑɾԵҽ

—Capítulo 3—

Natasha apagó la pantalla del televisor luego de que cambiaran la noticia de la confirmación de la muerte de Tony y su funeral. Miró con preocupación cómo Steve miraba la pantalla apagada perdido.

    –¿Estás bien? —el rubio negó lentamente y cerró sus ojos.

    –Es mí culpa...

    –Steve, ya hablamos de ésto, deja de culparte por algo que no hiciste —exclamó Sam seriamente—. Él firmó los papeles, fue de desición de él quedarse sólo.

    –Sam tiene razón. Fue él el que te atacó sin razón, a ti y a Bucky, y que te quitó tu escudo —Steve tensó la mandíbula y se levantó con bastante brusquedad.

    –¿A dónde vas?

    –Necesito tomar aire un momento.

    –Pero es peligro... so —ya había pegado un portaso antes de que su amiga terminara de hablar.

El rubio se colocó bien la capucha y el gorro para empezar a caminar con la cabeza agachada.

Estuvo largos minutos caminando, con pensamientos rondando toda su cabeza que lo abrumaban.

Llegó al cementerio, aún habían unas pocas personas alrededor de la tumba de Tony. No las reconoció, muchos de ellos eran parejas con niños, éstos podían flores e incluso dibujos encima de la gran tumba.

La tumba estaba decorada con muchas cosas, y la foto del genio en medio, sonriente. Era una foto antigua, de cuando recién estaba siendo Ironman. Tenía una sonrisa genuina en su rostro.

Se sentó en una de las bancas a esperar a que se fueran. Para su, quizás, mala suerte, cuando se iba una familia, llegaba otra. No fue hasta cuando empezó a anochecer en donde se pudo levantar y acercarse.

Miró el nombre escrito, la fecha de nacimiento y muerte.

    –Lo lamento Tony... —es todo lo que pudo soltar en el momento con toda la sinceridad que cargaba su cuerpo. Se sentía estúpido de alguna manera, nunca pudo decírselo a la cara y se sentía inútil por eso—. De verdad... De verdad lo lamento —exhaló poniendo su mano encima de sus ojos mientras tragaba saliva—. Prometo defender la tierra como tú lo hacías... Prometo hacer lo correcto. Te lo juro por mí vida Tony... Que te honraré.

Acarició con una mano la tumba y sintió con sus pulgares las letras talladas. Miró la tumba unos segundos más para finalmente irse al departamento que compartía con sus dos amigos.

—·•·—

Gritos desgarradores inundaban la habitación, tan fuertes que el sonido se deformaba entre los sollozos de dolor.

    –¿Ya te cansaste de hacerme perder el tiempo? —exclamó Ebony seriamente separando un poco las agujas brillantes del cuerpo de Tony. Sólo lo suficiente para que dejara de gritar, pero seguía sintiendo un tran dolor. Como si lo apuñalaran con un cuchillo ardiendo.

    –Haz lo que quieras... —jadeó—. No los ayudaré a matar a ningún inocente.

    –Bien, tú lo pediste... Nunca le he fallado al señor Thanos —hizo un gesto con las manos y las agujas volvieron a incrustarse profundamente, Tony apretó los dientes—. Y tú no serás la excepción.