Capítulo 1: Dos extraños muy cercanos.

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Una nueva criatura se cierne sobre los mundos y su nombre es Lúmina, una pequeña luz que dara esperanza a todos aquellos que tengan luz en su interior,  Lux su madre estaba muy emocionada con este nuevo nacimiento de su hija la apriencia de Lux era la de una mujer esbelta y joven sus cabellos era dorados como finos hilos de oro que reflejaban la luz del sol con calidez, su piel era blanca como la nieve pero a la vez se podía ver en la terrible oscuridad para guiar a los entes perdidos en ella, ojos grandes color ambar claro como si de dos grandes soles se tratasen, sus vestiventas eran ligeras y suaves un vestido largo con una estela de luz que dejaba a su paso se podía ver como era depositada en el suelo con bastante energía ya que Lux estab muy nerviosa por la llegada de su hija.


-Ufff...-alzaba su mano con basntante inquietud mientras secaba su gotas de sudor en la frente- Todo ira bien, si, eso es..nada podra salir mal ¿verdad? -sus pasos se paran y sus ojos miran al frente en donde se encontraba otra persona-

-Tranquila Lux todo saldra muy bien, ya veras sera una luz hermosa y bella como tu lo eres.

-Ya se comos era, es decir, tiene mi alma y mi ser pero...temo que no sea perfecta ¿me entiendes,Ros?


Ros era un arcangel enviada de los cielos para presenciar el nacimiento de una nueva luz par salvaguardar el orden, ella era pequeña en comparacion con Lux aparentaba ser una niña pero en realidad tenia tantos años como el universo mismo, su pelo estaba alborotado y tenía mechas color plata por todo su pelo, su piel era morena y  tenía un tatuaje en la mejilla izquierda en forma de cicatriz. Su ropa no era muy elborada tan solo una tunica blanca largacon unos adornos dorados en el bajo de la túnica, añadimos también que estaba descalza. Ambas era muy buenas amigas de la infancia de Lux ya que practicamente Ros era su niñera de pequeña, el sitio en donde ambas estaban esperando a que terminase de formarse la nueva luz era un lugar tranquilo sin nigún ruido toda la sala era color marfil con bastantes brillos y abalorios parecia el interior de un palacio victoriano las ventanas daban al exterior un jardin enorme con grandes rosales, árboles diversos, animales en libertad y varias fuentes con grandes estatuas de dioses antiguos y actuales. Dentro de la sala tan solo había dos puertas una puerta monumental con grandes cinceles y grbados y otra un poco mas pequeña con menos adornos que la primera, la colosal puerta empezó abrirse poco a poco ambas mujeres se callaron al oir abrise la puerta y miraron con curiosidad quien podria salir de la nueva creación de luz.


Ros se acerco a Lux y le cogio la mano con cariño mientras sonreía de oreja a oreja le decia en voz baja:

-El momento de esperar se ha terminado ahora es el momento de que te conviertas en una gran madre -sonrie mientras la miraba-


Una pequeña bolita de luz empezo acercarse y a medida que se acercaba a ellas empezaba a desvanecerse la luz dejando ver a la niña que se ocultaba dentro, lo primero que se pudo observar de este ser fueron sus pies diminutos caminar con un poco de dificultad hacia delante su piel era blanca y suave igual que la de Lux y cuando ya llego cerca de Lux eslla la cogio en brazos y las pequeñas luces que aun quedaban en ella era solo en el cabello y se empezaron a caer poco a poco.

-No...puede ser...-Ros se sorprendio ante el cabello de la pequeña- es imposible ¿por que? -miro preocupada a Lux-

- ...es perfecta Ros -acaricia el cabello de la pequeña en sus brazos-

-¿Perfecta? ¿de verdad? Tiene el cabello *blanco*, eso no es nada perfecto Lux deberia ser rubio como el tuyo...-algo inqyuieta empezo a rebolotear alrededor de Lux y la pequeña-

-No seas asi Ros ella es perfecta por que es mi hija y la querre sea como sea -le da un beso en la mejilla-

La niña sonrie a la acción de su mama y le da un abrazo.

-Lux...¿de verdad no hay nada que me quieras contar? -la mira con ojos frios a la madre-

-...Voy a llevar arriba para que los dioses la examinen.


La mujer con su hija en brazos abandonan la sala poneindo rumbu al cielo para poder ser rconocida como nueva luz por todos los dioses, aun asi Ros se queda en la sala triste y sola inmersa en sus pensamientos, la chica baja al suelo y dice:

-Que los dioses te perdonen Lux por que has cometido un error grave y aun asi...


Ahora vamos a movernos a otro lugar menos acogedor para todos, estoy hablando del *Infierno*, un lugar en donde la vida es algo efímero y las guerras son constantes entre sus residentes de alli abajo, los seres que viven aqui no son peligrosos y algunos astutos y descarados. Demonios hermosos que toman esa apariencia para atraer humanos y devorarlos, dioses que se dejaron corromper por la depravación de las eras y personas humanas que no se merecian vivir con el perdón divino, el suelo era negro y apenas crecia algo en esas tierras infestadas de seres oscuros, no obstante un edificio llama la atención a todo el mundo era un castillo enorme y grotesco, el color de la luna roja lo alumbraba y se podian apreciar las decoraciones, algunas rotas otras intactas y el resto simplemente eran pura fachada del propio castillo, al entrar en el podemos observar una gran sala en donde hay un cristal sujetado por cadenas del cristal emana sangre a borbotones, era tan fuerte la expulsión de la sangre que parecían cataratas, al fondo en segundo plano se encontraba un hombre sentado en un gran trono por la poc luz que recibía el castillo era imposible ver con claridad como era.


Al poco rato el cristal se destruyo en pedazos dejando caer un pequeño niño al suelo, el chico rapidamente se incorporo y miro a su alrededor, hasta que sus miradas se encontraron:

-Bienvenido a este mundo que llaman Infierno, mi querido hijo.-se levanta de su enorme trono y se acerca lentamente al recién nacido-

-¿Quién eres tu?- pregunto el chico poniendose a la defensiva-

-Soy el soberano de este nefasto lugar y eres sangre de mi sangre -le pone la mano en su cabeza, mientras sonreía maliciosamente- y ahora...veamos si eres realmente digno de ser la oscuridad.

El chico frunció el ceño dejando ver el color de sus ojos rojos de ira hacía ese hombre tan esbelto.


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⏰ Última actualización: Mar 13, 2019 ⏰

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