El Acecho

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Era una tranquila noche cualquiera en el trabajo de Daniel, en una gasolinera de 24 horas, a el le toca el turno de la noche y casi nunca está sólo, siempre estaba junto con otros trabajadores pero esta noche fue la excepción. Nada más estaban presentes el y el "señor que limpia" que tiene las llaves de la tienda.

"Daniel te puedo pedir un favor inmenso?" Dijo el encargado de limpieza, pues tenía una "cita caliente" con una dama...

"Si, en que te puedo ayudar?" Le respondió.

"Tú sabes que, me tengo que ver con una chica y llegaré en la mañana. No te molestaría quedarte sólo por una noche?" Le explicó el no tan joven trabajador, esperando una respuesta afirmativa.

"Anda ve no te preocupes, me encargaré de la tienda esta noche"

Se despidió, le dejo las llaves de administración, la puerta trasera y lo único que le pidió es que no le prestara el baño a nadie, extraña petición por parte de el pero Daniel hizo caso omiso y siguió su noche de "curro".

Daniel se las manejó para pasar las primeras horas de la noche, verificaba las cámaras, acomodaba algunos estantes y en general nada que Daniel no hubiera hecho sus noches anteriores.

Después de tanto tiempo ya, llegó el 4to cliente de la noche pidiendo desesperadamente el baño, Daniel tenía órdenes y no podía desobedecer así que le dijo a la joven chica

"Lo siento mucho, El gerente no vino hoy y no tengo las llaves"

Una pequeña e inocente mentira que ya ha dicho repetidas veces.

"Y tú como haces tus necesidades?!"

"Me toca ir afuera, cerca del monte, es una putada pero no puedo hacer nada al respecto." Después de esas palabras la chica se le quedó viendo con una cara de enojo pero confusión a la vez.

Pidió una caja de chicles y se devolvió a su coche, un Mustang GT y se fue.

Pasó la siguiente hora y no llegaba ningún cliente, Daniel en vez de asustarse se sentía tranquilo y con bastante paz.

Por los alrededores sólo se escuchaba el característico ruido que producen los búhos. 

Daniel estaba revisando una vez más las cámaras, y en la que esta situada afuera de la tienda logra observar que a lo lejos en la oscura carretera se acercaba una camioneta, a primera impresión muy sospechosa la verdad, pero este no le dio tanta importancia y se dirigió a la caja para esperar y atender a otro cliente más.

Y entonces Daniel vió, yendo cada vez más lento el vehículo pero sin frenarse, estaba observando la gasolinera.

Daniel intentó identificar al conductor pero este era astuto conduciendo por el tramo menos iluminado de la carretera y la luz que emanaba la gasolinera en sí no era suficiente.

Daniel empezó a sentir pánico cuando la rara camioneta se detuvo por un largo rato y nadie se bajaba de esta.

Su situación jugaba las cartas en su contra, si el se dirige al cuarto de cámaras donde esta ubicada la escopeta que el conserje compró en caso de emergencia, dejaría las puertas abiertas a que alguien pudiera entrar a la tienda, robar, o incluso algo peor.

Así que Daniel en un acto de cobardía, se escondió detrás de el escritorio, imaginandose la peor situación a la que se tendría que enfrentar.

Viendo casi que por el rabillo del ojo, nota que aquella camioneta arranca y sigue el tramo recto de la carretera, pudiendo así calmarse a si mismo y recuperar la compostura.

Pasó otra hora y más de lo mismo, no pasaba nadie, el ruido de los búhos que de alguna manera lo calman, y dando vueltas por la tienda para no dormirse.

En una de esas caminatas por la pequeña tienda, parece sonar una especie de cerrojo de manera muy brusca, como si alguien lo hubiera abierto por las malas.

Daniel se percata de ese sonido y de inmediato agarra la escopeta y de la forma más silenciosa posible carga las municiones y se dispone a investigar ese ruido.

Al poner un pie afuera de la tienda, aparte del enorme frío que lo abraza, tiene la ligera sensación de que algo simplemente no va bien.

Da una vuelta por la tienda y no logra ver algo que haya causado ese extraño sonido, se asoma al frente y tampoco ve ningún vehículo.

De repente, casi instantáneamente le llega un terrible hedor, viniendo directamente del baño.

Daniel se queda frío al recordar lo que el gerente le dijo sobre el baño, pero este no tenía otra opción y fue a investigar.

Al acercarse a las puertas del baño, se dio cuenta que el cerrojo de este estaba en el suelo, efectivamente alguien lo rompió.

Temblando del miedo y los nervios, abre la puerta con un empujón y apunta la escopeta listo para disparar, pero lo que vió lo puso pálido, soltó el arma y entró en shock.

Lo que había dentro del baño era el cadáver del gerente, con las tripas afueras y sangre hasta decir basta.

Intentando asimilar lo que estaba pasando, escucha de manera clara a alguien corriendo a gran velocidad dirigiéndose hacia el, probablemente con malas intenciones.

Daniel intenta reaccionar pero fue muy tarde, una fuerte embestida lo sacudió chocando con uno de los cristales, cayendo inconsciente.

The Night CurseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora