Capítulo 1

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-Noventa y ocho, noventa y nueve, ¡cien!- terminó de contar Daniel - Eres una floja Oliv.

-Yo sólo sé que que quiero una rebanada de pizza- dije con el poco aliento que me quedaba por los abdominales que había hecho; vaya que había perdido condición física durante las vacaciones, no había hecho nada de ejercicio durante el verano.

-Por eso estás así de débilucha, sólo piensas y comes comida chatarra.

Giré los ojos y los ubiqué en mi amiga Karen que hablaba con su novio durante el verano, Zach. Y a pesar de que no estaban cerca, pude visualizar que Karen estaba llorando.

-Los hombres son unos idiotas- dije con algo de desprecio en ese comentario.

-Oye sólo dije que te la pasas comiendo mugrero, no es razón para que insultes al sexo masculino.

-No lo digo por ti tonto- le indiqué con la mirada hacia donde estaba Karen y Zach.

-Oh si, no todos los hombres son idiotas pero él si. Le advertí que no era un buen tipo para relaciones amorosas.

-Lo sé, cae muy bien pero el tema amoroso no es para él. Se lo advertimos a Karen pero no nos hizo caso.

Zach era un amigo de nosotros, más de Daniel. Ya nos conocíamos todos pero en el verano tuvo un flechazo con Karen y ella cayó en sus encantos, pero como ya lo dijimos, el amor no es su fuerte y ahora Karen sufrirá las consecuencias. Que mal.

Vimos como se retiró de dónde estaba dejando a Karen en lágrimas sola.

-¿Crees que debamos ir?- me preguntó Daniel

-¡Claro que no! Cómo si no conocieras a Karen - rodé los ojos - necesita su espacio, y cuando esté lista acudirá a nosotros.

Asintió levantandose y después me dió la mano para ayudarme a levantar.

-Bien, me tengo que ir a estudiar matemáticas.

-Okay, terminando la práctica vienes y nos vamos a comer.

-Seep -me dijo yéndose.

Es algo tan agotador tener que entrenar soccer, pero necesito hacer algún deporte.
Iba camino a mi posición cuando veo pasar a Dylan, acercándose hasta donde yo estaba. Él está presente en el entrenamiento de soccer femenino como ayudante del entrenador y es una suerte ya que puedo admirarlo todos los días.
¡No puede ser, es tan hermoso!.

-Ey Oliv- Me hizo un gesto con la cabeza en modo de saludo.

-Ey Dylan- le sonreí- iremos a comer algo después de la práctica, ¿no vienes?

-Me gustaría, pero hay reunión familiar- hizo una mueca - tal vez a la próxima- Un hoyuelo se asomó cuando sonrió. Maldita sea es tan lindo.

-Claro- le sonreí y comenzé a hacer calentamientos en mi lugar mientras él se alejaba.

Dylan no es mi amigo del alma ni nada por el estilo pero nos hablamos y es algo que agradezco porque si fueramos amigos más cercanos tal vez no tendría probabilidad de tener una oportunidad con él. Bueno no sabe que me gusta pero tengo la esperanza de que algo pase. Vamos, qué niña no tiene esa ilusión con el chico que le gusta.

-¡Cuidado!- escucho a lo lejos que gritan, me giré para buscar a la persona que gritó eso cuando sentí un un fuerte golpe en mi cabeza, fue tan fuerte que caí al sesped de la cancha.

Mi vista se nubló por completo, lo último que recuerdo haber visto fue al entrenador, Dylan y unas cuantas chicas riendo y otras acercándose con cara de preocupación.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2019 ⏰

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