Joaquín se sentía lejano a la conversación que ocurría frente a él, pero eso no era nada nuevo, tanta gente reunida celebrando de forma ruidosa algo de lo cual no tienen la certeza alguna de que pasara. Mañana seria su primer día en hogwarts, sus padres ya festejaban de manera anticipada la entrada a la casa escolar de su dinastía familiar, Gryffindor*, unión que todavía no existía, ni era segura, seria el sombrero seleccionador* y solo él quien tendrá la última palabra de cuál será su hogar en los seis años que pasara en hogwarts.
-Joaquin...Joaquin, cariño- sus pensamientos se ven interrumpidos por la voz de su madre - tu tío te está preguntando algo, perdonalo arnaldo, siempre anda en las nubes-.
-No hay problema, así son todos los jóvenes de hoy, siempre en sus escobas voladoras mentales- su tío le ofreció una sonrisa de entendimiento, como si aún recordara lo que ser joven es. - Te preguntaba si ya sabes en qué casa te gustaría estar-.
Decir que la pregunta descolocó a joaquín sería poco, nunca nadie le había preguntado qué le gustaría, asimilaba que la respuesta natural sería gryffindor como su familia, pero ¿se sentía él un gryffindor?, ¿había en él un valiente león? como el que protegía su escudo familiar y representaba a los orgullosos gryffindor.
Nunca había pensado que le gustaría ser, ha pensado en quien debería de ser, en lo se espera que sea, siempre ha sido de su conocimiento que no tiene la posibilidad de elegir. Naces siendo quien eres, con un destino que no puedes cambiar, no importa cuanto luches contra ello, el camino ya estaba labrado para él. desde el día en que nació bajo el rugido de un león, su destino era ser fuerte, el próximo orgullo y sostén de su familia.
-Que pregunta tan boba hermano, claro que joaco quiere ser un gryffindor como su padre, su madre y sus hermanos. como toda su familia.
-Nunca se sabe qué dirá el sombrero, hermano.
- Dirá lo que todos ya sabemos, que joaquín es un Gryffindor desde el día en que nació.
Joaquin Trago en seco, ese era su mayor temor sobre mañana no ser un gryffindor, que su destino lo traicionara y lo ubicara en cualquier otra casa y deshonrar a su familia. Recibir la carta de aceptación de hogwarts y ser un gryffindor era lo único que tenía que hacer para hacer sentir orgullosos a sus padres, sabía que si no lograba esas dos pequeñas cosas sería el primero en romper una dinastía de importantes y poderosos magos gryffindor, pero eso no estaba en sus manos, si no en manos de el sombrero, un maldito sombrero encantado que decidiría su destino para siempre.
-Bueno, bueno dejen de discutir por tonterías, joaquín ya debe irse a dormir, el tren sale mañana muy temprano- dijo su madre para interrumpir el intercambio de palabras de su padre.
-Adiós, y gracias por esta cena de despedida, los extrañare- por primera vez las palabra de joaquín no eran forzadas, el de verdad los extrañaría -Hasta navidad.
Esa noche no puedo conciliar el sueño, el temor de no ser un gryffindor lo atormentaba casi tanto como el no sentirse uno.
Al otro lado de la ciudad en un barrio menos acaudalado, en una casa más pequeña ocurría una celebración más grande y ruidosa, en la pequeña casa de puertas azules una curiosa cena llena de muggles* que festejaban la aceptación de su hijo mago a hogwarts.
-Brindemos por mi hijo, que es un brujo y estudiara en la misma escuela que su madre.
- hechicero, papa, mi mama y yo somos hechiceros, no somos brujos- dijo emilio riendo por el común error de su padre
- Como sea, mi hijo irá a la mejor escuela de hechicería del mundo y estoy orgulloso- sus tíos pararon a su padre antes de que empezara llorar como por quinta vez en el dia.
Después de el pequeño espectáculo de sus padre todos volvieron a la comida, la bebida y como no podía faltar el baile, en su familia todos estaban orgullosos de que emilio era un hechicero como su madre, mañana dejaría el mundo no mago e iría por segunda vez al mundo mágico, su hogar, donde siempre debió estar, al que siempre perteneció.
Mañana emilio empezaría el primer dia de la vida que siempre debió vivir, y le era imposible borrar la sonrisa de su cara, él era un hechicero, se sentía como uno y al fin vivirá como uno.
Gryffindor: es una de las cuatro casas en las que se dividen los estudiantes del colegio hogwarts Además, es la casa más emblemática y más reconocida de este.
Sombrero seleccionador: es un sombrero encantado que decide la casa en la que estará cada alumno basado en lo que ve en su interior, como rasgos de personalidad
Muggle: Ser no mágico
Nota: Espero y les guste esta loca idea de emilio y joaquín en el mundo mágico. les tengo preguntas
¿que casa de hogwarts son?
¿en que casa creen que estarían emilio y joaquin en la vida real?
All the love-a
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Home. Emiliaco AU.
RomanceAU. Donde Joaquín siente que no pertenece a su casa de hogwarts. Y Emilio nunca se ha sentido más aceptado y querido que en gryffindor. Este fanfic estará ambientado en el mundo de Mágico de Harry Potter y aunque habrá referencias no es necesario co...