Parte 1

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Calle y Poché regresaban de tener una gran noche en los Tú Awars, una noche en la que habían ganado nada menos que 4 de las 5 nominaciones que tenían, la felicidad de ambas mujeres era notable, luego del evento, decidieron ir a cenar y tomar unos tragos a modo de festejo, la noche se habia extendido, pero era de lo más agradable, ya que se encontraban con sus amigos más allegados y con Valentina.

Ya estando en el elevador, dirigiéndose a su departamento, los besos que hasta el momento eran tímidos e inocentes, comenzaban a tornarse deseosos e imparables, Poché tomaba la iniciativa e iba más allá comenzando a pasar sus traviesas manos por el cuerpo de su novia. Calle, que ya estaba sumida en un torbellino de placer, tuvo que alejar a la pequeña al escuchar que el ascensor se detenía y abría sus puertas, mostrando la entrada a su hogar.

Una vez dentro y ya habiendo organizado sus premios y de ponerse sus pijamas para ir a dormir, Poché no paraba de repetir lo feliz que se sentía por sus logros y por tener a los cachers como fandom, a lo que Calle respondía que estaba completamente de acuerdo y que ellas con el apoyo del cachepower iban a llegar más allá de lo que alguna vez soñaron.

Estando acostadas en la cama, mirándose a los ojos, ambas niñas no podían asimilar lo afortunadas que se sentían de tenerse una a la otra. Se demostraban el amor infinito con caricias y pequeños y dulces besos, besos, que al igual que en el elevador, comenzaron a tornarse más calientes a medida que ambas comenzaban a jugar con sus manos en el cuerpo de la otra, y que Calle comenzaba a besar el cuello de su mujer, haciendo que ésta solo tubiera oportunidad de permitirle el acceso y permitirse a sí misma, disfrutar de todo lo que le hacía sentir cada uno de esos besos.

El ambiente comenzaba a calentarse, las sábanas ya estaban demás, al igual que sus remeras, por lo tanto habían quedado regadas por el suelo. Poché decidió cambiar el juego y comenzar ella a besar el cuello de Calle, pero estos no eran besos inocentes, eran besos mojados, besos que demostraban deseo y que hacian que Calle comience a regalarle a su chica unos cuantos jadeos que daban cuenta que el trabajo que estaba realizando la pequeña estaba siendo el correcto.

Bastaron unos cuandos suspiros deseosos por parte de Calle, para que Poché se deshaga del brasier de ambas chicas, estos ya incomodaban, el calor que emanaban ambos cuerpos ya llegaba a niveles que pedían a gritos deshacerse de las prendas, pero Poché decidió darle un poco de suspenso a la noche.

Al tener a su amada bajo su hechizo, Poché se limitó a admirar cada porción del cuerpo de la misma con detalle, dejando un camino de besos húmedos. Su cuello, sus clavículas, sus pechos, su ombligo, cada parte de Daniela volvía loca a María José, y se lo demostraba con cada caricia, con cada beso, dejando un camino que desembocaba en la parte baja del cuerpo de la castaña. Calle estaba en otra dimensión, disfrutando de cada sensación que le trasmitia su amor, amaba a esta mujer y amaba la facilidad con la que lograba llevarla a otra realidad, una realidad en la que solo existian ellas dos, solo Calle y Poché.

La pequeña comenzó a bajar lentamente la parte inferior del pijama de su chica, dando pequeños picos por cada espacio que se descubría, escuchar a Calle jadear, la exitaba mas que cualquier cosa, pero no tenía prisa, la noche era completamente para ellas dos, y pensaba disfrutar cada minuto, logrando grabarséla en su cabeza y su corazón.

La lujuria de Calle subió de nivel al sentir caricias sobre la ropa en sus partes íntimas, miraba a su novia con deseo, esperando que dé el siguiente paso, pero sabía que la peliverde tenia otros planes.

Poché, al notar la necesidad de Daniela, optó por mirarla con deseo a los ojos, en esa mirada se trasmitían muchas cosas, no hacian falta palabras, se amaban, se deseaban, querían pertenecerle a la otra en cuerpo y alma. De un momento a otro, la totalidad de la ropa de calle se encontraba en el suelo, dejando su intimidad a merced de María José, la cual no dudó y comenzó a brindarle pequeños besos por todas sus partes, la pequeña notaba la humedad de su chica, sabía que estaba completamente mojada y eso la prendía aún más.

Las travisas manos de Calle, viajaban por el cuello de Poché hasta sus pechos, brindándole masajes, pelliscos cariñosos y caricias, a su vez, la pequeña jugaba en la intimidad de su novia, rozando cada uno de sus dedos por toda su parte íntima, logrando que el deseo de ambas sea cada vez más fuerte, y éste aumento más, cuando la castaña sintió una húmeda lengua saboreando toda su vagina, Calle se sentía en el cielo y era un lugar del que no quería regresar...



La experiencia mas exitante de sus vidas / CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora