Epílogo.

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Capítulo final. Un pequeño relato de infidelidad; es parte de un borrador para un historia.

Una tragedia por amor.

     Salí del trabajo bastante emocionado directamente al estacionamiento. El tránsito es muy fluido, tardé unos 30 minutos en llegar a casa.

      Trágicamente toda mi alegría se fue al llegar. Vi un auto estacionado a fuera. Entré como de costumbre y parecía no haber nadie. Entré la habitación de mi hija y vi que dormía. Seguí hacia la mía. Comencé a escuchar unos ruidos, y cada vez se hacían más fuertes mientras me acercaba.

       Sentí una daga perforando lo más profundo de mis entrañas.¡Eran gemidos! Entré sigilosamente imaginando lo peor. Estaba mi mujer, encima de otro hombre, desnuda totalmente. Se percató de mi presencia. Intentó hablarme.

       -¡¿De verdad?! - le cuestioné con el corazón lleno de lágrimas.

       -Perdoname Ryan - respondió mientras se cubría. El sujeto extraño se levantó y volteo su cuerpo para evitar verme.

      -¡No me hables! ¡No digas nada! - vociferé mientras me quebraba. - ¡No puedo creerlo Heissy! ¿Luego de todo lo que pasamos? ¡¿Acaso no te importa nuestra hija?!.

       -Ryan - rogó sollozando mientras se acercaba a mí.

       -¡No te me acerques! - grité. Quería decir más pero me detuve, ya no había nada que decir. Salí de allí deshecho, con el alma hecha trisas. -¿Adonde vas? - me decía, pero no dí marcha atrás. Subí a mi auto y conduje hasta una meseta que había a escasos kilómetros de mi casa.

       Cada segundo que pasaba era insoportable. Sentía que me quebraba poco a poco. Al llegar pensé en escribir la que sería mi última carta para Heissy:

    ¡Hola cariño! Espero que estés bien. Luego de lo sucedido quiero que comprendas que te odio. Me siento sucio, no se cuanto tenías en esto pero aún así te odio con todo lo que me queda de corazón.

    Para mí significó mucho estar a tu lado, fue único. Te amé como a nadie, así como amo a nuestra hija pero no todo tiene un final feliz. Espero que tengas valor para decirle a tu hija lo que hiciste, como lo tuviste para hacerlo.
                                         Ryan...

      Dejé la misiva sobre el asiento derecho. Tomé mi teléfono para hacer una llamada, tenía varias pérdidas de Heissy. Llamé a mi hija, le dije que no llamará a su madre. Le expresé lo que sentía por ella, su dulce voz logró consolarme un poco. Me despedí llorando.

       Marqué el número de emergencias y comuniqué que vi a un hombre saltar por un barranco de unos 50 metros.

       Que gracioso que ese hombre fui yo...

Fin.


“Escribir es sentir... Sentir es vivir ”.








©2019 Joel Serrano. Todos los poemas escritos son de mi autoría, puedes utilizarlos si quieres, pero agradecería que me dieras crédito por ello.

Hay un poeta ilusionado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora