Capítulo 4

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Mierda- susurro

Había llegado hace poco a mi casa, mi madre seguía sin dar señales por la casa, el último mensaje que tenia de ella era que llegaría tarde de nuevo.

Paso el algodón en mi ceja que también estaba lastimada, y gruño, maldita sea Juliana, no sabía porque estaba contra mía, de pequeñas solo recibí un chorro de jugo de parte de ella y eso que ella era la nueva. Desde pequeñas nos odiábamos, pero le tome la guerra dos años después de su llegada y luego tres años después Valter se había distanciado de mí, un año después mi hermano y Valter ya no me hablaban, en ese punto mis padres ya se habían divorciado.

Escucho como abren la puerta, rápidamente apago la luz de mi cuarto y voy a dejar el alcohol en el baño junto al algodón y gasa, tiro lo que tiene sangre al cesto de basura. Me acuesto y espero a ver si mi madre toca la puerta.

Cariño estas despierta- no abre pero si toca

Si mamá- grito

Okey, ¿quieres comer?-

No gracias- con eso la convenzo ya que escucho como baja.

...

Semanas después

Maldita Juliana- vuelvo a meter las manos en el agua y limpio la sangre que me había dejado en las manos al pasarlas por debajo de mi nariz. Me había golpeado con una pelota en la cancha, la maldita estaba en su clase y yo solo buscaba a un profesor y me dijeron que estaba por la cancha, lo que no contaba era que la pelirroja me tirara una pelota de basquetbol. Lo único bueno era que la habían suspendido por dos días o así corría la noticia.

La enfermera no había hecho bien su trabajo, la nariz me había empezado a sangrar en medio de la clase.

Toco mi nariz y siento torcida. No sabía a quién más maldecir. Pongo mis palmas en mi nariz, la aprieto y luego la muevo hacia la derecha asiendo que truene.

Vuelvo a lavar la parte de mi rostro donde queda sangre, más tarde iría al hospital que me revisaran.

...

Ya había pasado un día entero y digamos que no sabía nada de Juliana. Le subo volumen a mi celular para escuchar mejor la canción, un carro pasa a lado asustándome y veo el Volvo rojo y alguien saca el dedo de en medio por el lado del acompañante.

Juliana

Algo gruñe, volteo a los lados y no hay nadie. Ese algo vuelve a gruñir, pero a esta ocasión no le pongo atención. Saco mi celular y lo suelto al ver mi reflejo, mis ojos eran morados brillosos. Levanto el celular y paso la mano en la pantalla, ruedo los ojos al ver la rajadura, solo a mí se me ocurre soltar el celular.

Pongo la cámara frontal y reviso mis ojos, seguían de ese peculiar color. Veo la hora y me sorprendo, había perdido una clase.

Y ahora que- digo al ver como mis ojos no regresan a su color.

...

Mi rostro no lo había levantado, no quería que me vieran con ese color de ojos hasta que averiguara el porqué. Me meto al baño y vuelvo a revisarme los ojos, estos ahora solo estaban mesclados con el color de mis ojos normal.

Salgo cuando una chica entra, alguien me agarra del brazo al dar unos pasos lejos de los baños.

Suéltame, Joe- ordeno

No, agárrala bien de Aro- algo gruñe de nuevo, veo a Juliana y esta me sonríe

Tú no estabas suspendida- me burlo, de tantas sacudidas, empiezo a zafarme de Joe, pero Víctor me retiene –y yo pensé que eran perros de Valter, no de esta

No te ardas- se burla de regreso –Valter sabe de esto ¡eh!- ella hace una seña y me meten a una clase

Juliana para, si- intento zafarme, pero ellos son más fuertes –no sé qué te hice, pero ya para- una cachetada hizo que volteara la cara –Maldita

Valter

Veo como Juliana cachetea a Luisiana, sabía que si me iba se le iba a tirar a golpes, pero no quiero sospechas de mi madre, mi lobo empieza a pujar como si le doliera.

Salgo de la sala al sentir mi lobo inquieto

¿Qué te pasa?- el me entiende y me gruñe

Intento regresar al aula, pero el control de mi cuerpo empieza a fallar, veo como freno y no soy yo.

Basta- ordeno, mi lobo para, pero no obedece.

Cuando decido salir de aquí e ir al bosque, escucho un grito y un gruñido. Entro corriendo y veo como Juliana se transforma luego de que Luisiana la golpea, Joe se transforma y se tira encima de Juliana cuando la pelirroja está a punto de tirarse a la copia de mi amigo. Juliana y Joe se gruñen.

Me pongo delante de Luisiana y le gruño, esta me responde y mi lobo toma el control volviéndole a gruñir en modo de orden y esta baja la cabeza.

Saco de allí a Luisiana, llevándola lejos no quería que la tonta de Juliana la matara de la nada.

Esta me empuja y me gruñe, pero raramente no la puedo contradecir, la veo a los ojos y me sorprendo, apostaba que vi sus ojos cambiar y eso no era lo raro si no el color, pero fue en segundos.

De quién eres Luisiana.

Mi MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora