la rosa negra »changlix

(( 열세 ))

Después de un largo viaje de vuelta a casa, Changbin estaba ansioso por ver a sus amigos. A pesar del corto tiempo que estuvo afuera, los añoraba bastante. Cuando entró a su casa, vio las luces apagadas, algo que le pareció muy extraño. Abrió la puerta y llamó a su madre —que ella se marchó antes por problemas con su cuñada—, pero nadie contestó. Fue adentrándose preocupado por si le hubiera pasado algo en su ausencia, hasta que llegó al salón.

Un escalofrío le recorrió por la espalda haciéndolo estremecer.

Todos salieron de su escondite con confetis, comida y gritos.

Eso no se lo esperaba.

—¡SORPRESA! —Gritaron sus amigos juntos con la señora Seo.

Se había olvidado de su propio cumpleaños.

—Feliz cumpleaños—lo abrazó Felix felicitándolo— ya estás hecho todo un hombre, cada día más viejo.

El cumpleañero se sentó en la mesa con los demás y empezaron a comer. Disimuladamente Felix agarró un osito de gominola y lo lanzó a la cabeza de Changbin, éste se lo devolvió, pero esta vez era un bombón que aterrizó justo en la boca del castaño. La señora Seo sonrío por la actitud infantil de aquéllos dos.

—Gracias. —Murmuró mientras le giñaba el ojo.

Después de un rato Changbin recordó que tenía que entregar los regalos que había comprado en el campo. De mientras, Minho conectó el altavoz a un ordenador y simulando ser un dj, ponía música con mucho ritmo cuando vio que Chan, Felix y la señora Seo estaban bailando con bastante alegría.

—¡Chicos, os traje regalos! —Exclamó mostrando una bolsa grande de plástico.

—Se supone que somos nosotros los que tenemos que darte regalos —contestó el menor.

Palideció a tal respuesta, él tenía razón. El mayor rió a verlo así y aflojó el ambiente diciendo:

—Pues nos lo entregaremos el uno al otro y viceversa. ¡Venga, que es una fiesta!

Changbin sacó una alfombra de la bolsa y se la entregó al "intento de dj". Este le agradeció extraño, que te regalen una alfombra no era algo de todos los días, pero igualmente aceptó gustoso. Lo siguiente que hizo fue ir hacia su amigo con complejo de psicópata, que estaba bailando y sacó la daga así llamando la atención de éste.

—¡O Dios mío! —exclamó llamando la atención de todos— Hace mucho tiempo que quería una de estas, muchas gracias —le agradeció y lo abrazó con gratitud.

Se dio la vuelta y miró a su dongsaeng, su otro mejor amigo que estaba comiendo unos dulces tranquilamente.

—Esto es para ti bro —entregó una cajita pequeña, que el chico enseguida con bastante entusiasmo abrió— como las que te gustan a ti.

Felix sonreía como si no hubiera un mañana, sabía que su turno había llegado y le entregó la alfombra. El muchacho al ver su regalo hizo una mueca y lanzó una mirada de complicidad a Minho, pero en el fondo le encantaba como se veía el creeper en el centro, quedaría hermoso en su habitación. Pero Changbin volvió a llamarle la atención, todavía no le había dado la pulsera, cuando se la entregó, lo abrazó con cariño y después se puso el accesorio.

Después de comer era el turno de Changbin recibir sus regalos. Estaba emocionado. El primer regalo en recibir era de Minho, que fue también una alfombra. Tal para cual, era demasiada coincidencia que coincidieran con el mismo regalo. Después recibió el de los hermanos, que fue unos auriculares de los caros y un micrófono nuevo en el que podía producir su música. El último regalo fue el de Felix, que era un anillo con priedritas rojas, se sorprendió por recibir tal obsequio, pero lo agradeció.