Tomaba nuevamente una taza de cocoa muy caliente, pero es lo que más me gusta beber durante estos días, en los que llueve en el exterior, con un libro en la mano y la calefacción, tal vez necesito conseguirme un novio, ya luzco como mis tías solteronas de cincuenta años, con miles de gatos, leyendo y con bebidas calientes. Pero no es mi culpa tener un alma vieja, hablo de que me gusta leer, disfrutar del silencio y de una buena taza de café, té o incluso cocoa, una de las mejores cosas de venir a esta cafetería, no solo es porque es poco concurrida y no hay hipsters, es el hecho de que se puede sentir uno como en casa y a la cocoa le ponen malvaviscos, lo que lo hace más fascinante. Además de que siempre viene un chico bastante atractivo y se sienta del otro lado de la cafetería, suelo verlo en secreto, mientras bebo de la taza y me imagino como sería el color de sus ojos, el sonido de su risa al igual que de su voz. Tal vez soy una tonta enamoradiza que cree en el amor a primera vista, puede que él jamas me haya notado pero yo lo note. Miro el reloj que tengo alrededor de mi muñeca y noto que ya se le ha hecho tarde a ese chico, él ya debería estar ahí. ¿Acaso noto que lo acosaba con la mirada? Es tarde, lo se porque ya han encendido las luces del local y la hora de fumar mi cigarrillo habitual se acerca, saco la cajetilla de lucky strikes mentolados, pero no encuentro mi encendedor con la bandera americana, estoy segura de que lo tenia por algun lugar, comienzo a buscarlo como una completa loca, como si de eso dependiera mi vida, pero esa... era una manera bastante agradable de calmarme. Donde yo dejo de pensar en todo y disfruto ese pequeño momento de mi vista y el sabor de mi cigarrillo.
"¿Necesitas fuego?" escucho una voz junto a mi, supongo que ha de ser el nuevo mesero, después de todo ya conozco a los empleados, aunque hace poco había una chica renunciado.
"Y una taza de cocoa por favor" digo al notar que ya no tengo chocolate caliente en mi taza, alzo la vista y me encuentro con un par de ojos color esmeralda y cabellera negra, lo conozco, se quien es. Es ese chico que suele sentarse del otro lado de la cafetería, estoy nerviosa, lo estoy, no soy buena hablando con chicos que me gustan ó para poder mirarlo por más de unos cuantos minutos.
"Lo siento pero yo no trabajo aquí, aunque si gustas puedo ir a pedir una para ti, toma te presto mi encendedor" dice dejando su mechero en la mesa, mientras se marcha sin esperar a que yo me disculpe, que tonta soy por confundirlo con un mesero, ahora debe considerarme de esas chicas pijas que no suelen mirar a los ojos, pero no es así, soy demasiado tímida como para mirar a las personas a los ojos, temo que ellos vean que estoy vacía por dentro y en cualquier momento me romperé. Enciendo mi cigarrillo, dando una gran calada, para cuando estoy sacando el humo el ha regresado. "En un momento te lo traera alguien"
"Escucha, lamento lo que sucedió, no note que no usabas el uniforme, soy tan torpe y..." el se esta riendo.
"Esta bien, de verdad, no hay problema después de todo la cafetería pertenece a mi familia así que debería comenzar a trabajar en el negocio familiar, a propósito soy Miichael" menciona.
"Un gusto, soy Lina" digo cohibidamente.
"Lo se, le he preguntado a mi mamá por ti, te he visto todos los días venir a la cafetería pero nunca he sido capaz de hablarte" se esta sentando frente a mi, lo único que pienso es en no arruinar esto soy demasiado torpe.
"¿Puedo saber porque lo hacías?" tengo curiosidad, quiero saber porque me miraba.
"Porque eres diferente, desde el primer momento en que te vi, lo supe. No solo eres una chica de apariencia agradable, hablo de que llamas la atención, es como si ocultaras un secreto, es por eso que dejas caer tu cabello en tu rostro mientras lees ó la forma en que tomas una taza de té, café o cocoa, lo haces como si disfrutaras esas pequeñas cosas que nadie se toma la decencia de disfrutar, es como si supieras tantas cosas pero a la vez nada, algunas veces luces tan perdida y otras vacía, como si nada existiera dentro de ti, pero yo se que detrás de todo eso existe una persona con grandes sentimientos apasionada por la lectura y con un gran corazón" dice dejándome boquiabierta.
"Nunca creí que alguien me mirara"
"Pues yo lo hacía, me detuve a mirarte detenidamente miles de veces, intentando juntar el valor de hablarte. De hecho sino fuera porque necesitabas un mechero jamas te habría hablado, soy tímido, las chicas bonitas como tú me dan miedo hablo de que me intimidan, no soy demasiado bueno para nadie."
"Yo nunca he sido buena para alguien"
"Vamos" dice finalmente.
"¿A donde?"
"Vamos a un lugar donde podamos tomar una bebida caliente sin tener a casi toda mi familia mirando como intento coquetear contigo" esta señalando a un grupo de personas detrás de la barra mirando en nuestra dirección. Podría rechazar su oferta, pero si no me arriesgo a salir con él, es posible que jamas sepa de lo que perdí y tal vez esa bebida caliente pueda ser el inicio de muchas más junto a él.
a/n: como verán cada historia tiene titulo distinto y personajes diferentes
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autunno
Non-Fiction{historias cortas, sobre mi estación favorita del año: otoño, cada una es diferente}