(capítulo tres.) Hay un niño en el piso. ❝¡USTED! ¡TE CONZCO! SE QUIEN ERES❞
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POET SE SENTÓ EN LA CAMA DE ALLISON, GIRANDO UN LÁPIZ que había encontrado a él azar en el suelo. Estaba aburrida, recogiendo cosas al azar en la habitación de Allison. Poet vio a Allison agarrar un collar y Poet permitió vagar por sus pensamientos.
-Tú y Luther compartieron una conexión especial, ¿verdad? - Le pregunto a la actriz, que sonreía suavemente como si un recuerdo pasara por ella.-El realmente se preocupa por ti.
- ¿Leíste sus pensamientos? - Allison miró a su amiga a través del espejo. Poet sonrió inocentemente, riéndose mientras se levantaba para parase junto a Allison. Se miraron al espejo.
- Por supuesto que sí- confesó Poet.- Mi curiosidad consiguió lo mejor de mi.
- No me sorprende.
Poet se volvió a la puerta, con la mano en el pomo. Justo cuando la estaba abriendo, Allison pregunto a dónde iba.
- Voy a sentarme en el sofá y tal vez simplemente ver si puedo distraerme de estas migrañas.- Suspiro Poet, frotándose las sienes.- Tus hermanos tienen realmente... pensamientos interesantes.
Allison pareció estar de acuerdo. Ella asintió y Poet se alejó, admirando las cosas en la paredes y todo lo que había alrededor. Arrastró sus dedos sobre ellos, sus dedos encendieron un color escarlata cuando sintió que las flores de la esquina bailaban alrededor.
Se dirigió hacia donde ella y los hermanos se encontraban hace unos momentos, dejandose caer en una silla mientras dejaba escapar un suspiro una vez más.
Escucho pasos y de sintió cerrar los ojos, concentrándose en su respiración. Los pensamientos que podía escuchar provenir de la persona, le hacían saber quién era. Era el hermano de Allison, Diego.
- ¿Todavía estás aquí? - El de río, tumbado en el sofá.
- No- Dijo Poet sarcásticamente en tono suave.- Solo soy un fantasma deambulando, buscando venganza a los que me traicionaron.
- No me sorprendería- suspiro él y ella lo escucho chasquear los dedos. ambos disfrutando del silenciom- Lo voy a admitir, pero... No lamento haberte arrojado esos cuchillos.
- Y no me arrepiento de haberte pateado el trasero.
Poet lo escucho soltar una risita, tan suave como la primera. Volvió a estar en silencio y disfrutaron ese silencio. Poet solo tenia silencio por la noche cuando estaba a punto de irse a dormir. Ser la asistente de Allison Hargreeves realmente era un puñado.
