La separación

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Sirius no sabía que hacer. Enserio que amaba a cada uno de los cachorros de su familia, pero quedarse solo con todos ellos no fue la mejor idea.

Aunque Remus fue muy persuasivo
a la hora de pedirle que cuidara de todos los pequeños mientras ayudaba a Snape con su sorpresa de aniversario para James con el apoyo de sus primas. Ante el pensamiento Black hace una mueca, aún no sabe que fue lo que su querido cornamenta vio en Snivellus.

Escucha el ruido de uno de los floreros cayendo y observa como su sobrina Nimphadora de 7 años está subiendo el estante ruso de su madre con demasiada rapidez.

-Dora eres la mayor de todos. Deja de incentivarlos, por favor -dice con un suspiro mientras la baja. En el proceso carga a Teddy, su hijo de 5 años, que tiene como meta hacer lo mismo que su prima si se encuentran juntos y algunas veces cuando está sólo con el en casa. El pequeño dice que es porque ambos son iguales por ser metamorfagos.  A Remus le parece tierno, a él le sacará canas verde un día de estos.

-Y Teddy, deja de copiar en todo a tu prima – el heredero de los Black le saca la a lengua a su papá y sale corriendo.

- Descuida, Tío Siri, yo lo cuidare – dice la pequeña y luego sale corriendo en la misma dirección.

Sirius decide dejarlos por un rato y va a ver á los gemelos, que como siempre estarán discutiendo. Puede confirmarlo cuando voltea hacia donde se encuentran y los ve sacándose la lengua y gritándose.

-¡Eres un tonto, Harry, por tu culpa mi papi no me llevo con él! -gritaba furiosa la niña de 5 años.

-¡No te llevo con él porque eres muy fea y gritona, Eileen! -gritaba de vuelta su gemelo.

-¡Yo no soy fea! ¡Tú lo eres! ¡Usas lentes! – la pequeña Potter tenía el rostro rojo y los mofletes inflamados.

-¡Yo no soy feo! ¡Papá usa lentes y papi dice que soy muy guapo como él! – el pequeño Harry estaba igual que su hermana.

La niña iba a responderle a su hermano cuando Sirius decidió intervenir. A veces le divertían sus peleas infantiles, otras como ahora sólo ayudaban aumentar el dolor de cabeza que tenía desde que todos se fueron dejándole a los niños.

-Eileen, Harry, paren de discutir los dos – dice con voz sería. Cosa que hace que los pequeños se callen y lo observen.

-Padrino… -lloriqueó Harry- me dijo que era feo sólo porque uso lentes como papá… -Sirius sintió una pequeña presión en el pecho. Odiaba ver los ojos triste de su pequeño ahijado.

-¡No es verdad! ¡No dije eso! -Grito furiosa la niña.

-¡Dijiste que era feo porque usaba lentes! ¡Y estos son iguales a los de papá! -contratacó el niño.

- ¡No eres como papá!-.

-¡Eres una mentirosa, soy igualito a papá!-.

-¡No es verdad!-.

-¡Si lo es!-.

Por Merlín, creo que mi cabeza estallara pensó Sirius, se alejó un poco de ellos y cerró los ojos un momento. Pero los volvió abrir cuando sintió que jalaban su pantalón.

Una sonrisa involuntaria se posó en los labios de Black, era su pequeño dragón de 5 años. Él único que no estaba haciendo un escándalo.

-Tío Siri, ¿Te duele tu cabecita? – lo mira con esos enormes ojos grises, que heredo de los Black, llenos de curiosidad.

Sirius sonríe enternecido, Draco es un niño adorable. Agradecía a todos los dioses de haberle hecho caso a Narcissa y haber hecho las pases con su familia después de que su madre se disculpar con el y Andrómeda, y los restaurara a ambos en el árbol familiar. Gracias a eso ahora podía cuidar de su sobrino favorito. Que a diferencia de los demás era muy obediente.

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