Lo observé por un rato. Él era más alto que yo, lo único en lo que podía pensar era que al abrazarlo podría escuchar los latidos de su corazón y que para besarle tendría que pararme de puntitas.
Lo observé.
Lo observé por un rato. Él era más alto que yo, lo único en lo que podía pensar era que al abrazarlo podría escuchar los latidos de su corazón y que para besarle tendría que pararme de puntitas.