CAPITULO 4

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A la mañana siguiente y como de costumbre,   mis noches nos son tan lindas y no sé si el cambio de clima me afecto  o es que aquí amanece muy rápido,    lo cierto es que no tengo la garantía de escaparme,  de un lunes el primer día de la semana de mi nueva escuela.   A pesar que tengo un poco de dolor en mis rodillas,   no puedo negar que de los 200 días del año que iba a la antigua escuela me encantan los lunes,   ojala que en esta estén también los mismos programas que en la anterior.

Todavía en cama me giro un poco quedando a medio lado  apoyando mi codo en el colchón, para estirar mi brazo y así poder coger el despertador de la mesita de noche,  que ya ha empezado a sonar recordándome que hay que despertarse por lo que quiero apagar  antes que mi madre me empiece a llamar,  solo pido a el universo que este  día sea mejor que el de ayer.

Me incorporo pero antes de salir dejo mi cama arreglada, luego de un jalón tomo mi toalla y me dirijo al cuarto de baño, coloco la toalla en el gancho ruedo la cortina para poder abrir la llave del grifo; mientras que agrego un poco de jabón liquido como huele mi aroma favorito chocolate, mientras se va llenando cierro la puerta para poder quitarme mi piyama, y la dejo en el colgador colocándome también el gorro en mi cabello.

El agua se siente muy placentera  cierro un poco la llave,  la espuma me cubre hasta la barbilla es como estar en el cielo,  después me quite un poco de jabón de la cara ya que estaba que me ardían mis ojos.

—¡¿Ross ya es hora de despertarse?!—grita mamá.

No entiendo a qué viene tanta ansiedad, pero que le pasa todavía tengo 20 minutos de ventaja cuando siento el toc toc en la puerta.

—¡¿Estás ahí?!—exclama.

—Sí,—le contesto.

—Solo quedan pocos minutos, para poder irnos y no llegar tarde.

 —¡Muévete!. 

Me puse en pie y abrí la regadera para quitarme el jabón  el agua que caía suavemente, desde arriba cada gota iba deslizándose poco a poco por cada parte de mi cuerpo, desde mi espalda hasta mis pies me sentía tan cómoda que no quería salir.  Pero tenia que hacerlo por lo que apague el grifo y cogí la toalla estando dentro de la bañera , me la coloque alrededor de cuerpo y salí de la ducha.

Me acerque al espejo y esta completamente empañado por el vapor y lo limpie con mi mano suavemente, dejando que la toalla se deslizara  por mi cuerpo  hasta llegar a mis pies y caer al suelo.   Busque la crema hidratante en el gabinete  y comencé a esparcirla por mi piel  mientras contemplaba mi cuerpo desnudo, cerré la tapa de la crema y luego la guarde donde estaba luego termine de esparcirla por mi   cadera, subiendo hacia la cintura; y me di cuenta que mamá tenía toda la razón desde luego, ya no era una niña y apenas me había dado cuenta de ese salto que había dado, de un cuerpo sin unas curvas a uno mucho mas  marcado  y sobre todo mas bonito.

Me quite el gorro dejándolo a un lado para que se seque,  luego  me  coloque mi ropa interior y  cogí  mi pijama del colgador  saliendo  lo mas rápido del baño ya que no tenia la toalla,  esperando que mi madre no me viera así al entrar a mi habitación decidí cerrar la puerta y le coloque el seguro.

Antes de vestirme tenia las ganas de saber que horas eran por lo que tome  el celular de la mesita de noche y lo desconecto mirando de a la vez la hora ¡Oh, no! ya queda poco tiempo, solo me quedan 8 minutos creo que me demore contemplando mi nuevo cuerpo en el espejo, bueno ahora si a vestirme.  Por lo que me coloco de un flash la ropa que había dejado en la silla dobla,  trato de peinarme y acomodarme mi cabello, que como siempre es un poco rebelde colocándome una cinta color café  y me lo dejo suelto.

Be Reborn  (#1 Saga "Blood Lineage" ) ©Where stories live. Discover now