CAPITULO 3

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Después de pasar más de siete cuadras de pequeños negocios y unas dos horas de caminar luego de consultar en  el GPS de mi celular,  logre hallar la dirección que me dio el señor creo que yo sola a buenas y a primera; no hubiese llegado de una   siempre esta ciudad es grande  y hay tantos carros en movimiento, las personas me saludan una y otra vez  como si me conocieran, pero mantengo mi cabeza agachada   temerosa de que el contacto visual pudiera ser una insinuación a algo más, por lo que sigo mi camino lo más rápido que puedo.

Se me abalanzan de un lado al del otro  jóvenes con patines y bicicletas,  creo que deben de tener mi edad visten tan distinto a mí,   se ve que si disfrutan de su tiempo  y mírenme yo aquí típica nerd buscando libros y cuadernos;  en vez de estar como ellos disfrutando de un domingo soleado,  pero eso sería una estupidez  ya que yo nunca sería así.  Por fin veo que la señal en mi celular se hace más grande justo al frente de donde yo estoy,  al cruzar la acera veo que es un edificio de cinco pisos con una mansarda marrón, con moderados ventanales de vidrios  rodeados de adornos de madera, muy gruesos pintados de negro en una de sus ventanas, posaba un letrero "Clases de Arte" y debajo de él; había un letrero pequeño, el que yo quería ver "Se venden Libros y Papelería".

Al abrir con cuidado la puerta, me avergüenzo cuando una campanita anunció mi entrada parecía ser que la tienda, había sido una vez un salón de exposición de arte de los pisos de arriba   con muchos cuadros en las paredes, con vitrinas cuadradas a lo largo de una de ellas; llenas de libros, revistas y CD, pero solo una estaba ordenadamente con todo lo que era papelería; con estrictas especificaciones desde la A hasta la Z.

Al abrir con cuidado la puerta, me avergüenzo cuando una campanita anunció mi entrada parecía ser que la tienda, había sido una vez un salón de exposición de arte de los pisos de arriba   con muchos cuadros en las paredes, con vitrinas cuadradas a...

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Un señor alto de cabello canoso  y arrugado, vestido con una camisa de vestir azul con rayas, y una corbata roja posiblemente de unos sesenta años, o incluso ¿tal vez más de setenta años? No.  Él debía de tener más que eso, este se inclinaba sobre el mostrador, escuchando atentamente a una señora que agitaba sus manos animadamente; a juzgar por su acento fuerte, ella era asiática posiblemente de corea.

— Lo de siempre, Chen? .

—No puedo, Stuart estoy aquí para comprar otras cosas para mi hija - respondió la señora.

— Bienvenida, en que te puedo ayudar? —me dijo el señor.

Yo no sabía que decir las manos me temblaban y trague en seco, solo quería salir corriendo de ese lugar   ya que las miradas de ellos se posaban sobre mí  y a decir verdad ese lugar tenía poca luz, trate de caminar unos cuantos pasos sin demostrar temor o susto alguno; donde se encontraban ellos, y coloque en el mostrador lo que había escogido de la vitrina para que me dijera cuanto era.

—Son 30 dólares—dijo el señor.

La verdad de lo nerviosa que estaba, saqué un billete de mi billetera de puntitos de colores  lo deje en el mostrador, agarre la bolsa y rápidamente  y salí de ese lugar que me daba mucho miedo.  Lo importante es que llevo en la bolsa los útiles que necesitaba, cuando di la vuelta en una esquina...Nada más sentí cómo caía al suelo. 

Be Reborn  (#1 Saga "Blood Lineage" ) ©Where stories live. Discover now